viernes, 15 de octubre de 2010

Mirando el suelo

ESTAMPA 2010 acogerá una muestra del MUSEO DEL OBJETO ENCONTRADO, una iniciativa de la Fundación Antonio Pérez, de San Clemente (Cuenca)

ESTAMPA, la Feria Internacional de Arte Múltiple Contemporáneo, que abrirá sus puertas del 20 al 24 de octubre en Madrid (recinto ferial de IFEMA), albergará en uno de sus stands la última iniciativa de la Fundación Antonio Pérez de Cuenca: el Museo del Objeto Encontrado. Este nuevo espacio, que inició su andadura el pasado mes de septiembre, está ubicado en un edificio histórico del municipio, obra de Juan de Zuri, y antigua Cárcel de la Villa del Siglo XVII. Entre los usos del edificio figura el haber sido sala de la Santa Inquisición, centro de salud y, finalmente, talleres municipales.
Tras una ardua labor de rehabilitación del edificio, el museo cuenta con dos plantas: una planta baja destinada a sala de exposiciones temporales, para la que se ha diseñado un programa expositivo en torno a la temática del objeto, y una primera planta formada por un único espacio diáfano dedicado a la colección permanente del museo.
La idea de creación de este museo dedicado al Objeto Encontrado viene propiciada por una de las colecciones más importantes de la Fundación: los Objetos Encontrados de Antonio Pérez (Sigüenza, 1934). Se trata de una faceta que el coleccionista había mantenido "oculta" desde su infancia, y que fue desvelada en 1994, mediante una exposición realizada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, tras ser animado y convencido por algunos de sus amigos artistas como Antonio Saura.
El mundo del objeto artístico surge a principios del pasado siglo XX de la mano de Marcel Duchamp y los dadaístas, de los surrealistas y de autores como Picasso y Schwitters. En los sesenta, cobra nuevo impulso con el movimiento Neodadá y el Nuevo Realismo, para adquirir carta de naturaleza en los setenta con el Arte Povera.
Los Objetos Encontrados de Antonio Pérez constituyen una forma peculiar de ver y hacer arte que se prolonga ya más de medio siglo. Por contradecir la frase de Picasso "No busco, encuentro", Antonio Pérez se pasa la vida buscando, con la mirada clavada en los objetos allí por donde va, objetos de todo tipo y de cualquier material, incluso lo más utópico es objeto para "coleccionar".
La contribución de Antonio Pérez al mundo del objeto encontrado es extremadamente particular. Por un lado se encuentran los objetos que considera Homenajes a artistas (por la semejanza del objeto a la obra de determinado artista), y por otro, su gran obsesión por encontrar rostros en objetos. Los encuentra en latas, en piedras, en troncos de árboles, en todo tipo de objetos de deshecho o elementos de la naturaleza que, por su elección, son elevados a la categoría de arte.
Entre esos Homenajes a aquellos artistas que le interesan dentro de la Historia del Arte, figuran en su colección los Sobresauras, Sobregordillos, Homenajes a las Meninas... Y también, Homenajes a Duchamp, a Dan Flavin, Claes Oldenburg, Tàpies, Chillida, Alfaro, Equipo Crónica...Toda una larga lista de obras y artistas susceptibles de ser sometidos a las leyes del azar y a la mirada de Antonio Pérez.
Mención aparte merecen los objetos encontrados, heteróclitos o sutilmente transformados. Objetos que recuerdan a rostros, cabezas, máscaras, figuras humanas y animales. Objetos religiosos y mitológicos. Objetos utópicos guardados en un Diario de Nubes que suponen claras referencias a la naturaleza o que se nos presentan como acumulaciones, assemblages o instalaciones.
Una parte de estos objets trouvés es la que se mostrará en ESTAMPA 2010, perteneciente a la sección que el propio Antonio Pérez ha denominado China Pop-ulart. El coleccionista llega a encontrar estos objetos en los grandes almacenes. El frecuenta estas catedrales del consumo para abstraer, de entre tantos horrores vulgares y cosas "aparentemente inútiles", maravillosos objetos que, tras una mínima manipulación de extracción y descontextualización, se convierten en auténticos objetos artísticos llenos de belleza, color y poesía.

Texto
Mónica Muñoz
Conservadora Fundación Antonio Pérez
(vía exitmail)


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