martes, 7 de enero de 2014

Nuevas series

Bueno, estamos fritos. La temporada televisiva se desenvuelve con mediocridad, pero alguna cosa hay para señalar. Por un lado, la tercera temporada de Sherlock (son tres episodios, cada dos años). Desde que empezamos a mirarla, los actores que desempeñan a Holmes y a Watson han crecido hasta ocupar el estrellato hollywoodense, lo que se merecían desde el comienzo pero que tal vez termine afectando las delicadas actuaciones a las que nos tenían acostumbrados.
En esta tercera temporada (como sucedió históricamente en los libros de Conan Doyle), Sherlock vuelve de la (falsa) muerte con la que se cerraba la segunda temporada, una vez que ha conseguido desmantelar la red criminal de Moriarty, quien ya no existe: Watson se casa y todo, en consecuencia, vira hacia el paso de la comedia costumbrista (o como llamen los ingleses a ese género en el que, por cierto, descollan). Los guiones o la producción (o las dos cosas) son de Steven Moffat, el mismo que arruinó Doctor Who a partir de su quinta temporada, el mismo que escribió el guion de la insoportable Tintin para Spielberg. O sea: un peligro.
Luego, la quinta temporada de Misfits, que apenas si hemos ojeado un poco (porque no nos gustan demasiado los caracteres últimos) para comprobar que el fuerte de la serie sigue siendo utilizar el presupuesto de base (hay "poderes") para resolver asuntos de trama complejos (por ejemplo: ¿cómo hacer para que un heterosexual se culee a otro heterosexual, y que los dos queden contentos, y los amigos de ambos aplaudan el acontecimiento? Sin recurrir, claro, ni a la cárcel ni a la isla desierta ni al armario como operadores de discurso). 
La segunda temporada de El puente (Bron/Broen), la deprimente serie sueco-danesa que fue copiada hasta la náusea (hicieron incluso un El túnel, coproducción británico-francesa, pero lo peor es la versión norteamericana), volvió con un caso de ecoterrorismo cuyas ramificaciones apenas hemos empezado a entrever. Eso sí, los paisajes siguen siendo tan escalofriantes como siempre, el personaje protagónico femenino sigue siendo ridículamente encantador (y muy eficaz la actriz que lo desempeña) y el guion abunda en pormenores de gran perspicacia resueltos con envidiable economía narrativa.
¿Nada nuevo? ¡Una comedia! Kirstie está protagonizada por Kirstie Alley (una especie de Carmen Barbieri que se atreve a burlarse de su gordura, su alcoholismo, su inclinación al botox, su aficción a las drogas recreativas y su debilidad actoral). Acompañan a la actriz (que desempeña a una ya mayor "estrella" de Broadway) un elenco impresionante de comediantes (Rhea Perlman, Kristin Chenoweth, Kathy Griffin y la octogenaria Cloris Leachman) en el que hay que subrayar el regreso de Cosmo Kramer. No tanto del actor que lo desempeñaba en Seinfeld, Michael Richards, sino todos los tics que hicieron memorable su personaje. 
En el primer capítulo, Madison Banks recibe la visita de un joven de treinta años que le dice que es el hijo que ella entregó en adopción. De ahí en más, todo es un dispendio de diálogos brillantes ideados por Marco Pennette y un equipo de guionistas. La serie tal vez no resista un segundo análisis y es un poco anticuada en sus parámetros, pero teniendo en cuenta la oferta, acompaña bien a una pizza. Y además, me hace olvidar de las lecturas pesadillescas que hago durante el día.



4 comentarios:

  1. ¿Viste Broadchurch con David Tennant? La primera temporada son 8 capítulos que vi de un tirón. Me gustó, no podría asegurar que es gran cosa. Es que para mí un policial en un pueblito inglés ya tiene las de ganar...

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  2. Anónimo4:18 p.m.

    Que opinion te merece Hannibal ??, viste algo de la primera temporada ?? ...

    Saludos

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  3. Anónimo11:06 p.m.

    No tenés huevos de comentar Avenida Brazil.

    Sherlock me parece la menos británica de las series británicas.

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  4. 1) Vi Broadchurch. Me gustó. 2) Vi la primera temporada de Hannibal que, al principio, no me interesó como experimento, pero que terminó resultándome simpático. NO sé si veré la segunda temporada, sin embargo.
    3) ¿Ver series brasileiras? Todo puede ser, claro. Pero, en principio, me da, en efecto, miedo.

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