Por Daniel Linkpara Perfil
El año pasado fui a la República
Checa para recuperar unas briznas de pasado familiar. Antes de
internarme en la Moravia profunda, de donde vino mi abuela, vagué
por Praga, donde había estado tantos años antes que la ciudad me
resultaba irreconocible. Yo había estado allí en otra capa
geológica, cuando acababa de caer el Muro de Berlín y las
repúblicas socialistas todavía no habían sido arrastradas por la
fuerza destructiva del capitalismo. Entonces Praga me había parecido
una tranquila y hermosa ciudad imperial de segundo orden, cuyos
habitantes eran un poco rústicos. Ahora, en cambio, la encontré
devastada por el turismo de la peor especie y el capitalismo más
abyecto: la venta de souvenirs fabricados en cualquier lugar del
mundo, a la medida de viajeros rapaces que son incapaces de
establecer con los lugares una experiencia diferencial, medianamente
auténtica. O sea: me había vuelto viejo al mismo tiempo que Praga
se entregaba a la celebración del comercio de baratijas.
No reconocía las calles en las que me
había gustado perderme: todas eran hileras de tiendas más o menos
conocidas y más o menos globales. Incluso, no pude encontrar un
recuerdo queridísimo, la plaza Wenceslao que, allá lejos y hace
tiempo, me había impresionado por sus dimensiones y la belleza de
sus edificios modernistas y art decó. Musitaba: bajando desde la
estación de tren, hacia allá, se llegaba a la Plaza de Wenceslao.
Pero, claro, la vieja estación de tren es ahora un museo ferroviario
y todo sucede en los subsuelos, donde los trenes combinan con el
metro y donde es imposible orientarse.
La Plaza seguía allí, en alguna
parte, pero ahora no tenía nada que ver con mi memoria. Recuerdo
ahora esa experiencia abrumadora porque mi hija está aterrizando en
Praga y me costó darle referencias de mi primer viaje. Le dije: no
dejen de visitar el barrio de los artesanos en el castillo. Parece de
Harry Potter.
Casi todos los centros historicos de ciudades europeas estan convertidos en parques tematicos mas o menos peores segun el caso. Y si, las interminables hileras de negocios (siempre los mismos) es insoportable.. Globally-Local, dirian tus amigos del comite invisible !!! Jaja.
ResponderBorrarSlds
Y si, es lo que nos toca sufrir jajajaja!!
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