por Luis Chitarroni
Enrique Pezzoni. Archivo La Nación
El texto y sus voces, el único libro que Enrique Pezzoni publicara en vida, es el lugar ideal para encontrarlo. El sentido del pasado como recaudo de cierta vivacidad tradicional -Wilde, Arlt, Borges-, el sentido del presente como intensidad y proyección -Borges, Bioy, Marechal, Cortázar, Viñas-, la poesía -el poema- como operación extrema del lenguaje para conquistar esa franja que ensombrecen por igual la literatura y la vida. Encontrarlo: oír su voz. Oír una voz afable, histriónica, atrevida, sabia. Sentarnos a oír ahora que todo lo importante y lo bello y lo extraño parecen no tener identidad para quedarse.
El prólogo completo de Luis Chitarroni a El texto y sus voces, que acaba de reeditar Eterna Cadencia, puede leerse acá.
Quedo bonita la reforma.
ResponderBorrarNo tenía idea de que Pezzoni fuera tan buenmozo!!! Soberbia foto!
ResponderBorrarPerdón, pero Pezzoni no fue al Mariano Acosta, sino al Joaquín V. González. Y enseñó en el Lenguas Vivas, tanto como en el Nacional Buenos AIres y en el Normal 10, donde fue profesor de mi madre. ¿Qué dice este Chicharrón? Es de una enorme injusticia, además, que no mencione el legendario Seminario del INSP, donde vos lo conociste, Link, y donde amasó con magistral histrionismo el Pezzoni mitológico que supo ser en los ochenta. Tampoco dice nada de su trabajo junto a Anita Barrenechea en FYL. Pezzoni fue, ante todo, un profesor, y no destacar ese carácter es de un desconocimiento feroz. El libro, de todos modos, me parece, a esta altura, un libro olvidable.
ResponderBorrarAnónimo: en efecto, quedé sorprendido por tantas desprolijidades biográficas. Pero no creo que el libro sea "olvidable".
ResponderBorrarEse prólogo deberías haberlo escrito vos, Daniel. Solo vos.
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