"Madre hay una sola", piensa el avisado portero con melancolía cuando ve entrar a la joven embarazada en un conocido club de swingers de Palermo.
Lo que no sabe es cuánto se equivoca, porque la mujer que la acompaña es "la otra madre": juntas han decidido formar una familia moderna de dos mujeres y una prole. Y tal vez un padre distante, el amigo fiel que accedió a donar su material genético para que se concretara esa utopía matriarcal y que, ahora, debe de estar un poco nervioso imaginando la calesita emocional que se le viene encima.
Las dos mujeres entran al club. El tiempo apremia. Dentro de pocos días esa panza gritará al mundo su verdad inocultable. Están gastando, las madrecitas, sus últimos cartuchos.
(anterior)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario