domingo, 9 de septiembre de 2007

El jardín de los ciruelos



Desde marzo no íbamos al campo. Este fin de semana decidimos marchar a ver los muchos destrozos que el crudísimo invierno provocó. Se helaron muchas plantas. El césped, amarillo y débil, perdió terreno frente a la plaga de cebollines que sufrimos desde hace tiempo. La casa estaba húmeda como hacía tiempo no la veíamos y, horror de horrores, se acabó la leña. Pero todo fue, sin embargo, un dulce paréntesis y disfrutamos de los ciruelos en flor.

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