sábado, 13 de octubre de 2018

Ideología degenerada

Por Daniel Link para Perfil

El video es penoso por la ignorancia de quienes lo guionaron, y amedrentador por la violencia fascista que anuncia. En Brasil sucedió lo mismo con la “ideología de género” y así terminó la historia: con un triunfo en primera vuelta de la ideología fascista más desembozada.
“Si te dijeran que en las aulas están adoctrinando a tus hijos con enseñanzas de Hitler, te parecería un desastre, ¿o no?”. Los jóvenes descerebrados, inmediatamente, sostienen que “los padres de esta ideología eran tan aberrantes como lo fue Hitler”.
Ahí ya hay un problema, que ya había resuelto en su momento Victor Klemperer en su impresionante libro La lengua del Tercer Reich. Apuntes de un filólogo. La palabra “aberrante” anuncia lo que sigue. “Drogadictos, locos y con tendencia al suicidio”, dice la joven fascista en el video para referirse a “los fundadores de la ideología del género”. Esos sujetos, drogadictos, locos y con tendencia al suicidio que ella desprecia (junto con los alcohólicos, los esquizofrénicos y sus hijos) fueron las primeras víctimas del programa de exterminio del Tercer Reich.
Por supuesto, se trata de una “guerra sin cuartel contra la naturaleza” la que se deriva de los presupuestos “relativistas” de esos padres fundadores. Pero la teoría de la relatividad que Einstein produjo fuera de toda perspectiva de género, también decía que las leyes físicas son relativas, salvo una constante: la velocidad de la luz. Por supuesto, la vida de Einstein corrió peligro en la Alemania nazi cuando anunció su teoría.
Pero ellos, que lo ignoran todo sobre el siglo XX, incluido el fascismo que practican, siguen: “es como si se hubieran abierto las puertas del manicomio y las teorías de sus locos más célebres se convirtieran en doctrina mundial”. La fraseología nazi se precipita con urgencia: “prácticas sexuales degeneradas”, dice un morochito ya en edad de merecer.
Wilhelm Reich. Masturbador compulsivo desde los seis años, practicante de zoofilia, odio al padre. Que tuvo que huir de los nazis, no se menciona en su acotadísimo (y falseada) biografía. Luego le llega el turno a Maiquel (así nombrado) Foucault. No hace falta más: decadentes, degenerados, aberrantes son palabras del léxico fascista. Más democrática, la mentira enfática caracteriza en general a la derecha.
Una buena: la asociación católica que firma el video es uruguaya. Supuesto que quieran cruzar el río, sépanlo: No pasarán.

1 comentario:

  1. La alusión a Foucault (el filósofo francés, no el del péndulo) no es casual. En su tesis de Doctorado "Historia de la locura en la época clásica" Foucault justamente analiza como la locura se utilizó a partir de la modernidad para encerrar al que molestaba: la mujer que no quería casarse, el hombre homosexual, el campesino que aspiraba a algo más que estar dia y noche con el yugo y muriéndose de hambre. No existe una "idelogía de género" así como no existe un "feminazismo". Son carteles cómodos y estúpidos que los fascistas de siempre ponen para seguir defendiendo el status quo: que la mujer sea sumisa al hombre, que el hijo sea sumiso al padre, que el obrero sea sumiso al patròn y que el alumno sea sumiso al profesor. El caso Sheila es el mejor ejemplo: esa niña vió vulnerados todos sus derechos antes de morir de una forma horrible y lo peor de todo es que se podrìa haber prevenido, de haber sido aplicada al ESI (que es ley desde hace años). A mi lo que mas bronca me da, sinceramente, es que haya gente que lo justifique diciendo que "pobre gente, no tiene cultura, vive en una villa miseria". He estado muchas veces en casillas de villa miseria de mi ciudad y puedo asegurar que hay padres y madres que se desloman por los hijos, para que puedan tener un futuro mejor. Donde trabajo entran estudiantes a primer año que son hijos de madre soltera y que no terminó el primario, y son excelentes estudiantes. Dejemos de justificar lo injustificable y, sobre todo, no les hagamos el caldo gordo a estos aparentes "filòsofos" modernos, que con una pàtina de posmodernidad quieren justificar cualquier cosa. El horror de muchos filósofos europeos actuales ante "las invasiones bárbaras" de africanos, latinoamericanos y árabes, me parece una vergüenza. Todos sus privilegios europeos, todos sus palacios y sus mansiones fueron cimentadas con el oro y los diamantes extraídos de Africa, Latinoamérica y los países árabes, o sea, si no fuera por nosotros seguirían en el medioevo. Les recomendaría que vivieran dos o tres años en La Matanza, y que se empezaran a quejar de "los bárbaros" en un supermercado.

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