La temporada televisiva volvió con todo y más, pero hasta el 17, cuando vuelva American Horror Story, será difícil expedirse sobre sus bondades.
Por lo pronto, Dexter avanza hacia su final. Como se recordar, Debra descubrió el secreto de su hermanito y, como no es tarada, ahora se las ve en figurillas para saber cómo actuar, mientras Dexter trata de ahogar su impulso criminal. Nada de lo que a él le suceda nos interesa, porque hace rato que su hermana lo ha desplazado del centro de la escena.
Fringe, qué decir de Fringe... Volvió, como volvió Lost en su última temporada, después de que todo hubiera terminado. O sea: todos esos eventos y las rajaduras espaciotemporales que contaminaban universos eran responsabilidad del Sr. Spock/ William Bell, quien pretendía, por esa vía, destruir dos universos para instalar en el espacio vacante un universo alternativo, poblado de especies rarísimas, producto de todas las manipulaciones de lo viviente.
A Olivia le habían pegado un tiro en la cabeza pero como ella, víctima del cortexiphan, nos es indispensable, la bala salió de ese cerebro empujada por un lápiz, ella sanó como si fuera Wolverine y volvió a la vida (sin la cual, la nuestra carecería de sentido). En todo caso, aquello había sido el final del relato. Ma però....
Esta temporada encuentra a la disfuncional familia Bishop en un futuro no muy remoto (¿21 o 23 años?), donde la cuestión de los universos paralelos y las líneas temporales (que tantos dolores de cabeza como soluciones fáciles dan a los guionistas) han desaparecido por completo. Los dos Bishop, Olivia y Astrid fueron "desambarizados" (el método de autopreservación que había elegido Walter) por una nueva agente de Fringe que no es sino... la hija de Olivia y Peter, lo que es evidente desde el principio porque la chica es casi exoftálmica como el padre y va a la misma peluquería que la madre (de quien ha heredado su pelo y la aficción a cepillárselo incansablemente pero no su complejidad: son tiempos de guerra.
Guerra contra "los invasores" que son aquellos pelados con sombrero que funcionaban como agentes de control temporal y que, ahora, de pronto, son malísimos y quieren aniquilar la especie humana. Las instrucciones para derrotarlos fueron grabadas por Walter en unos videocasettes (sí, vcr) que el grupo debe recuperar, ocasión que servirá para encontrarse con simpáticas nuevas formas de vida.
No sé, es como si se tratara de otra serie con los mismos actores o, si se prefiere, como A través del espejo y lo que Alicia encontró allí después de Alicia en el país de las maravillas.
Once Upon a Time, que no me gustó en su primera temporada, parece haber abandonado sus anteriores (y fallidos) experimentos argumentales para proponer ahora otra cosa. De todos modos, la reducción del universo Grimm al universo Disneylandia me sigue pareciendo insultante, aunque celebro la desaparición de Blanca Nieves y su hija (insoportables ambas), que fueron enviadas a través de un rabbit hole (el sombrero del sombrerero loco) un "universo paralelo", el "bosque encantado". En fin, como Olivia y sus amigos también andan por los bosques, por ahí se cruzan, lo que me daría un poco más de alegría que su encuentro con Mulán.
Doctor Who también volvió. Y por suerte abandonaron la línea argumental melodramática (familiera). De todos modos, extrañamos las viejas temporadas, las especies raras, ahora hay mucha guerra todo el tiempo.
La segunda temporada de Boss ya empezó y, creo, también terminó (es muy corta). Cada vez más "romana", la política de Boss reclama urgentemente esa radical transformación que alguna vez se asoció con la irrupción de las palabras sagradas y que, hoy, no se sabe bien quién habrá de pronunciar.
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