miércoles, 31 de agosto de 2016
martes, 30 de agosto de 2016
Rumbo al Nobel
El escritor César Aira ganó el premio de narrativa Manuel Rojas
El jurado del lauro chileno destacó la variedad y calidad de la obra del autor de El cerebro musical, cuyos relatos "en los que la realidad se ve atravesada por la presencia de lo insólito"
El jurado del lauro chileno destacó la variedad y calidad de la obra del autor de El cerebro musical, cuyos relatos "en los que la realidad se ve atravesada por la presencia de lo insólito"
sábado, 27 de agosto de 2016
Tristeza y victimización
por Daniel Link para Perfil
Me encuentro con amigos por la calle,
con médicos en los consultorios y todos me manifiestan su “tristeza”
por “todo lo que está pasando”. Como es difícil entender un
estado de duelo tan generalizado y tan indeterminado (¿se refieren a
la situación de los emigrantes sirios, a tal accidente aeronáutico,
a la degradación de la atmósfera, a las amenazas de muerte contra
funcionarios públicos?), pido precisiones y me contestan: “Todo lo
que está haciendo Macri”.
Por fortuna, les contesto, Macri no
está haciendo ni la décima parte de lo que temíamos, y eso por la
relación de fuerzas entre los tres poderes y la debilidad
parlamentaria que obliga a negociaciones constantes al gobierno
nacional con las fuerzas de oposición y los gobiernos provinciales.
Sin ir más lejos, ahí tienen el asunto tarifas, que para mí no fue
sino una artimaña publicitaria del gobierno para mostrarse
republicano hasta el tuétano.
Las democracias burguesas se
caracterizan por una alternancia entre un gobierno más hacia la
derecha y un gobierno más hacia la izquierda (socialismo/ Partido
Popular en España, laboristas/ conservadores en Reino Unido,
demócratas/ repúblicanos en los Estados Unidos, etc.). Sabido es
que cuando le llega el turno de gobernar a la derecha habrá que
sacar chispas contra el asfalto hasta que el turno pase y evitar los
mayores males. Y, mientras tanto, procurar construir alternativas de
“izquierda verdadera” (o sea: aquella que produce cambios
estructurales).
En Argentina, por el contrario, hemos
tenido que resignarnos a una alternancia entre una derecha más bien
populista y una derecha que ni siquiera llega a liberal y que habría
que llamar postpopulista.
Así vistas las cosas, da para ponerse
triste, pero no son los términos en los cuales la tristeza ilustrada
se manifiesta y me interpela. Habrá que recordar a Nietzsche, para
quien “la pena domestica al hombre, pero no lo hace mejor”.
martes, 23 de agosto de 2016
Otra denuncia estremecedora
"Vivimos en una cultura fornicaria que banaliza la unión entre el hombre y la mujer", afirmó el arzobispo de La Plata
Monseñor Héctor Aguer cuestionó los 450.000 preservativos repartidos en la Villa Olímpica y rechazó la adopción de niños por parte de matrimonios igualitarios.
Monseñor Héctor Aguer cuestionó los 450.000 preservativos repartidos en la Villa Olímpica y rechazó la adopción de niños por parte de matrimonios igualitarios.
domingo, 21 de agosto de 2016
sábado, 20 de agosto de 2016
Baja energía
Por Daniel Link para Perfil
Aunque los Juegos Olímpicos no son
sino un gigantesco negocio que concentra las pocas virtudes y los
muchos vicios del capitalismo, en principio me gusta mirarlos. Son el
evento televisivo más importante de la historia y, desde su
relanzamiento bajo el lema “citius, altius, fortius” (“más
rápido, más alto, más fuerte”), no ha dejado de crecer en
cantidad de disciplinas incluidas, países y atletas participantes.
Argentina fue uno de los doce países
que fundaron el Comité Olímpico Internacional en 1894, pero su
actuación fue siempre más bien mediocre por la falta de educación
física y formación atlética que caracteriza a nuestra República,
que abandona a los atletas y deportistas a su suerte.
Una vez que constaté lo que ya sé (la
belleza del atletismo y la gimnasia, el hastío que me provocan los
deportes grupales), me doy cuenta de que lejos de amortiguar el ruido
cotidiano, la competencia olímpica lo amplifica. Al
mismo tiempo que me dejo atrapar por las mujeres-gacela, por los
hombres-pájaro y por los jóvenes-delfines me doy cuenta de la
perversidad de un universo compuesto por una élite de privilegiados.
Y
luego están las lamentaciones y los reproches. Argentina perdió.
Argentina pierde. Argentina quedó afuera. Estas frases retumban como
piedras que ruedan hacia el abismo en el que muere el principio
esperanza. Se refieren a la performance de los representantes de
nuestro país en los Juegos Olímpicos, pero uno no puede sino
atribuirlas también al bajo coeficiente energético que nos
caracteriza. Argentina nunca estará bien preparada para enfrentar
los desafíos en los que se involucra, porque no se termina de
entender la lenta y rigurosa formación que se requiere para brillar
en una disciplina. Por eso tienen tan buena prensa los deportes
grupales: ahí es cuestión de “juego”, el infantilismo que pone
el propio destino del lado de la suerte, cuando no de la picardía
criolla.
Demasiada
realidad para mí, que miro televisión sólo para escaparme de ella.
Pero como todo el mundo (literalmente) está mirando los Juegos
Olímpicos, la oferta de ficciones es más bien pobre y yo no tomé
la precaución de ahorrar para tiempos como éste. A falta de
ficciones dadas, me dedico a inventar las mías.
Las
aguas turbias de la pileta olímpica. Una bacteria psicotizante
plantada por un científico demente. Una guerra entre lesbianas
lanzadoras de martillo y locas nadadoras. La villa olímpica
convertida en campo de batalla. Las favelas aprovechan la
circunstancia, bajan del morro y toman la ciudad fundando la Comuna
Socialista de Río. Las fuerzas armadas quieren intervenir, pero los
atletas chinos crean un círculo defensivo alrededor de la Comuna.
Imposible atacarlos sin represalias del gigante asiático. Se
proclama la propiedad colectiva de los departamentos de Ipanema y el
amor libre.
viernes, 19 de agosto de 2016
Curarse en salud
por Daniel Link para Soy
El recuerdo más fuerte que tengo de
Dj. Dr. Trincado es en una fiesta (¿de disfraces?) en una de las
terrazas del Centro Cultural Recoleta, que ya no existen. De hecho,
muchos de los lugares por los que pasó Dr. Trincado ya no existen lo
que, en algún sentido, multiplica la felicidad de su propia
superviviencia porque nos permite acordarnos de nosotros en lugares
que ya no están pero en los que fuimos felices.
En ese recuerdo, él tocaba el tecno
más sexy de la noche y todos lo mirábamos bailar y tratábamos de
seguir sus enganches, siempre perfectos, siempre sugerentes. ¿De qué
año hablo? Imposible precisarlo: los últimos días de los años
ochenta, o los primeros de los años noventa.
Para Cristian, el nombre pila del Dr.
Trincado, la música es salud (de ahí su seudónimo) y eso lo
aprendió de chico, según cuenta, en el winco que tenía en su
cuarto o en el combinado CBS que sus padres usaban para hacer fiestas
en la terraza.
Dr. Trincado dio sus primeros pasos
como DJ en la mítica New York City, a comienzos de los ochenta. Yo
fui sólo una vez (o dos) a New York City. Creo que el lugar era
demasiado grande para mi gusto, de modo que poco es lo que puedo
decir de esos inicios.
Después, entre los años 92 y 95, pasó
discos en la Age of Communication, la casa que había fundado Juan
Calcarami y donde se daba cita la jeunesse dorée porteña.
Había
una terraza (de donde se cayó, una noche, un excedido, lo que motivó
el cierre del lugar, si mi memoria no me falla), un segundo piso
donde estaban el Salón Puteaux, el Orient Express y una ¡biblioteca!
Pero
la pista de baile, Cericette, estaba en el primer piso, donde
reinaban Carlita Tintoré, Diego Ro-k y Dr. Trincado, fundadores de
DJ Union. Yo solía frecuentar la terraza, donde podía encontrarse
una fogata prendida en medio de la noche y la pista, naturalmente,
dependiendo de mis humores y de los discos que sonaran.
En
el 93, Alaska desembarcó en Buenos Aires para fundar Morocco, que
duró hasta el 2001 y que fue el lugar más hermoso de las mil y una
noches de Buenos Aires. Alaska y sus socios encomendaron la
ambientación a Sergio De Loof (que antes había dejando su huella
indeleble en Bolivia y El Dorado) y a Sergio Lacroix, que diseñó el
salón Shambala del subsuelo, donde Carla Tintoré, Diego Ro-k y Dr.
Trincado eran los Djs. residentes.
En
algún momento, Morocco dejó de ser lo que era, la música se volvió
mucho más previsible y el ambiente perdió gran parte de su encanto.
Para entonces, Dr. Trincado ya estaba en otra parte. Por ejemplo, en
Ave Porco, que duró del 95 hasta finales de 1999.
A
mí Ave Porco no me gustaba mucho porque era un lugar excesivamente
ecléctico y uno no sabía con qué iba a encontrarse, pero era un
fuego.
Yo
solía ir los jueves, y sólo porque tocaba Trincado. El último
jueves de Ave Porco fue el 30 de diciembre de 1999. Los que estuvimos
ahí fuimos convidados a llevarnos un pedazo del lugar, como si se
tratara del Muro de Berlín. Poco después, estuve también en la
última noche de Morocco. Empecé a salir menos (no fuera cosa que me
tildaran de jettatore)
pero Trincado siguió prestándole su brillo a los lugares en los que
tocaba.
Por
supuesto, a veces iba a lugares donde no tocaba Trincado, y así
aprendí a diferenciar estilos y saberes. Los que marcaron mi
juventud, en fin, mi vida bailable (que ya cultivo apenas, para
escándalo de Alejandro Ros, que me amenaza con expulsarme de las
listas de invitados) fueron Dr. Trincado y Dany Nijensohn, cada uno
con un talento particular.
Un
poco por eso, cuando me casé por segunda vez, les pedí a Dr.
Trincado y a Dany Nijenson que tocaran en nuestra fiesta, que fue una
fiesta hermosa, en gran parte gracias a ellos.
Trincado
es un erudito. Y al mismo tiempo, un experimentador incansable.
Detesta los ambientes mainstream,
la repetición incesante de lo mismo, el marketing
berreta. No vive alienado en un universo puramente musical y le gusta
leer, investigar, mezclar los sonidos antiguos de la tierra con la
electrónica del más allá del mundo.
Si
antes el título de Dr. le cuadraba porque provocaba felicidad y
salud con sus pasadas de discos, ahora creo que le corresponde por su
sabiduría. Me gusta decirle, cada vez que lo veo: “¿Pero cómo le
va Doctor?”, con un tono impostado de década del cuarenta. A
Trincado le gusta mucho Carlos D'Alessio, uno de los compositores
argentinos más brillantes, más secretos, más melancólicos.
Compartió
cabina con Sacha, Primal Scream, Deep Dish (oh, yo los adoraba) y Mad
Proffesor. Produjo a Massive Attack en Argentina e interactuó con
ellos en vivo. Pero a él nada de eso le importa demasiado porque
sabe que la idea de “carrera” está erizada de malos entendidos,
y le importan mucho más los desafíos que el confort de un
curriculum completo. Por eso actuó para Vivi Tellas en uno de sus
Biodramas, por eso invitó a su madre a presentarse con él como DJ
Rita en unos mediodías del Teatro San Martín, por eso grabó un
disco cantando sus canciones predilectas (DJ Sings
the Blues).
La
última vez que trabajamos juntos fue en marzo de este año, cuando
le pedí que creara una fiesta para una “Gran Gala Modernista” en
el Teatro Margarita Xirgu, donde ahora va a presentar su disco (que
no es el primero, ni será el último). ¿Qué quieren que les diga?
La gente bailó como loca.
Vayan preparándose: busquen las pistas
que, generosamente, Dr. Trincado cuelga en Internet. Cantaremos y
bailaremos y, más de uno, aprovechará para festejar ahí mismo su
cumpleaños. Cristian nos ha prometido que la presentación del disco
será como un Café Concert - Vodeville. Un happening en tiempo real
(58 minutos) que seguirá los 18 tracks del disco. Los números serán
coordinados con imágenes proyectadas en la pantalla, efectos
lumínicos y, naturalmente, la mejor música.
jueves, 18 de agosto de 2016
martes, 16 de agosto de 2016
Lejano Oriente
Una vaca paralizó las actividades del aeropuerto de Punta del Este
Para volver a Buenos Aires, los pasajeros argentinos tuvieron que tomar taxis hasta el aeropuerto de Carrasco, en las inmediaciones de Montevideo
Para volver a Buenos Aires, los pasajeros argentinos tuvieron que tomar taxis hasta el aeropuerto de Carrasco, en las inmediaciones de Montevideo
sábado, 13 de agosto de 2016
Puro teatro
por Daniel Link para Perfil
En la puesta de Rubén Szuchmacher para
Todas las cosas del mundo no hay voces en off (apenas unos
pájaros que trinan cada tanto, algún ruido), no hay proyecciones,
no hay ilusionismo, apenas si hay utilería (que los propios actores
llevan y traen): todo el efecto descansa en la posición de los
cuerpos, sus gestos y las voces encarnadas de los personajes diciendo
el texto extraordinario escrito por Diego Manso.
Es como un espectáculo que tanto puede
ser representada en los teatros oficiales de Buenos Aires (que por
mezquindad se privan de este privilegio), en una plaza pueblerina o
en un club de barrio. La fortuna quiso que esté montada en el teatro
Payró, en pleno centro de Buenos Aires y que yo pudiera verla en su
mejor momento, el sábado pasado.
En Todas las cosas del mundo se
cruzan sutilmente varias figuras marginales: los dueños de una feria
de freaks que han perdido a todas sus atracciones salvo una,
la Niña Foca, que se dedica a leer encerrada en su celda, un cura
inescrupuloso perseguido por violación de menores que quiere
transformarla en santa, la madre que vendió a su hija y un peon de
campo borderline que llora a su madre muerta y que, en una
escena conmovedora, explica el título de la pieza y el sentido del
texto de Diego Manso.
Lo que se lee en Todas las cosas del
mundo es extremadamente complejo: un desbarajuste de registros,
unas líneas de fuerza que van hacia arriba (lo sublime) y hacia
abajo (lo grotesco), tensadas con una violencia ausente en el teatro
contemporáneo. Rubén Szuchmacher, el más inteligente de los
directores teatrales argentinos, leyó la pieza y entendió todo lo
que estaba en juego. Ideó un espectáculo minimalista donde lo único
que importa es la fuerza de los parlamentos, la clara dicción, el
pasaje sin transiciones desde la pincelada grosera al dicho solemne y
trágico. ¿Hay actores que puedan aceptar semejante desafío? Aquí
están: Ingrid Pelicori, enorme, en primer término, que se puso en
la piel de un personaje (Iberia) que transita todos los estilos que
el teatro ha urdido con paciencia a lo largo de los siglos. La
acompañan un soberbio Iván Moschner en la piel del Padre Garzone, y
Horacio Acosta, Paloma Contreras, Fabiana Falcón y Juan Santiago.
Todas las cosas del mundo nos
devuelve la confianza en la diversión teatral. Se la puede ver de
jueves a domingo. Necesitaría dos días más en cartel. Ya los
conseguirá, y bufarán los eunucos.
viernes, 12 de agosto de 2016
Dicen que...
Osvaldo Lamborghini / Silvio Lang / Ignacio Bartolone
por Mariano López Seoane para Otra Parte Semanal
El dispositivo alucinado que ideó Silvio Lang para presentar El fiord en el marco del Festival Nueva Ópera Buenos Aires es cautivante y eficaz. Esta puesta exaltada,
eco de un presente sombrío e insinuación del futuro siniestro que
resopla en nuestras nucas, les debe tanto a la desmesura física que Lang
les exige a sus actores como al surrealismo de Cottolengo que practica
el vestuarista Endi Ruiz y al diseño de luces distópico que compone
David Seldes. El resultado es un ecosistema en el que podrían luchar a
muerte Rick Deckard y Martín Karadagian, la teniente Ripley y la Justine
de Sade. El fiel de la balanza se inclina hacia nuestras pampas por
efecto de una lengua hiperlocal y neobarrosa, y por la tensión de las
actuaciones hacia un grotesco sublimado. Si en el cine argentino o en el
peor teatro de revista el grotesco ha sido una verdadera cárcel para el
actor (y para la imaginación), en esta ópera experimental es dinamita,
sobre todo en manos de intérpretes todoterreno como Julián Cabrera
(Sebas), Sol Fernández López (Carla Greta Terón) y Eddy García (Atilio
Tancredo Vacán), que hacen estallar la llanura de los chistes. Esa polenta encierra
sin embargo un problema: la máquina escénica que ensambla Lang se
vuelve por momentos cacofónica, empastando el filo del texto que se
quería reanimar.
Un texto que está vivito y culeando. En efecto, y contra todo pronóstico, el libretto es uno de los elementos más potentes del cóctel. Ignacio Bartolone se desplaza con liviandad admirable por un corpus que en otras manos hubiera pesado como un dolmen. Y ahí donde una mímesis pétrea hubiera sido lo recetado, Bartolone parece dialogar de igual a igual con el muerto, colando dosis exactas de reverencia y burla, reconocimiento y sublevación, y firmando un texto que se sostiene más allá y más acá de la puesta, un homenaje taimado y honesto que sabe a pacto con el diablo. Engordado con citas infaltables en un Greatest Hits de Lamborghini, pero también con extractos de Shakespeare o William Blake, El fiord de Bartolone deja de ser el relato que todos conocemos y se consolida como un cristal de ese universo de sentidos que constituye tanto la condición de posibilidad como el legado de Osvaldo Lamborghini.
Libreto intachable + puesta inspirada. El resultado no es sin embargo un gol de media cancha. A piacere de las brujas lamborghinianas, que anticipaban maliciosamente un desastre, la ópera no logra ser el vehículo que el relato pedía, en gran medida porque el acople entre poesía y acción dramática no es exacto y se pierde para el espectador mucho de lo que este texto todavía tiene para decir. Pero esa caída devela el tesoro de esta puesta: su ambición desmedida, su carácter de aventura radical. Hay algo de la determinación febril de Aguirre o del entusiasmo alunado de Fitzcarraldo en la incursión de Lang. Y no es casual que convoque los nombres en clave de Herzog, un agitador constante de la necesidad de adentrarse en territorios desconocidos y peligrosos.
El crítico Robert Egbert solía decir de Herzog que aun sus fracasos eran espectaculares. Esta puesta ayuda a entender plenamente esa sentencia y le rinde el mejor homenaje posible a un texto que hace más de cuatro décadas se internó con pico y pala en el corazón más negro de la patria sin estrategia de salida y sin red de seguridad. Y de paso, nos recuerda que, bajo ciertas circunstancias, fracasar, perder o no saber pueden ofrecer formas de estar en el mundo más creativas y más iluminadoras que las que ofrecen las somníferas mieles del éxito.
El fiord, ópera de cámara basada en el texto homónimo de Osvaldo Lamborghini, libreto de Ignacio Bartolone, dirección escénica de Silvio Lang, música de Diego Tedesco, dirección musical de Juan Martín Miceli, Teatro 25 de Mayo, Buenos Aires.
Un texto que está vivito y culeando. En efecto, y contra todo pronóstico, el libretto es uno de los elementos más potentes del cóctel. Ignacio Bartolone se desplaza con liviandad admirable por un corpus que en otras manos hubiera pesado como un dolmen. Y ahí donde una mímesis pétrea hubiera sido lo recetado, Bartolone parece dialogar de igual a igual con el muerto, colando dosis exactas de reverencia y burla, reconocimiento y sublevación, y firmando un texto que se sostiene más allá y más acá de la puesta, un homenaje taimado y honesto que sabe a pacto con el diablo. Engordado con citas infaltables en un Greatest Hits de Lamborghini, pero también con extractos de Shakespeare o William Blake, El fiord de Bartolone deja de ser el relato que todos conocemos y se consolida como un cristal de ese universo de sentidos que constituye tanto la condición de posibilidad como el legado de Osvaldo Lamborghini.
Libreto intachable + puesta inspirada. El resultado no es sin embargo un gol de media cancha. A piacere de las brujas lamborghinianas, que anticipaban maliciosamente un desastre, la ópera no logra ser el vehículo que el relato pedía, en gran medida porque el acople entre poesía y acción dramática no es exacto y se pierde para el espectador mucho de lo que este texto todavía tiene para decir. Pero esa caída devela el tesoro de esta puesta: su ambición desmedida, su carácter de aventura radical. Hay algo de la determinación febril de Aguirre o del entusiasmo alunado de Fitzcarraldo en la incursión de Lang. Y no es casual que convoque los nombres en clave de Herzog, un agitador constante de la necesidad de adentrarse en territorios desconocidos y peligrosos.
El crítico Robert Egbert solía decir de Herzog que aun sus fracasos eran espectaculares. Esta puesta ayuda a entender plenamente esa sentencia y le rinde el mejor homenaje posible a un texto que hace más de cuatro décadas se internó con pico y pala en el corazón más negro de la patria sin estrategia de salida y sin red de seguridad. Y de paso, nos recuerda que, bajo ciertas circunstancias, fracasar, perder o no saber pueden ofrecer formas de estar en el mundo más creativas y más iluminadoras que las que ofrecen las somníferas mieles del éxito.
El fiord, ópera de cámara basada en el texto homónimo de Osvaldo Lamborghini, libreto de Ignacio Bartolone, dirección escénica de Silvio Lang, música de Diego Tedesco, dirección musical de Juan Martín Miceli, Teatro 25 de Mayo, Buenos Aires.
lunes, 8 de agosto de 2016
Vendo ciudad bonita, nunca taxi.
Querid@s amig@s de la cultura,
A través del intendente Larreta, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires planifica renovar en diciembre de este año legislaciones que son de vital importancia para nuestra común calidad de vida. Se trata ahora de "legalizar" todas las contravenciones de altura, espacios verdes y violaciones al código de edificación. Contrariamente a lo que exige la ley, para tales fines se ha obviado a la Legislatura y a las Comunas. El ejecutivo municipal nombró para tales fines a una comisión que está sesionando a espaldas de la ciudadanía. Esa comisión está a cargo de
* la Actualización del Plan urbano ambiental
* nuevo código urbanístico
* nuevo código de edificación
* y del Plan estratégico Buenos Aires 2013
Desde el inicio de la gestión del Pro se han privatizado o concesionario más de 190 hectáreas de la ciudad y la avalancha de privatizaciones para negocios inmobiliarios tiene bajo Rodríguez Larreta un impulso mucho más voraz que antes. Estamos perdiendo la ciudad bajo el cemento con todo lo que ello implica: carencia de viviendas sociales, destrucción del patrimonio urbano, pérdida de identidad cultural, de espacios verdes, etcétera, etcétera.
Con el Observatorio del derecho a la Ciudad estamos elaborando una "Carta del derecho a la ciudad" como la que ya existe, por ejemplo, en la Ciudad de México y en otras ciudades del mundo. En ella plasmamos qué ciudad queremos. A pesar de no ser vinculante, vamos a presentarla en la Legislatura para que se haga pública y, si cabe y los vientos nos son propicios, que los Legisladores la tengan en cuenta al momento de votar.
Necesitamos la mayor cantidad de adhesiones posibles. Y, si pueden, que hagan circular este mail.
Envío un primer esbozo de la carta y algunos links sobre la iniciativa:
*Página web: www.cartaderechoalaciudad.com. ar
*Para INSCRIPCIÓN a los eventos y para ADHERIR a la Campaña http://goo.gl/forms/ 4UniAp4DP7wLvQP93
*Página de la Campaña https://www.facebook.com/ CartaDerechoalaCiudad/
A través del intendente Larreta, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires planifica renovar en diciembre de este año legislaciones que son de vital importancia para nuestra común calidad de vida. Se trata ahora de "legalizar" todas las contravenciones de altura, espacios verdes y violaciones al código de edificación. Contrariamente a lo que exige la ley, para tales fines se ha obviado a la Legislatura y a las Comunas. El ejecutivo municipal nombró para tales fines a una comisión que está sesionando a espaldas de la ciudadanía. Esa comisión está a cargo de
* la Actualización del Plan urbano ambiental
* nuevo código urbanístico
* nuevo código de edificación
* y del Plan estratégico Buenos Aires 2013
Desde el inicio de la gestión del Pro se han privatizado o concesionario más de 190 hectáreas de la ciudad y la avalancha de privatizaciones para negocios inmobiliarios tiene bajo Rodríguez Larreta un impulso mucho más voraz que antes. Estamos perdiendo la ciudad bajo el cemento con todo lo que ello implica: carencia de viviendas sociales, destrucción del patrimonio urbano, pérdida de identidad cultural, de espacios verdes, etcétera, etcétera.
Con el Observatorio del derecho a la Ciudad estamos elaborando una "Carta del derecho a la ciudad" como la que ya existe, por ejemplo, en la Ciudad de México y en otras ciudades del mundo. En ella plasmamos qué ciudad queremos. A pesar de no ser vinculante, vamos a presentarla en la Legislatura para que se haga pública y, si cabe y los vientos nos son propicios, que los Legisladores la tengan en cuenta al momento de votar.
Necesitamos la mayor cantidad de adhesiones posibles. Y, si pueden, que hagan circular este mail.
Envío un primer esbozo de la carta y algunos links sobre la iniciativa:
*Página web: www.cartaderechoalaciudad.com.
*Para INSCRIPCIÓN a los eventos y para ADHERIR a la Campaña http://goo.gl/forms/
*Página de la Campaña https://www.facebook.com/
sábado, 6 de agosto de 2016
Guion olímpico
por Daniel Link para Perfil
La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos fue encomendada a los directores de cine Andrucha Waddington y Fernando Meirelles, responsables de una puesta en escena no tanto “high-tech”, sino “high-concept” (dijo Meirelles), coordinados por el director estadounidense de eventos en vivo, Steve Boyd. La coreógrafa Deborah Colker trabajó con 6.000 voluntarios y 100 bailarines profesionales. El director de escena, Leonardo Caetano, prefirió “trabajar con más gente y menos objetos en escena”, “porque cuando la fiesta termina, esas cosas generan basura”. No aclaró qué le pasa a esos cuerpos-mercancía cuando termina “la fiesta”, pero en Internet hay algunos indicios de ecología posolímpica.
Comparada con el de ceremonias previas (Londres, Danny Boyle), el guion “high-concept” de la ceremonia fue muy conservador, adecuado a los tiempos que corren. Se previó un homenaje a la bossa nova, con un final subrayando (y sólo eso) la división social y la exclusión: la Garota de Ipanema, víctima de un arrastao –robo colectivo por parte de faveleiros. “Construçao” de Chico Buarque sirvió como pista para recordar el levantamiento anarquista del 17-18 en San Pablo y Río de Janeiro, pero entre una y otra escena no se estableció relación.
En otro cuadro, la infame importación de mano de obra esclava (cinco millones de africanos). El asunto ocupó lo mismo que el segmento de la inmigración japonesa.
El punto más alto probablemente haya sido el sambâo más grande del mundo. Mañana empiezan los clavados.
viernes, 5 de agosto de 2016
¡Otra denuncia estremecedora!
Santiago del Estero: encuentran cocaína en la mochila de una nena de 4 años
La droga fue hallada por la maestra del jardín de infantes al que asiste la menor
La droga fue hallada por la maestra del jardín de infantes al que asiste la menor
Medallero olímpico
No sé si llegaré a entregar 2.102 veces, pero haré lo posible. Empezamos por las descalificaciones:
1. Hassan Saada, porque eso no se hace (de todos modos: sirva esta descalificación como advertencia para las autoridades marroquíes. Estos jóvenes están tan alzados que no se los puede soltar por el mundo así como así).
2. Tom Daley, porque yo a la Tomasa la estuve esperando durante ocho años. Le dí su tiempo, la dejé que creciera. Y ni un twitter, ni un llamado, ni nada. Chiruza.
jueves, 4 de agosto de 2016
Coginche olímpico
En la Villa Olímpica de Río, se comenzaron a repartir los 450 mil preservativos destinados a los atletas. Se superó la cantidad de los Juegos de Londres.
miércoles, 3 de agosto de 2016
Ay, qué miedo....
Crean las primeras neuronas artificiales que funcionan como las biológicas
Ttienen el mismo comportamiento que las neuronas del cerebro; usan un material disponible en los discos ópticos regrabables; podrían revolucionar el procesamiento de grandes volúmenes de datos; las fabricó IBM.
Ttienen el mismo comportamiento que las neuronas del cerebro; usan un material disponible en los discos ópticos regrabables; podrían revolucionar el procesamiento de grandes volúmenes de datos; las fabricó IBM.
Por la Quinta Internacional
Roberto Gargarella: "Me parece un insulto a la izquierda mucho de lo que se hizo en su nombre en los últimos tiempos"
El jurista subrayó críticas contra el kirchnerismo y los intelectuales que lo sostuvieron, pero también marcó un horizonte poco alentador para el gobierno de Mauricio Macri.
El jurista subrayó críticas contra el kirchnerismo y los intelectuales que lo sostuvieron, pero también marcó un horizonte poco alentador para el gobierno de Mauricio Macri.