por Daniel Link para Perfil
Como Macri ha declarado que no construirá subterráneos (achacando su incapacidad a una vaga conspiración en su contra), como el proyecto de agujerear Buenos Aires para que quienes odian la ciudad la atraviesen rápidamente ya cayó para siempre en la bolsa de ocurrencias reaccionarias, como la ciudad seguirá abandonada a los inescrupulosos proyectos del sector privado..., la actual gestión municipal ha concentrado sus esfuerzos de desarrollo urbano en dos áreas políticamente insignificantes, pero muy adecuadas como expresión de los terrores del alcalde.
La ofensiva asfáltica que actualmente sufrimos es un vasto dispositivo para facilitar el deslizamiento superficial, para evitar a toda costa cualquier tropiezo o inmersión en quién sabe qué agujeros de ignominia, para sellar la posibilidad de intervenir en el subsuelo agobiado de Buenos Aires. ¡Asfaltar, asfaltar (a toda costa y al instante)! ¿Quién podría negarse al asfalto? Los enemigos del progreso. Ahora bien: ¿quién querría sólo asfaltar? Los enfermos mentales, los monomaníacos, los dominados por el pánico a todo lo que se encuentra más allá de lo visible (las cloacas, los subterráneos, etc.).
Con la luz nocturna sucede lo mismo. La municipalidad promociona su manía lumínica como parte de una batalla en favor de la seguridad. El terror a lo oscuro nos retrotrae a los tiempos de Caperucita Roja, involucra un componente racista (¡clarificar! ¡clarificar!) y otro mitológico: iluminada a giorno, Buenos Aires dice que, purificada por la beatitud de la luz que viene de lo alto, la puerta del Infierno debe estar en otra parte. Pero el pánico a las profundidades y a la noche, se sabe, es de índole sexual. El infierno es uno mismo.
Todos los días pienso en la gente que votó al alcalde y me pregunto si alguna vez se decepcionaron tan rápido. Pasaron 10 meses y el desgaste es enorme. Tal vez no se note por la tragicomedia del gobierno de la nación con 'los caranchos de la florida'. Y bue...
ResponderBorrarno recuerdo que la derecha haya tenido alguna política consistente (salvo de represión) en toda la historia de este país.
Me parece una opinión un poco paranoica. No deja de ser de Link. Los subterráneos han sido una gran falla, pero sobretodo deja al descubierto una falta de comunicación política. Los subtes nacionales, la provincia, la capital (si sos de uno no sos del otro a menos que seas del mismo partido político... democracia!) Aparte de esto, si se aleja una conspiración, eso es estupidez! Aunque yo nunca escuche que se diera eso... mi estupidez?
ResponderBorrarEl resto... "clarificar es racismo" bla bla bla... relamente paranoico.
¿Se decepcionaron los que votaron al alcalde? Hospitales devastados, Gente que ve pasar frente a sus pjos el organo que le salvará la vida y que espera desde... y no puede operarse por la política de recorte y centralización del "gasto" de un enfermo mental de dientes blanquísimos, escuelas que deben funcionar con $0,00 por parte del "Gobierno de la ciudad", chicos alimentados a base de leche china, polenta sospechosa y Trisoja, ¿son realidades o paranoia? Creo que le estoy pagando demasiado poco a mi sicólogo...
ResponderBorrarTodo es simple, aunque conspiraciones haya, de un lado como de otro.
ResponderBorrarAsfaltar favorece a los automòviles, que envenenan el aire y matan transeuntes. El subte permite cruzar ràpidamente y mòdicamente la ciudad a quienes no pueden permitirse el sìmbolo berreta del automòvil propio.
Pocas veces la polìtica de la ciudad ha sido tan transparente.