sábado, 9 de mayo de 2015

Identificaciones imaginarias (2)


Por Daniel Link para Perfil

Perfil cumple diez años y yo colaboro con el diario desde hace... ¿ocho? Encuentro en mi computadora una columna publicada el 05.04.2007 y que ahora reproduzco (apenas corregida), como regalo a quienes me dejaron, en todo este tiempo, escribir lo que me viniera en gana, por ejemplo, esto:
El acontecimiento es del orden de lo imprevisto. Hay acontecimiento político cuando irrumpe lo real, lo indeducible, lo innombrable. Ante una irrupción semejante proliferan identificaciones imaginarias (¿cómo nombrar eso que no tiene nombre y que, por eso mismo, nos resulta siniestro?). Pronunciamos figuras de discurso, intercambiamos figuritas de lo Imaginario: "oligarquía", "republicano", "golpista", "popular", "redistribución" y, sobre todo, "peronista" y "gorila". Para algunos, hay irresponsabilidad en esas palabras. Para mí, hay pasión, y eso las justifica (aunque no las legitime). En el imaginario que habitamos están esas figuras y la irrupción de lo impensado, lo imposible, lo imprevisto, lo siniestro, las agita y las mezcla en una danza dionisíaca.
En el orden de las identificaciones narcisistas todo responde a la lógica del "me gusta...., no me gusta...". No me gustan las polarizaciones, siempre trascendentales, entre el Uno y el Dos (la guerra). Me gusta lo real entendido como multiplicidad y como juego de intercambios y conexiones repentinas. Me gustan las adhesiones críticas, no me gustan las adhesiones incondicionales. No me gustan las nociones heroicas de victoria y derrota, me gusta que en los debates todos pierdan algo.
Me gustan las manifestaciones espontáneas apoyando reclamos que tal vez no me gusten. No me gusta que se acuse de golpista a cualquiera que manifieste contra un gobierno determinado.
Me gustan algunas pocas cosas del peronismo, pero procuro prescindir del imaginario peronista para pensar la política. Me gusta la lógica formal de la redistribución, pero más me gustan los proyectos concretos de redistribución, que le darían sustancia. Me gusta la intervención estatal en las cosas de este mundo, pero más me gusta un estado capaz de desarrollar políticas concretas para la educación, el transporte, la salud pública, las comunicaciones, la producción energética. Me gustan los planes quinquenales, no me gustan la intimidación, el chantaje y la corrupción como herramientas políticas.
Me gustan la crítica y el ejercicio de la imaginación. Gracias, Perfil, por todos estos años.


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