Entre los muchos momentos conmovedores de las exequias kirchneristas, conviene destacar el Ave María de Franz Schubert que cantó con exquisitez un joven de barba. Por un instante, la viuda titubeó, hasta que reconoció la nobleza de la fuente.
La plegaria final ("Hasta la victoria, Néstor") no le quitó un ápice de patetismo a la presentación, que la Sra. Cristina Fernández agradeció cálidamente.
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