lunes, 28 de septiembre de 2009

El modo y la presuposición

¿De qué frases de mi último post, me pregunto, se deducen las graves acusaciones de las que fui objeto? ¿Qué construcciones lingüísticas presuponen desde "vos no la querrás" hasta "queja", "macho pelotudo", "puto, gorila y misógino" o el "instantáneo desprecio" o la "ironía sin rumbo a la vista"? De hecho, ¿habrá segmento alguno de la lengua que pueda presuponer tales contradictorias proposiciones?
Tampoco quiero ser injusto, no toda presuposición es lingüística o lógica, también las hay pragmáticas. ¿Qué circunstancias de la enunciación permitirían concluir en las bestialidades (de bestias inmundas, quiero decir) que se me atribuyen (a favor o en contra de la figura presidencial)?
Desprecio instantáneamente los comentarios descerebrados, la agresión gratuita y sin sentido, la vulgaridad y el sentimentalismo tanto de quienes se detienen a decir "trola" como de quienes creen descubrir mi "odio recalcitrante". A ellos les digo sólo que sus dichos son lo que más asco nos da en el mundo y que somos incapaces de vomitar sobre sus diarreas conceptuales que sólo por esta vez, y por necesidades pedagógicas, decidimos publicar (no volverán a aparecer esos fragmentos de hate speech en estas páginas).
Si me detuve en una fotografía (para analizarla, mal o bien) fue porque me pareció suficientemente hermosa (sí, hermosa), y significativa. Quise saber quién la había sacado (llegué al callejón sin salida de las "fotos oficiales"), traté de investigar por qué me impresionaba. Lo que escribí se refería a una foto y no a una persona (a la que no conozco). Y puedo sostenerlo hasta el fin de los tiempos, hasta el fin de "mi época", con la que moriré, como nos corresponde a todos (más bien: ella morirá conmigo, porque mi presente es tanto una fuerza que me arrrastra como el modo en que me entrego a esa atracción).
Parte de nuestro presente es odioso, no lo niego y cada cual es dueño de desarrollar sus odios hacia afuera para evitar metástasis interiores. Pero también está obligado, cada cual, a analizar sus propios sentimientos y sus propias posiciones antes de pronunciar pelotudeces que se le volverán en contra y nos deprimirán: ¿cómo habitar una patria de pelotudos enfáticos, odiosos?
Yo no lo sé.
Vuelvo a la foto. Que es una foto "muy posada", nadie en su sano juicio podrá negarlo. Y creo que tampoco podría negarse (aunque estoy dispuesto a discutirlo) que hay un resto de sentido irreductible a la pose, y que ese resto (que algún semiólogo, alguna vez, llamaba punctum) se adelanta. Para mí (el punctum no es estable y es totalmente subjetivo) se trataba de una cierta desolación, que escapa por completo a las intenciones de la cámara y de la modelo (sobre la cual, releo el texto una y otra vez, no dije sino que me inspiraba "ternura y pena"). No necesito del acuerdo político de algunos ni del rechazo enfático de los demás para seguir sosteniendo lo mismo. Mi lógica no es guerrera y creo que tampoco la lógica de la política debiera serlo.
Un comentarista que localiza ironía y sarcasmo en mis palabras (no sé dónde, no sé dónde), pretende que me expida sobre "algún gobierno que pueda cambiar la situación en Argentina en los próximos años".
Pues bien, el veneno de la equivocación anida en esa requisitoria, porque no se trata (nunca se tratará de eso) de sentarnos a esperar que un gobierno cualquiera cambie la Argentina. Dado que habitamos una democracia representativa, con todas las debilidades que eso implica, no hay otra forma para concebir el poder instituido como mandato de los ciudadanos. La confianza ciega en los "liderazgos carismáticos" no es algo en lo que yo pueda caer tan fácilmente. Caer, digo, y repito: el "liderazgo carismático" supone una caída, un relapso y una renuncia a la capacidad propia para evaluar y decidir las situaciones políticas que atravesamos, el sujeto (paranoico-fascista) de masa (cfr. Deleuze, pero, si fuera demasiado, cfr. Canetti, que es más calmo).
Argentina es un pueblo embrutecido (y lo será, así lo pienso, cada vez más). Sólo así se explica que las personas elijan creer que una política completa es producida (en todos y cada uno de sus detalles) por una persona o dos. Aplican no sé qué lógica laboral según la cual los ministerios son sencillamente órganos de aplicación de "ocurrencias" soberanas. Pero yo escribí "Itamaraty" que es la palabra que sirve para designar no a Lula, ni a su gobierno, sino a las relaciones internacionales de Brasil. Acordar con un gobierno o no significa acordar con sus políticas puntuales (en economía, educación, salud o relaciones internacionales).

¿Seré trosko, gorila, liberal? ¿El ser, me importa? ¿A quién le importa sostener creencias religiosas (dogmáticas) sobre la prosa del mundo? No a mí, queridos lectores, no a mí. Si ustedes quieren, vivan en paz con sus hagiografías o sus simétricos cuentos de "males absolutos". En un caso y en otro, creo, se equivocan.
Nadie está exento de error (ni siquiera yo, que una vez..., en 1971, me equivoqué*), no lo están tampoco los poderosos y no veo yo por qué mi rol sería disimular los errores de quienes nos gobiernan (incluyo en ese colectivo a los partidos políticos, a los ministros que diseñan políticas sin necesariamente esperar mandatos específicos de los presidentes, que son los monarcas de nuestras cortes pobres).

Pero en el caso del análisis de la foto que inocentemente entregué a la imprenta, no señalé un solo error que involucrara a la figura regia allí representada (tal vez, pero tampoco aceptaría sin protesta una acusación semejante, una pequeña pregunta a una política de comunicación: ¿por qué cuelgan de un sitio oficial una foto tan desoladora?). Ni siquiera me atreví a desovillar los vericuetos de las relaciones internacionales, tan entregadas últimamente al "azufre" endemoniado (¡adoré!) o a su ausencia.
No simpatizo con el oficialismo (quiero decir: no simpatizo con ningún oficialismo, de cualquier signo, en cualquier época). Prefiero la interrogación, cierta distancia, preguntar por qué hacen lo que hacen quienes gobiernan, y no aceptar que ellos saben lo que hacen y que está bien que nosotros acatemos sus acciones porque (a la vista está, por otra parte) no hay nadie mejor para gobernarnos). Volverse viejo es volverse sentencioso, de acuerdo: la soberanía sobre sí (la inmanencia, una vida...) es lo único en relación con lo cual podría hoy sostener alguna causa. Lo demás se evalúa en relación con las tensiones del momento. Se evalúa: se piensa. Acá, acá, acá y acá quedaron, creo, pruebas suficiente de ello.


*Nótese la deliberada ironía


18 comentarios:

  1. bueno, admitamos que tu columna tenía más de ejercicio lliterario, que de análisis político. Y sin duda estaba lejos de ser una declaración anti-peronista, gorila o lo que fuera. Pero aunque digas que no "señalaste un solo error" en la Presidenta ni te "atreviste a desovillar los vericuetos de las relaciones internacionales", la conclusión fue que

    " Armaron la fiestita sin tenerla en cuenta."

    Es verdad, no sé qué hacemos acá discutiendo sobre una foto. Debe ser que todos leímos a Barthes y Benjamin, y nos interesa analizar los detalles más minúsculos porque puede ser que encontremos ahí la clave para iluminar todo lo demás. Obviamente, no tendría sentido que tratara de argumentar acá a favor de los avances que se lograron en las relaciones internacionales de los países del Mercosur y America Latina en los últimos años, impulsados por Brasil y también por Argentina, Venezuela, y demás. Ni decir que por eso mismo, no le veo la razón de ironizar en un diario acerca del tema, como si la Presidenta no fuera responsable directa, del proyecto político que consolidó el proceso. Como si ese mismo ninguneo no fuera parte de una estrategia comunicacional emprendida por los grandes diarios del país, destinada justamente a desgastar las posiciones políticas que más colaboraron para promover la integración regional, consolidar el Unasur, etc. Tal vez sea desemedido, pero no me cabe duda que se hicieron muchísimas más cosas que las que insinuaste en Perfil. Y, por último, como si viviéramos en un país en el que los proyectos políticos defendibles brotaran espontáneamente.
    Ya escribiste sobre Macri, De Narváez, y demás, con la misma ácidez es cierto. Supongo que lo que no me cierra, es que tus columnas pueden ser leídas tan fácilmente como repudio a los políticos (encarnados en Kristina, mayormente). Los comentaristas del último post son claros al respecto. Como si todos pudieran impugnar al gobierno, y después callar. Es un forma de hacer política inspirada en las cacerolas: cualquier forma de desconsuelo, malestar y desonfianza sobre la clase política queda legitimada. Y convierte a los caceroleros en sujetos de una suerte de gesta ciudadana (cuando en realidad fueron siempre, del 2001 para acá, un motivo para esa "ternura y pena" de la que hablababas) . Digamos, creo que para ser consecuente con tu programa crítico, tus columnas deberían incluir otros blancos para la acción corrosiva. Y repetir más seguido que tu confianza en el futuro del país tiende a cero. Algo así como una reescritura argentina de la Pobre Bélgica de Baudelaire. ¿A qué viene, entonces, el furor con las fotos de Cristina, si no va a haber gobierno que nos salve de esto? (Es irónico, ningún gobierno va a salvarnos, ya lo sé)
    Y ya que estamos, cuando escribía esto me acordé de algo que me contaron. No lo vi, pero en la tele entrevistaban a Caparrós que descargaba su furia anti-k. El periodista en un momento le preguntó: "Entonces, qué gobierno actual del mundo te parece que podríamos tomar como modelo". Su respuesta fue que en realidad, a él en principio no le gusta ningún gobierno. Bueno, me parece que hay algo no resuelto ahí. Alguien encargado de la línea editorial de un diario, me cuesta pensar que pueda sostener semejante posición de escepticismo político y pretender ser tomado en serio a la hora de opinar. saludos

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  2. Anónimo4:10 p.m.

    Y, vos lo dijiste. Tenemos una patria de pelotudos, que no sería nada, porque ¿quién no hace, y sobre todo dice, una pelotudez de vez en cuando? El problema es que además es una pelotudez con énfasis. Algunos lo llaman lógica binaria: Cristina es muy buena y por lo tanto todo tienen que ser loas hacia su persona; o es muy mala y entonces todo tiene que ser insultos. Cuando no te situás ni en la vertiente del insulto ni en la de la loa indiscriminada, porque estás tratando de decir otra cosa, de hablar de otra cosa, los enfáticos no te entienden. Son los mismos que te dicen que la duda es la jactancia de los intelectuales y que a los tibios los vomitará Dios. Dos frasecitas que ellos, por supuesto, tampoco entienden.

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  3. Hernán5:53 p.m.

    Al margen del contenido, el mérito del post es que no te pusiste a la altura de los comentarios, como vos decís, tanto "hagiográficos" como absolutamente despreciativos (que, por cierto, tampoco le da ninguna falsa objetividad a lo que decís). Sin embargo, me llaman la atención dos cosas: primero, que parece que nadie entendió (o acaso yo solo entendí mal) y todos siguen discutiendo cuestiones que no tienen mucho que ver con el contenido del post (parece que muchos están muy interesados en encontrar un "resto" de gorilismo en lo que escribís, y como sabemos, el que busca siempre encuentra); y segundo, que no deja de sorprenderme el increíble poder conflictivo que redoea a esta mujer. Basta una foto suya (tal vez ni siquiera acompañada de algunas palabras, cuales fuera) y se arma. Evidentemente, y al margen de todo posicionamiento (que por supuesto lo tengo y alguno querrá vislumbrar en este comentario) cierto áurea de los 70 sigue persiguendo a esta mina (en el sentido más bello de la palabra "mina"), cierto espíritu confrontativo que muchas veces raya la violencia desmedida y que, por lo menos a mí, me pone un poco incómodo.

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  4. nunca deja de asombrarme la violencia mogolica que se esconde debajo de la llamada "buena onda" que supuestamente rige las relaciones sociales en tu hermosa patria linklink

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  5. "...Y puedo sostenerlo hasta el fin de los tiempos, hasta el fin de "mi época", con la que moriré, como nos corresponde a todos (más bien: ella morirá conmigo, porque mi presente es tanto una fuerza que me arrrastra como el modo en que me entrego a esa atracción)..." Qué belleza increíble, inesperada, la de esta frase, este pensamiento. Thanx for sharing it.

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  6. "no tendría sentido que tratara de argumentar acá a favor de los avances que se lograron en las relaciones internacionales de los países del Mercosur y America Latina en los últimos años, impulsados por Brasil y también por Argentina, Venezuela, y demás."

    charly.gr, me hacés cagar de risa. a esto llegó, quiero decir, a esta cagadita de territorio argumental, lo que los bebé comisarios K pueden decir después del 28? negro, no tengo que argumentar, yo tampoco, cuán corto de miras y de planteos viene la defensa misma de los defensores. con pensadores 2.0 así, cómo no se va a sentir sola la pobre Cris!!!


    cfr. conflicto de gas con chile, papeleras en uruguay, los intereses chavistas!, los papelones en la selva colombiana... Decí concretamente en qué consistieron esos logros que mentás, en lugar de venir a molestar a tus superiores.

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  7. Rinaldi11:48 a.m.

    Creo que Brasil es un enemigo histórico de la Argentina. No creo que tengamos futuro atados a ellos, que siempre fueron una avanzada de los EE.UU. y que se pensaron en términos de Imperio, esclavista y genocida (guerra del Paraguay). Yo retomo la vieja idea hispanoamericana, eminentemente antiimperial y con la tradición de los cabildos. Nuestra independencia se logró en el campo de batalla, fue ganada con sangre. Brasil es un chiste, un capricho de los Braganza.

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  8. Anónimo5:15 p.m.

    Yo trabajo de comentarista destructor.
    omo el 90% de los que postaeraon aca.
    Estan en todos lados.
    Es asi

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  9. Rinaldi5:32 p.m.

    Además, yo conozco manzaneras a rolete, y me parecen bárbaras. Me parece re liberal mal criticarlas. Yo las banco, gorilas!!!!!!!

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  10. me gusta eso de arrrastra con tres erres. esta re bueno.

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  11. Un gusto leer este blog, aun cuando en ocasiones no esté de acuerdo con el punto de vista adoptado (desde luego, en este post acuerdo en todo). Después de pasar por acá, casi siempre me quedo rumiando alguna idea, o una oración que no terminé de entender pero que vale la pena el esfuerzo. Los comentarios casi siempre mejor no leerlos. Saludos.

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  12. Daniel: comparto plenamente tu opinión y también la de "Frenzo" (obviamente me incluyo).
    Y, a propósito del tema, me acuerdo que hace un tiempo vos hiciste una entrada relativa a los comentarios y destacaste el valor de uno que habías recibido (en el que, si no recuerdo mal, se hacía mención de los temas alrededor de los cuales giraban tus entradas); ¿podrías decirme cómo hago para encontrar esa entrada (soy horrible para estas cosas)?
    Te mando un abrazo.

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  13. mirá si les vas a dar bola a estos pelotudos, daniel.

    "semiología trotska" "macho pelotudo"...

    dejalos comentar, no pueden hacer más que eso.

    un abrazo

    -j.

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  14. Anónimo12:16 p.m.

    jeje, como prendió lo de macho pelotudo.. se ve q hay varios aca q se sienten identificados con la brillante expresion ..

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  15. "tenemos una patria de pelotudos": masoquismo culposo y derrotista

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  16. Me intriga cuando pasás a la primera persona del plural. ¿Qué significa?

    La foto es bella. No estoy tan seguro de que sea una foto posada. Lo que se ve en la ventana es el skyline de New York, que en el midtown tiene esa geometría de mosaicos. La luz entra así. Si te sentás en la ventana tenés mejor recepción. ¿Quizás el budincito y la caja de té? En lo que sí acuerdo es que la foto es fascinante en sí.

    Se me ocurre que lo que pasa es que tenemos muy presente la cara de Cristina y sobre todo el rictus. Cuando eso se borronea aparece otra cosa.

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  17. oiré tu puterío9:42 p.m.

    ¡Pero Daniel, tu artículo llamaba a confusión...!

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  18. Anónimo10:16 a.m.

    No aclares que oscurece

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