A tiempo para saldar una vieja deuda
por Silvina Friera para Página/12
Link planteó que en Isidro Velázquez el sociólogo discute el valor de la
violencia por fuera de los marcos de referencia de la época. “La
explicación a la que parece aferrarse es la anarco-nihilista, para la
que hay una indiscernibilidad absoluta entre revuelta y revolución. Por
esa vía supera al modernismo cientificista y se entrega a una gramática
revolucionaria de las cualidades: la simpatía de la masa es lo que
subraya una y otra vez en la peripecia de Isidro Velázquez. El carácter
anarco-nihilista de su explicación es lo que explica la urgencia, porque
el tiempo de esa violencia milenarista, así predicada, responde a la
lógica del tiempo mesiánico, y creo que lo que se lee en la obra de
Carri es una comprensión profundísima de ese tiempo final”, reflexionó
el escritor y subrayó que lee la obra de “un sociólogo enfurecido contra
la sociología científica y el formalismo en las ciencias sociales,
entendido como empirismo acrítico”. Link propuso recordar a Gabriel
Tarde, fundador de la sociología de las cualidades, que perdió
completamente contra Émile Durkheim en los momentos fundacionales de la
sociología. “Tarde sostuvo, y creo que a Carri lo hubiera entusiasmado
este camino, una concepción inversa de la que sostiene la sociología
clásica: no explicar lo pequeño por lo grande y el detalle por el
conjunto, sino las semejanzas de conjunto por la agrupación de pequeñas
acciones elementales, lo grande por lo pequeño, lo englobado por lo
detallado. Una sociología de las simpatías y de las urgencias, una
teoría de las inminencias y de los pliegues, la ciencia de lo singular y
de lo necesario”.
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