por Beatriz Sarlo para Perfil
Kafka representa por medio del detalle. Los gestos son, obviamente, el
detalle de lo subjetivo. Así, Benjamin lee en Kafka su propia
epistemología: “Seguramente lo más inabarcable para Kafka es el gesto.
Cada uno de ellos es un suceso, incluso podría decirse un drama, en sí”.
Con su genio para encontrar y contraponer textos, Benjamin somete esta
tesis suya a una fulgurante demostración, que comunica a Scholem en una
carta de 1938. La obra de Kafka “es una elipsis cuyos focos, muy
alejados entre sí, están determinados por la experiencia mística (que es
ante todo la experiencia de la tradición), de un lado; del otro, por la
experiencia del hombre moderno de la gran ciudad”. El profetismo
moderno es contemporáneo del de la ciencia.
El texto completo, acá.
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