viernes, 11 de febrero de 2005

Chicas que cantan

Working girl*

*Publicado originalmente en 1998. Hoy la estrella colombiana es otra cosa, pero estos dichos siguen pareciéndome ciertos.

por Daniel Link Shakira Isabel Mebarak Ripoll, hija menor de William Mebarak y Nidia Ripoll, nació en la ciudad de Barranquilla (Colombia) un 2 de febrero del año 1977, bajo el signo de Acuario.
A los cinco años demostró, a través de los cantos y danzas de sus ancestros árabes, su excepcional disposición artística. A los diez años de edad escribe sus primeras canciones. En 1988, participa en el certamen "Buscando la artista infantil", cuyo galardón retuvo por tres años consecutivos. Al cumplir sus 14 años -"despues de haber demostrado sus grandes dotes como cantante en cuanto certamen escolar o de beneficencia" se presentara-, conoce (no se aclara dónde) a un ejecutivo de Sony Music gracias al cual "es posteriormente invitada a las oficinas centrales de la compañía", donde realiza una audición y se acuerda inmediatamente su contrato con la multinacional.
En 1991 producirá, con la dirección artística de Miguel E. Cubillos y Pablo Tedeschi, Magia, su primer álbum que, si bien no alcanza a figurar en los charters de su país, despierta el interés nacional por la niña, y su futura proyección como artista colombiana. De inmediato, comienza a ser invitada a cuanto "show central en hoteles y grandes centros nocturnos" hubiera.
En 1992 es postulada para representar a Colombia en el festival OTI de la Canción, pero a los 16 años no alcanza aún la edad reglamentaria (con seguridad, fijada en concordancia con las leyes de protección de la infancia) y participa en el Festival de la Independencia Cubana en Miami. Al año siguiente representa a Colombia en el Festival de Viña Del Mar -donde obtiene la Antorcha de Plata- y produce, bajo la dirección del argentino Eduardo Paz, Peligro, su segunda placa, que la confirma como la revelación artística colombiana en el género "balada pop".
Pies descalzos (1995), por fin, es un suceso de ventas que se convierte en disco de platino a los dos meses de su lanzamiento. Durante casi veinte semanas, dos de sus temas ocupan las dos primeras posiciones de los top 100 colombianos. Comienza a difundirse su disco en las radios de América Latina y de los Estados Unidos.
Su siguiente disco, ¿Dónde están los ladrones? (1998) fue producido por Emilio Estéfan -el hermano de Gloria, que producirá también a Soledad, responsable del formato "latinoamericano internacional" al que tienden los discos últimamente- y lleva vendidos en Argentina más de sesenta mil copias mientras Pies descalzos ya ha superado los cuatro millones y medio de copias en todo el mundo. La página oficial de Shakira en Internet, de donde se han tomado todos estos datos, no recibe información desde el 6 de abril de 1997. El domingo 31 de enero, Shakira -tapa de la revista Time a propósito del auge de "chicas roqueras" en el universo pop- se presentó en vivo en el Parque de la Costa, durante el show "La movida de Mateyko".

Los cuarenta principales La cultura pop, como una marea, coincide con la cultura juvenil. Fue el descubrimiento de este mercado juvenil a mediados de los años cincuenta lo que revolucionó el negocio de la música pop y, en Europa, el sector de la industria de la moda dedicada al consumo de masas. El "boom británico de los adolescentes", que comenzó por aquel entonces, se basaba en las concentraciones urbanas de muchachas relativamente bien pagadas en las cada vez más numerosas tiendas y oficinas, que a menudo tenían más dinero para gastos que los chicos. El boom de los sesenta mostró su fuerza primero en el mercado de artículos propios de muchachas adolescentes, como blusas, faldas, cosméticos y discos, por no hablar de los conciertos de música pop, cuyo público más visible, y audible, eran ellas. El poder del dinero de los jóvenes puede medirse por las ventas de discos -en los Estados Unidos subieron de 277 millones en 1955, cuando hizo su aparición el rock, a 2.000 millones en 1973 (tal como señala Hobsbawm en The Jazz Scene y en Historia del siglo XX). En los Estados Unidos, cada miembro del grupo de edad comprendido entre los cinco y los diecinueve años gastó por lo menos cinco veces más en discos en 1970 que en 1955.

Fiesta de quince ¿Qué explica el éxito de Shakira? En principio hay que notar que no es un éxito imprevisto -ocho años de relación contractual con la Sony Music no admiten azar alguno. Y también hay que decir que la historia (la historia de la imaginación pop) está de su parte: las quinceañeras latinoamericanas -llamemos así al consumidor "típico" de la industria discográfica, independientemente de su edad y sexo- necesitaban de su heroina, hecha a imagen y semejanza de las heroinas del pop norteamericano pero con el punto de vista de una latinoamericana. Shakira, hasta en la imagen de su último disco, coincide con Alanis Morrisette. Y no es que Shakira copie o adapte a Alanis Morrisette (sus composiciones, su estilo de cantar recuerdan de a ratos tanto a Alanis como a Sinead O'Connor, por ejemplo) porque, después de todo, Shakira existe desde mucho antes. Es más bien que la colombiana necesitaba de la existencia de Alanis para poder desarrollar una potencia similar entre las quinceañeras. Pies descalzos, el álbum que la llevó a la gloria, era un canto de esperanza, pero sobre todo de dolor, gritado por un corazón adolescente. El primer corte -ése que nadie puede no haber oído porque atravesó las discotecas, los bares, los casamientos, los picnics y las fiestas de quince, de entrada, decía: "estoy aquí/ queriéndote/ ahogandome entre fotos y cuadernos/ entre cosas y recuerdos que no puedo comprender". Fotos, cuadernos, incomprensión: ¿no se encierra en esas tres palabras la imagen más pueril y cándida del amor: corazones atravesados por flechas, el nombre amado escrito una y otra vez, con pasión maníaca, en cuadernos rayados? ¿Qué es la experiencia amorosa para una quinceañera? Puro aprendizaje. La mejor balada de Pies descalzos, "Para amarte", lo confesaba con ingenuidad arrolladora: "Para amarte necesito una razón y es difícil creer que no exista nada más que este amor.../ Desarrollaste mi sentido del olfato/ y aprendí por ti a querer los gatos".

Dientes sanos Casi todos los temas de Shakira se preocupan por la higiene y la salubridad. El estribillo de la bella balada "Moscas en la casa" de ¿Dónde están los ladrones? insiste en la advertencia: "mis días sin ti son.../ tan faltos de aire/ tan llenos de nada/ chatarra inservible/ basura en el suelo/ moscas en la casa". La pena de amor conduce a la castración, y la castración al desorden. Más allá, sólo el dengue. Y el amor no correspondido, igual: "ojerosa, flaca, fea, desgreñada,/ torpe, tonta, lenta, necia, desquiciada,/ completamente descontrolada". Así se encuentra la quinceañera que ama más de lo que es amada en "Ciega sordomuda", el primer corte de ¿Dónde están los ladrones?. La abandonada de "Si te vas" le advierte al que se fue con otra que no vuelva aún cuando la otra "no tiene más que un par de dedos de frente/ y descubres que no se lava bien los dientes/.../cuando las arrugas le corten la piel/ y la celulitis invada sus piernas". Las pasiones abstractas no tienen lugar en las canciones de Shakira, donde se trata siempre del amor descompuesto en sus unidades concretas: los dientes limpios, la casa ordenada, el cuerpo sin celulitis. Una pasión, sí, pero una pasión luminosa, profiláctica, pedagógica.

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