Antes, la supervivencia de la cultura estaba garantizada sólo por la relación que entabláramos con nuestros antepasados (de la pedagogía al culto a los muertos). Después, los medios masivos desplazaron (y, en muchos sentidos, aniquilaron) aquella relación por medio de la cual las tradiciones (selectivas) dominaban los procesos de adquisición de conciencia de sí. El pluralismo mediático (y no sólo por una razón económica) impuso la coexistencia de todas las tradiciones, cuyo efecto fue un puro presente que alarmó a historiadores y sociólogos.
Desgarrado de todas las tradiciones, el arte en la edad de los medios se volvió un producto cada vez más impersonal, mejor o peor realizado, pero en todo caso sin demasiadas marcas personales o locales: fue el auge de la literatura internacional y de sus subespecies, igualmente globales (de la "literatura femenina" a la "literatura gay"). Mucho de cálculo y nada de experiencia.
sigue acá.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario