Si hay alguien en Buenos Aires capaz de recuperar el teatro épico tal y como Bertolt Brecht lo codificó a partir de 1927, es Rubén Szuchmacher, director de la puesta actualmente en cartel de El beso de la mujer araña de Manuel Puig (teatro El Cubo).
De hecho, la puesta es rigurosamente brechtiana, en este sentido: Szuchmacher ha pedido a los actores que desempeñen el texto con la menor cantidad de inflexiones posibles, sin silencios, sin transiciones, a toda velocidad. El resultado es (como corresponde) extraño: Verfremdungseffekt.
Podría objetarse que el texto de Puig no reclama un procedimiento semejante, pero esa objeción es banal: cualquier texto, finalmente, debería ser pasible de ser interpretado en los términos que la contemporaneidad nos reclama. Al principio (una vez que la puesta acaba de concluir) es inevitable sentir como falta el ilusionismo, la potencia afectiva de la pieza, etc... Pero con los días y las noches todo comienza a resonar de otro modo en la cabeza y es como una amplificación ensordecedora que por momentos asusta.
Como es sabido que el objetivo del extrañamiento brechtiano es impulsar a los espectadores a la toma de decisiones, no podemos cesar de debatir internamente cuáles son las decisiones que, de nosotros, la pieza de Puig reclama. Mejor homenaje, pienso, no podría hacerse a un texto.
Tal vez no sea Tortonese la persona más indicada para encabezar un experimento semejante porque, inevitablemente, muchos espectadores serán arrastrados al teatro por la fama de su encanto irresistible, que lo precede. Pero, en ese caso, y como en el cuento de Kafka, "El silencio de las sirenas", encontrarán que Tortonese tiene un arma todavía más poderosa que su canto, el silencio.
Si la atracción es (desde su título) uno de los temas de El beso de la mujer araña, el experimento de Szuchmacher adquiere toda su dimensión y su sentido. Pero, insisto, para eso hay que dejar pasar unos días.
Acabo de comentar lo extraño de que una obra de teatro te guste más una semana más tarde que a la salida de la obra... entonces me dijeron que lea esta nota. No sé si me gusta la decisión de Schumajer, pero creo que es efectiva. Y entonces... si logra que la obra tiemble en lugar de nosotros, debe ser que está bien. Una aclaración importante, el texto se dice, y se escucha bien. Tal vez las ausencias generan una oscuridad necesaria para que una voz se pueda escuchar, en esa oscuridad...
ResponderBorrarLas puestas que he visto de algunos clásicos realizadas por Schumajer me parecieron un asco: pretenciosas, telenoveleras, "actuales", puaj! Es el Norma Aleandro del teatro ese señor. Es el típico director que adoran los progres.
ResponderBorrarCoincido en todo!
ResponderBorrarVi el estreno de prensa y pensé no estallaron...aún
Y vos sos el típico descerebrado de derecha que usa la palabra "progre" como expresión del propio resentimiento. Para tu ilustración (si acaso tal cosa fuera posible): decir "es el Norma Aleandro del teatro" es como decir "es el Fangio del automovilismo" o "el Safouan del psicoanálisis" o "el Tinelli de la televisión". Yo estoy a favor de la democratización de la tecnología, pero no para que accedan a ella los animales y primates como vos. ¡Hacete ver, gil!
ResponderBorrar¿Qué pasó, Daniel?; ¿dónde pegó el anónimo (que dolió tanto)?
ResponderBorrarLa polémica que se viene ya está hace décadas instalada: "La chabi del bigotito algunos meses después de escrita la celda de la que hacer piececita, cachoga de fericota, o el -¡¡¡¡tremendo- ocaso de una mentirosa que pretende (con c, no como Klaudia con ese) parapetar tras su cubículot (o puestito de puestista muuuy "en abyme") de anaqueles y/o anafes -manía de prestamista que maña se da, y con ello unos aires- su Mrs. Hyde bonsai mas proc que gre. Y he en esto vesania: lo banca ad aeternum, sabiendo que miente, la muy carcomilona"
ResponderBorrarEn lo que refiere al "beso" -para ella mero broli- le cabe, por así tipear, más que la trama anecdoticargumental la tela teórica del pie de página. Oh, kleinfrau, a seguir cortando,¡Ala!
Por lo demás hacer siempre lo mismo de oTROS ¡Da nauseam!
Los responsables del área del strictu casting de "Los Carlitos Bala" la hubieran bochado por analfabeta hiperfabetizada, y lo que es yo por vez irrepetible hubiera hecho venia del almendro cáido -porque en esto estoy con el cisma, que no es tan distanciado como sí más proximado: rebotadohttp://www.youtube.com/watch?v=G5Y6uFjEYBM
(A tejer mi amor, eje diferencial, la aguja hiere pero también sutura)
Querido Anónimo:
ResponderBorrarMe gusta escribirte porque estás en todos los blogs, en todos los sites, vives por doquier. Sos casi como Dios, solo que El Supremo, al menos da la cara en las estampitas. Que las puestas de Shumajer te parezcan un asco me tiene sin cuidado. No sé quien es ese, porque si te referías a mi yo me llamo Szuchmacher, un nombre un poco más dificil de escribir, pero dudo que tu cabecita loca pueda decodificar entre tanta zeta y tanta hache. De todas formas, gustos son gustos y me apena que te parezcan un asco y no que te den asco. Eso hubiese sido más eficaz. En fin, aunque me esmero por dar asco a alguna gente solo les parezco...
En cuanto al comparativo: Es el Norma Aleandro del teatro ese señor, me dessconcierta sobre manera. Seré hermano de María Vaner, y padre de Oscar Ferrigno (h). Voy a preguntarle a mi madre, tal vez ella pueda responderme y revelarme un terrible secreto: Tiemblo al pensar que ella me diga: No sos Rubén, no, te hemos mentido toda la vida... sos...sos...(música tenebrosa) Norma Alenadro!
Lo de progre no lo entiendo, porque desde que codirijo el Festival de Teatro me han dicho "colaboracionista", "fascista" "macrista", "derechista", todo menos bonito me han dicho, pero "progre", no. Y eso porque los "progres" no me quieren porque yo trabajo en el FIBA. Y sabés una cosa, yo tampoco quiero a los "progres", que no van a ver mis espectáculos, sino que van donde están los "actuales", según tu jerga.
Bonito (supongo que debés serlo para decir tanta pavada) mejor da la cara o sino el culo, pero da algo, porque las opiniones que dan son una taradez.
Rubén Szuchmacher (tan auténtico que sabe escribir hasta su propio apellido)
Estamos próximos a hacer revelaciones que agitarán más aun el arañero, aguardeeennn...
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