miércoles, 9 de febrero de 2005

Lugares comunes (la muerte)

Tiene razón Genovese en esto y en esto. Para andar diciendo huevadas, mejor es callarse. "Vargas Llosa dio un argumento imbatible contra la lectura liviana y los lectores pasivos". ¡Homofobia, homofobia! Proust, mucho antes, propuso argumentos interesantes contra la lectura en general. Lástima que no figure en los suplementos...
"Ahora estoy releyendo El Quijote, con prólogo del propio Vargas Llosa y debo confesar que a veces 'lo traiciono' para volver a escritos mas digeribles, como las crónicas de Tomás Eloy Martínez de Lugar Común, La Muerte*, o la premiada novela de Martín Caparrós, Valfierno". A la mentira (sólo releen El Quijote -o Proust, o Kafka, o Chandler- los especialistas, y eso porque no les queda más remedio), se suma el mal gusto, la mala conciencia y, claro, el desliz orto-gráfico que es índice (como todo desliz) de un conflicto ideológico: Majul quiere algo "capaz de exitar el pensamiento y al mismo tiempo, imposible de abandonar". El problema no es haber fallado al escribir excitar (como se debe, con doble consonante), sino presuponer que no hay excitación (goce, placer, inteligencia y sabiduría) en la pasividad: y así, del error orto-gráfico se pasa al problema orto-gráfico. Lo que es yo, la lata de atún se la habría revoleado por la nuca.
Pero en fin, de alguien que veranea en Cariló no puede esperarse sino careteada, estupidez, homofobia y servilismo.

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* Lo que molesta de los títulos de libros con las iniciales escritas con mayúscula es que esa convención es la de la lengua imperial (el inglés) y no la de la nuestra.

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