lunes, 16 de abril de 2007

Blogolandia

¿Qué es la SADE?

por Rodolfo Fogwill

SADE, sociedad argentina de escritores, es una de la dos organizaciones que lleva ese nombre, y una de las tres que pretende representar a los escritores de la Argentina. La otra es la SEA, sociedad de escritores y escritoras de la argentina, fundada hace siete años por el matrimonio Redondo-Araoz que desde entonces se alternan como presidente y vice de esa organización.
La SEA cuenta con el reconocimiento de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que le concedió un piso de oficinas en la calle Bartolomé Mitre, propiedad de la Ciudad y, por decisión de la legislatura, un fondo de cuarenta mil pesos para sus gastos de mantenimiento. Funciona tres días por semana solamente en horas de la tarde. Actualmente, no se sabe cuantos autores adhieren a la SEA. Sus paginas web hace tiempo que informan que su lista de socios y directivos se encuentran actualizándose, aunque se sabe que tiene un poder de convocatoria, que aunque ínfimo, es muy superior al de la desacreditada SADE. Ésta se encuentra desde hace años bajo sospechas, denuncias y ajetreos judiciales a causa de su manejo de fondos y sus dudosas prácticas electorales.
He realizado (R.F.) dos experimentos con la lista de dirigentes de la SADE ocupa la casona de la calle Uruguay, en Barrio Norte.

Presidente
Jorge A. Giorno
Vicepresidente
César A. Cabral
Secretarios
Eduardo Callaey, Eduardo R. Arenaza, Nina Thürler, Martín Acuña
Tesorero
Abelardo García
Protesorero
Claudio Brindesi
Vocales
Andrew Graham-Yooll, Rubén D. Gasparini, Alba Yobe de Abalo, Carlos Cúccaro, Antonieta P. de Ferreyra, Jorge Lomuto, Zulma Nicolini Rollano, Mario Moral, Norberto Pannone, María E. de Marco Tullio, y Victoria De Lorenzo
Revisores de cuentas
Eduardo Arranz, Mirta Martínez, Ceferino Lazcano
Tribunal de disciplina
Rubén Vela, Miguel Martínez Márquez, Alberto Del Mar, Aníbal Vélez y María D. Nuevo Mardones

La primera experiencia fue imprimir esta lista difundida en el 2006 y consultar a una decena de críticos y escritores de primer rango. Casi todos conocían a Rubén Vela por su trayectoria poética y diplomática y a Graham-Yoll, por su actividad cultural en The Buenos Aires Herald. La mitad conocía entre uno y dos miembros más, por haber compartido algunas mesas redondas (organizadas por la misma SADE) o funciones de jurados, en premio literarios. Salvo en el caso de Vela, nadie recordaba haber leído ni oído hablar de obras de los restantes veinticinco miembros de la comisión.
La siguiente prueba se realizó buscando en la web. Se sabe que Internet es pródiga en referencias. Por ejemplo un autor nuevo, como Cucurto, aparece en 31000 entradas de google, alguien mas maduro, como "Martin Kohan", aparece en 39000, "Daniel Link" en 68000 y "Fogwill" en 128000. Pues bien, con la excepción del poeta Vela (101000 entradas), ninguno de los miembros de la dirección de la SADE aparece en mas de cincuenta. Siete miembros no aparecen. Veinticinco de ellos, y sus probables obras, no figuran en los catálogos de la librerías on line de la Argentina. Muchos de los que aparecen en diez o más entradas de Google, llegan allí por razones extraliterarias: Martinez Marquez, ex diputado nacional por la UCR, entra como auspiciante de la Ley de Punto Final y como conferencista sobre un libro sobre detección de OVNIS escrito por Las Heras, otro conspicuo dirigente histórico de esta Sociedad. El tesorero García entra en su carácter de diputado metropolitano por el Partido de la Ciudad que promovió la candidatura de Ibarra, y que fundado y presidido por el actual Presidente de SADE, Dr. Giorno, que también fue diputado local.
Uno de los pocos miembros que supera las veinte referencias es el vicepresidente Cabral, que también se destaca por su obra publicada toda ella del rubro psiquiatría y neurociencias.
El secretario Callaey entra en Google en su gran carácter de Gran Consejero de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Otros miembros que superan las siete menciones, obtienen ventaja por la fama de homónimos. Un homónimo, y colega contable del actual protesorero Claudio Brindesi aparece en un antiguo número de Clarin del 2005, vinculado como gerente finaciero de una empresa de la Armada, en la desaparición de un millón y medio de dólares de su caja de seguridad. La SADE fue repudiada por la mayoría de los escritores y editores, cuando intentó monopolizar la recaudación de los derechos de todos los autores, mediante un proyecto de ley presentado por la diputada Olijella del Valle Rivas. Patética fue su intervención –suscrita por varios de los actuales directivos- solicitando a la Academia Sueca el Premio Nobel para un Sr. Perez Pardella, que era el presidente de Argentores cuando esta otra corporación acudió en auxilio de las finanzas drenadas de la SADE con un préstamo de honor de cuarenta mil dólares.
Ésta es la Entidad Representativa de los Escritores a la que consulta para proveer jurados de sus premios, la Dirección de Premios y Concursos del Gobierno de la Ciudad. Esta vez, en su representación -y con el mismo poder de voto que escritores tan conocidos como Dal Maseto y académicos como Horacio Requeni- la SADE envió a Jorge Lomuto, del que se conoce un solo libro publicado por la editorial Dunken, y nunca llegado a las librerías.

Más, acá (incluye la versión completa en formado .doc de La experiencia sensible).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es demasiado evidente en lo que se llama la prensa «cultural» (artes, literatura, filosofía, etc.) y en esas evaluaciones «finas» sobredeterminadas, sobrecodifïcadas, que no inducen inmediatamente la opinión pública como juicio político o decisión electoral. Cada vez que una institución mediática regula fenómenos de mercado a una escala masiva, confisca y censura también masivamente, dogmatiza, cualesquiera que sean su eclecticismo real o su liberalismo de fachada, sus virtudes o sus vicios, ya cautive, ya aburra, ya se la encuentre distinguida, vulgar, o las dos cosas a la vez. Cuando a un solo juez, se piense lo que se piense de tal o cual de sus talentos, se le confía aquí o allá un monopolio de evaluación, de filtración, de exposición a la plena luz, determina las ventas en los supermercados de la cultura. Así, una obra queda relegada lejos de la corte, hacia la noche de un recinto quasi privado, si no cumple las condiciones de visibilidad en ese gran pequeño espejo que fascina deformando, filtra y desvía hacia él tanta energía, interrumpe la conversación, pliega el cuerpo y la mirada social a una nueva fisiología, proyecta en fin al extranjero los últimos iconos de la cultura nacional. Hoy, con esta escala, de un libro tienen que venderse y, distingamos, leerse, más de diez mil ejemplares para ser otra cosa que una correspondencia confidencial y casi privada. Resultado: las investigaciones llamadas «difíciles», rebeldes al estereotipo de la imagen o de la narración, poco sometidas a las normas de la cultura así representada en su «media» (en singular, la «opinión» significa siempre la «media») quedan excluidas de la escena: ocultadas, privadas de la luz, del día. En consecuencia, se las juzga, cada vez más, «oscuras», «difíciles», o «ilegibles» y así se convierten en aquello que se dice que son y se quiere que sean: inaccesibles. El ciclo se acelera. Se diga lo que se diga de la calidad de nuestros media «culturales»

Anónimo dijo...

nostá el .doc de La experiencia sensible!
ondestá?

(lo habrá bajado mondadori? oh! o será tan sólo mi ineptitud? juro que no es pereza porque busqué y rebusqué y escarbé el sitio.
si está y no lo vi, se revela, indiscutible, mi flagrante estupidez)

Unknown dijo...

A L C A Y O T A: YO LO BAJE ANOCHE Y AHORA VOLVÍ A PROBAR Y EL DOC, CLIQUIANDO ABRE EN LA PANTALLA DE EXPLORER. LO DIFICIL ES LEER ESA NOVELA. K ROT

J la Rata dijo...

Yo propongo que le caguemos premios a Fogwill en más instituciones, asi después se manda estas investigaciones, con las que nos reímos y aprendemos (?)

-J.

(por supuesto que este tambien te lo robo para matandoenanos...)

El Canilla dijo...

buenísimo!
Siempre se aprende.