lunes, 6 de abril de 2020

Diario de la peste, día 19

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Denunciemos públicamente a la OMS y a los "médicos" 
que difunden sus protocolos asesinos

Como venimos sosteniendo desde la primera hora (en la estela agambeniana y foucaultiana, que es la única que ilumina un poco el oscuro camino que transitamos) el poder de excepción sobre la vida desnuda, fundado en una autoridad pura y absoluta, conduce a la muerte, se vuelve tanatopolítica. 
Eso es la biopolítica: un poder que se arroga el derecho de dejar morir y hacer vivir a una masa de población indeterminada (a una vida descalificada) que, lejos de pensarse a si misma en el aislamiento como una suma de individuos o como comunidad, vuelve a subrayar las características de la masa tal y como la definió Elías Canetti: pasividad, identificación con el "lider".
El telesanitarismo fascista ha conseguido lo que nunca antes: el funcionamiento en masa, sin manada (es decir: sin líneas de fuga, sin esperanza, sin salida).
Ya circulan las descripciones de experiencias que se apartaron del protocolo ciego que la OMS exigió que se aplicara sin excepciones, y que tuvieron éxito: el caso del Véneto (comparado con el caso de Lombardía) es uno de ellos.

PREGUNTA. En la localidad de Vò Euganeo (Véneto, norte de Italia) se produjo uno de los primeros brotes. Decidieron hacer test a toda la población, a los 3.500 habitantes, y aislar a todos los positivos, incluidos los asintomáticos. Y la epidemia se frenó en seco, al revés de lo que ocurrió en Lombardía... o en Madrid.

RESPUESTA. Vò es una localidad en la que había una situación muy parecida a la de Codogno (Lombardía). De hecho, había habido contactos entre los dos pueblos, que están muy cerca aunque pertenecen a regiones distintas. E igual que en Codogno, Vò se convirtió en 'zona roja' desde el principio y se cerró completamente a la población. La diferencia es que aquí entró en juego mi discípulo, Andrea Crisanti, con quien he hablado mucho estos días. Aconsejadas por él, las autoridades decidieron hacer test a todos los habitantes del pueblo.

P. ¿Y cuál fue el resultado?

El resultado se obtuvo sobre una muestra muy pequeña, pero aun así es muy revelador. Un total de 58 personas dieron positivo en los test realizados entre el 22 y el 25 de febrero y, de todos ellos, 33 eran totalmente asintomáticos. De los menores de 50, la mayoría lo eran. Establecimos la hipótesis de que entre el 50% y el 70% de los infectados no estarían desarrollando síntomas, que recogieron los periódicos italianos. Y lo más importante: 10 días después solo dieron positivo 19 de los asintomáticos y 10 de los que tenían síntomas.

P. (...) alrededor del 80% de los contagios lo provocan infectados no detectados, entre ellos asintomáticos.

R. Claro, porque son muchos y son una fuente formidable de contagio. Por eso hay que aislarlos inmediatamente. La mayoría eran personas jóvenes y sanas. Pero lo más interesante de todo es que cuando los contagiados asintomáticos fueron aislados en Vò, el porcentaje de enfermos disminuyó de golpe del 3,2% al 0,3%. ¡Más de 10 veces! Llegamos a la conclusión de que la circulación del virus alrededor de una misma persona, aunque ya esté infectada, agrava su patología.

P. Antes de seguir con eso, me queda una duda, ¿los asintomáticos no presentaron síntomas después del primer test, no?

R. No, no. Ya le digo que a los 10 días les volvieron a hacer el test y ya más de la mitad dieron negativo. Creo que en todo el brote allí solo ha muerto una persona. ¡Compárelo con Codogno, donde ha habido tantísimas víctimas! La impresión de Crisanti, que comparto, es que quizá fue el aislamiento de los asintomáticos positivos lo que frenó la epidemia. Es una hipótesis, pero creemos que cuando el virus circula muchas veces por el mismo ambiente, potencia su acción.

(...)

P. Imagino que está al tanto de la evolución del Covid-19 en España.

R. Lo sigo por las noticias. Yo creo que en Madrid está ocurriendo lo mismo que en Lombardía. En Lombardía no han hecho test a los asintomáticos, solo a los que tienen ya síntomas. Y no han querido llevar mascarillas. Dos enormes errores estratégicos, que son los que han desatado la tragedia. Lombardía está como Madrid, ya lo sabe: tenemos muchas personas en terapia intensiva.

(...)

P. Con las mascarillas también ha habido rectificación. ¿Ha fallado la OMS?

R. Ha sido desastroso, totalmente desastroso. Hasta hace 10 días, aquí seguían diciendo por televisión en mensajes oficiales que las mascarillas no servían para nada, que los test a los asintomáticos no servían para nada. Al final, Véneto está controlando el coronavirus por no seguir a la OMS. Ahora están cambiando el discurso y están diciendo lo que yo dejé escrito hace dos meses. Pero ahora llega tarde. Hacía falta hacerlo entonces para frenarlo.

P. ¿Cómo es posible que haya fallado tanto la OMS?

R. Nos hemos hecho esa pregunta nosotros también muchas veces estos días. Yo creo que fundamentalmente han fallado porque son burócratas que han hecho carrera dentro de oficinas, pero no han vivido la experiencia de campo, no han estado ni en los laboratorios manejando virus ni implicados en situaciones epidémicas en otros países. Los políticos se han dejado aconsejar por burócratas, en lugar de por expertos. Los políticos están siendo muy criticados, pero la verdad es que han tomado decisiones aconsejados por lo que les decían los técnicos.


El resto de la entrevista a Sergio Romagnani no tiene desperdicio (gracias Ana Becciu, por mandármela).
En Nueva York, en Buenos Aires, en Madrid, los test para asintomáticos se reservan para las élites y sólo para ellas. Incluso, en algunos lugares ni siquiera se testean a los sintomáticos. Un amigo de Nueva York y su marido se recuperaron de una gripe. En teleconsulta con su médico, les dijo que probablemente había sido coronavirus. Pero nunca les indicó que se testearan
El uso de barbijo sigue estando en discusión, y sobre todo por parte de aquellos mismos que militaban por un encierro total e indiscriminado de la población, que vive, en la mayoría de los casos, en circunstancias sanitarias poco propicias para la supervivencia, los infectólogos y epidemiólogos que se lavaban las manos ante las cámaras.
Eso son los de la OMS: burócratas de lo viviente. ¿No es eso, precisamente, lo que se caracterizó tan bien como biopolítica y que algunes descerebrados de derecha todavía se atreven a caracterizar como "el desastre de los foucaultianos"?

(continúa)



1 comentario:

Laur dijo...

Muy interesante. Gracias.