por Edgardo Cozarinsky para Perfil Cultura
Quienes se interesan por las variadas estrategias con que la literatura
digiere y transmuta la experiencia, tienen servidos numerosos ejemplos
del siglo pasado. No a muchos, creo, se le ocurriría rastrear ese
proceso en la obra de Alfonso Reyes (1889-1959). Una de las muchas
felicidades que regala Suturas, el volumen de 668 páginas en que Daniel
Link ha ordenado sus filosas intervenciones culturales de años
recientes, es la de un imprevisto reencuentro con Alfonso Reyes.
Contra quienes por pereza persisten en leer al “mexicano universal” como
un humanista prisionero del comentario de la antigüedad clásica o del
renacimiento hispano, Link lo vincula con Aby Warburg, con Walter
Benjamin, ¡oh sorpresa! con Ricardo Rojas. Se dirá que el inmenso
escritor mexicano (evito la horrible palabra “polígrafo”, llamada por la
variedad y vastedad de los territorios en que incursionó) no está
olvidado, pero en el medio siglo que siguió a su muerte, fuera de México
los oficiantes de su culto habían constituido una cofradía más bien
confidencial.
(...)
Evidentemente, leer SUTURAS va a exigirnos una gran tarea como lectores. Celebro que el profesor Link haga pie en los clásicos para tejer una red de saberes e interpretaciones. Nos obligará a investigar.
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