Thomas Pynchon. Gravity's Rainbow. Londres, Jonathan Cape, 1973, pág. 616
jueves, 11 de junio de 2009
Ellos fueron a la guerra (2)
No siempre fue así. En las trincheras de la Primera Guerra Mundial, los ingleses llegaron a amarse los unos a los otros decentemente, sin vergüenza o simulación, bajo las verosímiles chances de su muerte súbita, y encontraron en los rostros de los demás jóvenes la prueba de visitas sobrenaturales, pobre esperanza que pudo haber ayudado a redimir hasta el fango, la mierda, los restos putrefactos de carne humana... Era el fin del mundo, era la revolución total (aunque no exactamente de la manera en que Walter Rathenau la había anunciado): todos los días, miles de miembros de la vieja y nueva aristocracia, aureolados todavía con sus ideas de lo justo y lo injusto, marcharon a la gran guillotina de Flandes, movidos continuamente, sin cesar, por manos invisibles, manos que no eran del pueblo, sin duda alguna... Una clase inglesa estaba siendo diezmada, los que se habían ofrecido como voluntarios morían por los que habían sabido algo de la verdad y no habían hecho lo mismo y, pese a todo, pese a que algunos de ellos no ignoraban la traición, mientras Europa moría vilmente en sus propios desechos, los hombres amaban. Pero hace ya mucho tiempo que el grito de batalla de aquel amor se convirtió en nada más que en esta vaga y emputecida mariconería (bitchy faggotry). En esta última guerra, la muerte no era un enemigo, sino un colaborador. Entre la gente acomodada, la homosexualidad es ahora una vacilación carnal, y la única y verdadera cogida sucede en la ficción...
¡Se dan cuenta de que necesitamos contextos extremos! Se dan cuenta de que la libertad, forros de mierda, es una cagada. Se dan cuenta de que vivir es eso solo cuando la vida se pone al rojo vivo. Se dan cuenta de que la escuela seguirá siendo un aparato ajeno al amor por el conocimiento, por ejemplo, si los (las!!!)que dictaminan sobre ella siguen estirando de la cuerda de lo charlable, de lo comprensible, de lo excusable. Se dan cuenta de que tenemos que imaginar otras formas de gobierno que no sea la imperial democracia??????????????
ResponderBorrarArmemos hipótesis de conflicto!!! Vivamos en la ficción de la guerra, en la necesidad del otro por horror a morir!!!
qué bien quedó ;) dsps se me ocurrió otra opción: "en la pornografia"
ResponderBorrarAnónimo,
ResponderBorrarTe leí y quiero hacerte el amor. Mandame un mail.
à la guerre comme à la guerre Ferkisss :) sos el último romantico!
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