Por Beatriz Sarlo para Perfil
Ayer, 14 de noviembre, a la una de la madrugada, murió en Berkeley el
más grande historiador argentino, Tulio Halperin Donghi. Hace menos de
un mes, durante toda la tarde, leí su último libro, El enigma de
Belgrano. Este hombre, nacido en 1926, me sorprendió una vez más con una
especie de Idiota de la familia rioplatense cuyo protagonista, a
diferencia del Flaubert de Sartre, fue formado por sus padres para
ocupar precisamente un lugar distinguido en la historia de la Nación. La
ironía, como siempre en Tulio Halperin, gobierna el despliegue de
azares y contingencias. Cerré el libro con ánimo feliz, preguntándome
cómo era posible que un hombre de casi noventa años hubiera escrito esa
prosa tan precisa y, sobre todo, tan facetada, tan bifronte, donde la
ironía encuentra su perfección formal.
El texto completo, acá.
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