Nos habían quedado varias tareas pendientes del año 2009. Una de ellas, ver Terminator, esa última regurgitación de una mala idea ochentosa. Pero habíamos visto las tres anteriores: ninguna regla nos impedía cometer el error de transitar esa pesadilla y, tal vez, podríamos descubrir alguna nueva. Así fue.
Siempre sostuve que Terminator IV me parecía una película inútil, porque la continuación de las anteriores era, naturalmente, Matrix, donde la maldad maquínica (esa entelequia) adquiere la dimensión del presente (que es el futuro). Además, la gracia de las anteriores (si tenían alguna), estaba en la introducción de tecnología desconocida en un contexto retro (en relación con las máquinas). De modo que Terminator Salvation se presentaba, desde el comienzo, como un aborto, protagonizada, para peor, por Christian Bale, que ha hecho del susurro ronco la manera (la única) de decir que es macho. He ahí una nueva regla: nunca más, nunca, nunca (ni ebrios ni dormidos) toleraremos una cinta murmurada por esa equívoco actoral galés (ni aunque se trate de Batman, donde ya ha demostrado sobradamente su incompetencia).
Volviendo a Terminator, la película es estúpida y aburrida hasta el desasosiego. La única enseñanza que de ella se desprende tiene que ver, naturalmente, con un Edipo mal resuelto: John Connor no hace sino escuchar las cintas grabadas que le dejó su mamita muerta (podría haberse tomado el trabajo de digitalizarlas, por si acaso, ¿no?). De esa escucha obsesiva y mortuoria le nace la convicción (que ningún hecho confirma) de su importancia para la "resistencia". Él, que siempre fue un tarado (y que lo sigue siendo), finalmente acepta su destino de líder y lo proclama por onda corta a los cuatro vientos (misteriosamente, en ese futuro la gente no usa internet ni nada parecido) sencillamente porque ése fue el deseo de su madre. Machacó Sarah, hasta el hartazgo, y he ahí el resultado: todos le hacen caso aunque nadie sepa por qué él, que apenas si sabe susurrar con la garganta enronquecida, se cree importante (pero como nadie supo nunca tampoco qué cuernos les pasó por la cabeza a los electrodomésticos para ponerse tan pesados, el enigma edípico importa más bien poco). Lo es sólo porque se lo dijo la madre a quien un señor futurista metió entre las sábanas con esa excusa.
La novedad en la trama secundaria, el chongo nuevo, es un poco menos turbia. A la chica que lo salva le dicen: "¿Qué le viste?". Ella contesta (y la audiencia con ella): "Yo vi un hombre". Lo demás es apenas lastre para el hundimiento definitivo (que no cesaremos de festejar) de Christian Bale.
que se hunda, que se hunda
ResponderBorrarno entiendo el culto a Bale, para mi es de madera
Y ahora el creador de "esa última regurgitación de una mala idea ochentosa" vuelve con Avatar luego de recorrer el fondo del mar como un nuevo Jaques Cousteau y descubrir su horrible contaminación...
ResponderBorrarTe aviso: andá con cuidado. Está en preproducción Terminator 5 con el insufrible Bale...
ResponderBorrarNo seas así, che! Si sabías donde te metías...
ResponderBorrarTerminator es como una cadena de parripollos que te saca del paso, te deja con la panza llena y Bale es el que atiende.
Salís con olor a asado, te atienden mal y el vino es de medio pelo. ¿Qué más querés? É lo que hay, pá.
Nah, hermano, Terminator 4 es como una cadena de parripollos en la que te traen el chimi, la salsa criolla, el pan, la bebida; y cuando tiene que llegar la carne te dicen "la proxima batisemana, a la misma batihora, en el mismo baticanal".
ResponderBorrarLo mejor, lejos, son las oficinas ergonómicas del cuartel de las máquinas.
a mi en -El Imperio del Sol- me encantó. claro que yo era chico, o él era chico? no me acuerdo...
ResponderBorrarHundimiento a Bale?...el de american psico?...el de el maquinista? el de el gran truco?
ResponderBorrarSeguro que merece el voto "de hundimiento"?
Seguro que es tan malo?