miércoles, 12 de abril de 2006

Papeles viejos (a pedido)

Las babas del diablo

por Daniel Link

Julio Cortázar reflexionó en dos cuentos sobre las paradojas temporales que la fotografía introduce en la cultura. La fotografía captura (para siempre) un corte temporal. Y Cortázar hizo que ese tiempo capturado siguiera sucediendo en la fotografía: en "Las babas del diablo" -incluido en Las armas secretas (1959)- y en "Apocalipsis en Solentiname" -incluido en Alguien que anda por ahí (1977)-, que reescribe en clave de denuncia política el primero. En el medio, Michelangelo Antonioni había transformado aquel magistral relato de una corrupción in progress en un asesinato que, en Blow-Up (1966), sucede ante la mirada atónita del fotógrafo.

En los tres casos, por haber sido fotografiado, algo seguía sucediendo para siempre, y sobre esa paradoja, pensaban Cortázar y Antonioni, hay que reflexionar en estos tiempos de fotografía porque, en última instancia, se trata allí de la representación y de la política.

Hemos visto, en estos días, la secuencia atroz que muestra el fusilamiento por la espalda de Darío Santillán. Como en "Las babas del diablo", como en Blow-Up, como en "Apocalipsis en Solentiname", en esas fotos de prensa veremos hasta el final de los tiempos cómo un joven argentino es perseguido y asesinado (durante toda la eternidad) por la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Sería un ejercicio frívolo del intelecto preguntarse qué habría sucedido en la Argentina si esa secuencia fotográfica no existiera. Esa secuencia fotográfica existe y en ella el tiempo (la historia) continúa transcurriendo. En esas fotos hay un fusilado que vive y hay asesinos en su busca.

En las ficciones de Cortázar y Antonioni, el fotógrafo interviene (con mayor o menor éxito) para torcer el rumbo de la historia. Es lo que deberíamos hacer hoy todos y cada uno de los argentinos, para salvar a Darío Santillán de la muerte vil a la que lo habían destinado.


"Las babas del diablo", Radarlibros, suplemento literario de Página/12, 243 (Buenos Aires: domingo 30 de junio de 2002)


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