lunes, 11 de diciembre de 2006

Dicen que...

A esta altura, parece innecesario declarar que Montserrat es una novela donde las invenciones más delirantes están signadas por un humor tan insidioso como insólito. Al borde de lo paródico, la incursión (nocturna, clandestina, peligrosa) al segundo subsuelo del Barolo para rescatar a "la Tita Merello" de su vigilia sacrificial remeda otro descenso, también a un sótano de Montserrat, muy prestigioso éste en las letras argentinas: el de "El aleph". El material de la ficción de Link tiene alguna coincidencia con el de Arlt, pero la prosa analítica, reflexiva, su puntuación alerta, las frecuentes sorpresas de dicción, todo ello está muy lejos del desmañe arltiano tan apreciado en tiempos de Contorno y sus seguidores. Si el juego de las filiaciones aun interesa a algunos profesores de literatura, podrían rastrear las de Montserrat por el lado de cierto Wilcock, el de los relatos de El caos.

"Pasó en mi barrio", el texto completo de Edgardo Cozarinsky, publicado en Inrockuptibles, 110 (Buenos Aires: diciembre de 2006) puede leerse acá.

1 comentario:

  1. Anónimo11:45 a.m.

    Dani
    fijate lo que produce haber inventado un Monserrat del deseo. Cozarinski termina creyendo que la casa de Constitución (igual que la tuya) en la que estaba el aleph se corrió de barrio y también se mudó a Monserrat (el de tu deseo). Me seguís debiendo el libro
    danimoli, o también conocido alguna vez como daniel-daniel

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