por Daniel Link para Perfil
El primer video que se publicó en YouTube me sigue fascinando: un
joven de rasgos no indoeuropeos dice, delante de la jaula de un elefante
en el zoológico de San Diego, “el elefante tiene una trompa muy, muy
larga”.
En ese enunciado, supuse alguna vez, se cifraba un umbral equivalente
al pasaje del paleolítico al neolítico, es decir: la relación entre lo
que vive y las tecnologías (a partir de las cuales las sociedades se
fundan y se refundan). YouTube equivalía, en mi lectura, al neolítico
superior.
Algunos comparan el umbral crítico en el que vivimos con la invención
de la imprenta. Yo prefiero pensarlo, en la estela de Guillaume
Apollinaire, el inventor de los caligramas y, por lo tanto, de la poesía
concreta, como el advenimiento del “Croniamental” que él propuso en Le
Poète assassiné (1916).
Croniamental (o las infinitas variaciones de su nombre) es la síntesis
de dos líneas evolutivas diferenciales sobre la vida. “Cro-Magnon” es el
nombre con el cual se designa a la especie que llamó la atención de
Werner Herzog (en La cueva de los sueños olvidados). El Neanderthal, que
convivió durante cinco mil años con el Cro-Magnon, es una especie de
homo sapiens extinta.
Hoy, con el advenimiento de una cultura nueva, se nos presenta la
necesidad (teórica y política) de volver a analizar los cambios
cualitativos a los que la técnica somete a lo viviente.
Los caligramas de Apollinaire dicen que llegada a un determinado
punto, la poesía tiene que mutar, como muta la vida: “Croniamental”,
poesía visual, biopoesía: todo lo que hoy vuelve con toda su fuerza. Por
ejemplo, en la obra del poeta y artista carioca Eduardo Kac (1962),
quien saltó a la fama cuando produjo una coneja (a la que llamó Alba)
modificada genéticamente, que reluce cuando se la ilumina con luz azul.
Mucho antes de usar la computación, la robótica y la biotecnología
como formas de arte, Eduardo Kac llamó la atención de los críticos por
su poesía. Eduardo creció en Copacabana, que frecuentaba con su skate.
Desde sus primeros años, Kac se coloca en el lugar del comienzo (el
recomienzo, el ritornello, la infancia de la humanidad, en este caso, de
la poshumanidad). Una de sus camisetas, la más famosa, llevaba escrita
el poema Filosofía: “Pra curar amor platônico/ só uma trepada homérica”,
que puede traducirse como: “para curar el amor platónico/ sólo un
garche homérico”.
Al ponerse al pecho la farmacia de Platón y el canto homérico,
Eduardo sostiene con su cuerpo la escena de escritura (oral, cantada) de
la filosofía y la poesía occidental. Se trata de una escritura que se
plantea como originaria, inmemorial, anacrónica y que irá a parar,
ejemplarmente, más tarde, a la “holopoesía y más allá” (así se llama uno
de los textos-manifiesto de Kac, cuando se dedicó a ese género, a
partir de 1982).
La nueva holopoesía le permitía a Eduardo Kac dar el primer adiós a
la historia literaria: de ahora en más, anunciaba por entonces, la
mecánica cuántica será más importante que Mallarmé para el desarrollo de
la nueva poesía. La “nueva poesía visual” permite una sintaxis en
movimiento, o, si se prefiere, una gramática de la transformación, en la
que las palabras pueden mudar de categoría, en la que los verbos
cambian de tiempo, o de modo, o de aspecto, y en la que las palabras
pasan a ser figuras, y las figuras, palabras: la imposibilidad del
nombre o el nombre retrocediendo incesantemente.
Lo que viene después ya es más raro: es el arte transgénico, del cual
la conejita Alba es el ejemplo más conocido pero no el más audaz. En
todo caso, una interrogación sobre el sentido del arte y de la poesía,
pero también sobre el sentido de la vida (the meaning of life).
En su obra titulada Historia Natural del Enigma, Kac fusionó el ADN
de una petunia con un gen aislado y secuenciado a partir de su propia
sangre. El resultado de esta experimentación “utiliza el color rojo de
la sangre y el enrojecimiento de las venas de la planta como un marcador
de nuestra herencia común en el espectro más amplio de la vida”. Como
de lo que se trata es de una forma de vida nueva, también importa el
proceso de nominación: Kac llamó “plantimal” al resultado y “Edunia” a
esa mezcla rara de Eduardo y Petunia: una flor en cuyas venas reluce la
sangre del poeta.
Escalofriante.
ResponderBorrarDel grupo de charlatanes posmodernos el más pobre y ajeno a todo tipo de poeta. y ajeno a todo tipo de talento. Ningún parloteo podrá hacernos creer que los poemas infelices que escribis son arte. Pobre infeliz aferrado a sus libritos.
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