Página/12 quiso saber cuándo se realizó la última inspección en el boliche del siniestro. En el gobierno nadie tenía respuestas a esa pregunta: "El expediente está en manos de la jueza María Angélica Crotto." Lo cierto es que cualquier inspector hubiera advertido la irregularidad.
La única constancia existente a la que se pudo acceder fue el informe del comisario Alberto Corbellini, jefe de la División Prevención de la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal, con fecha del 15 de febrero de 2004, según el cual sólo 38 locales bailables cumplían con la certificación de protección contra incendios exigida por la ordenanza 50.250 de la ciudad.
Ese informe se hizo en respuesta a un pedido de informes de Atilio Alimena, adjunto de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Según Alimena, como en la ciudad "hay registrados 256 boliches?, el porcentaje de locales en regla en ese momento era bajísimo: el 14 por ciento". Anoche, el jefe de Gabinete del gobierno porteño, Raúl Fernández, aseguró a este diario que el número de boliches habilitados en la ciudad es de 108. Y el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, aseguró que en todo el año hubo 70 clausuras de boliches por no cumplir con las normas contra incendio.
Ibarra cargó las tintas en la irresponsabilidad empresaria y en quienes arrojaron pirotecnia dentro del local, pero no eludió el papel que le cabe a su gobierno. "Este hecho nos exige tomar medidas fuertes, cambiar las cosas que no funcionan o que funcionan mal", dijo, antes de anunciar la suspensión de la actividad en locales bailables durante 15 días, a partir de mañana, para consensuar una nueva normativa para el control de esta actividad (ver recuadro). El anuncio se realizó después de una reunión de gabinete, en la que se notó la ausencia del máximo responsable del área, Juan Carlos López. Hasta ahí, el problema estaba en las normas y no en el organismo encargado del control: la Unidad Polivalente de Inspecciones. La UPI fue creada por Aníbal Ibarra a fines de 2003, después de disolver el cuerpo de inspectores municipales sobre el que pesaban severas denuncias de corrupción. Ese cuerpo está conformado hoy por 200 inspectores, quienes tienen a su cargo el control de los 200 mil comercios habilitados en la ciudad, según reconoció el propio López. "No es posible hacer un control en tiempo real de todos los boliches de la ciudad", se defendió el funcionario. La subsecretaria de Control Comunal, Fabiana Fiszbin, responsable del área de inspección, se encontraba ayer fuera del país y no pudo ser localizada.
Lo cierto es que anoche, después de la concentración de manifestantes frente a la sede del gobierno porteño, donde la gente increpó a las autoridades al grito de "Que se vayan todos", López resolvió ofrecer su renuncia, que fue aceptada de inmediato por el jefe de Gobierno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario