Por Daniel Link para Perfil
El torcido proceso de nombramiento de
directores de Museos Nacionales siguió impertérrito su curso, pese
a las impugnaciones en varios casos puntuales, como el Museo Casa Ricardo Rojas. La ganadora, Sra. María Laura Mendoza, fue
colocada en la terna de los mejores calificados para ocupar ese sitio
por un jurado integrado por el Sr. Gonzalo Aguilar, la Sra. Teresa
Anchorena y el Sr. Américo Castilla.
Luego el ministro, Sr. Pablo Avelluto,
no tuvo sino que elegir a la candidata que a él más lo entusiasmaba
desde el comienzo del proceso (que se suponía anónimo) por sobre
los otros dos ternados, que estaban allí sólo para legitimar un
trámite inverosímil.
La elección sorprendió a la comunidad
filológica y museológica, porque la Casa Ricardo Rojas es un lugar
muy específico, con tareas que requieren de un fluido dominio sobre
la obra del fundador de la literatura argentina y de su pedagogía,
latinoamericanista, folclorista notable y cultor del criollismo. Los
títulos y antecedentes más importantes de la Sra. Mendoza son un
doctorado en Ocio (Universidad de Deusto) y docencia en Marketing del
Patrimonio en la UBA.
Mucho más consciente de sus
limitaciones para ocupar el cargo para el cual el Jurado que la
evaluó le otorgó una calificación tan descollante, la Sra. Mendoza
salió a buscar un bacheo de saberes como para disimular un poco la
arbitrariedad de su nombramiento.
La mala suerte o su ignorancia la
llevaron a golpear la puerta de la Maestría en Estudios Literarios
Latinoamericanos con sede en UNTREF, donde trabajan conocedores en
profundidad de la obra de Ricardo Rojas e, incluso, uno de sus
competidores en el sospechado concurso que ganó. A ella no le
interesaba aprobar los cursos (“yo soy Doctora”) sino escuchar
las clases. “Yo no sé nada de literatura”, dijo. “Nada de
nada”, repitió ante la perplejidad del secretario académico de la
Maestría a quien le pedía consejo.
Doctorado del Ocio?? lo pasé por google para ver si se trataba de una metáfora. Existe!
ResponderBorrarHistoria repetida en nuestra patria.
ResponderBorrarNada nuevo por siglos después de todo.
Gerardo Aristimuño