sábado, 9 de mayo de 2020

Hacia un Gran Pacto Ecosocial y Económico en Argentina




Vivimos una encrucijada civilizatoria cuyo alcance y consecuencias - todavía inciertas - envuelven las diferentes esferas del mundo de la vida.

La pandemia ha expuesto nuestra vulnerabilidad social y nuestra condición humana, a la par de desnudar y agudizar las desigualdades sociales y económicas haciéndolas más insoportables que nunca. Esto nos impulsa a mirar el estado, los mercados, la familia, la comunidad y la naturaleza desde otra perspectiva, mientras recuperamos aquellas alternativas que hace solo unos meses parecían inviables, para encontrar una salida diferente a esta crisis, a partir de una reconfiguración integral que sea social, sanitaria, económica y ecológica y que tribute a la vida y a los pueblos.

Así, adquiere cada vez más relevancia la capacidad del Estado para transformar la economía mediante un plan holístico que salve al planeta y, a la vez, persiga una sociedad más justa e igualitaria.

Pero no nos engañemos: el “retorno a la normalidad” o el “volver a crecer como antes” forman parte de las falsas soluciones que nos conducirán a más colapso ecosistémico, a más desigualdades, a más capitalismo. Lo peor que puede ocurrir es que el Estado y el Mercado disparen nuevamente contra la naturaleza y los seres humanos, profundizando la presente crisis global y local.

Con todo lo horroroso que ha traído la pandemia, es cierto también que estamos ante un portal: el debate y la instalación de una agenda de transición justa puede convertirse en una bandera para combatir el pensamiento neoliberal hoy replegado, neutralizar las visiones colapsistas y distópicas dominantes y vencer la persistente ceguera epistémica de tantos progresismos desarrollistas que privilegian la lógica del crecimiento económico mediante la explotación y mercantilización de los bienes naturales.

Desde nuestra perspectiva, cinco son los ejes fundamentales para construir este nuevo acuerdo a debatir:

  1. Ingreso Ciudadano Universal. La actual catástrofe pone en evidencia que todo ser humano debe tener garantizado un ingreso básico que abra la posibilidad de una vida digna. Quienes tiene acceso a este Ingreso universal, son todas aquellas personas que existen y revisten la condición de ciudadano/a. Este ingreso esta desvinculado del empleo asalariado, no exige contraprestación alguna, no refuerza la trampa de la pobreza ni el clientelismo. Lejos de ser algo irrealizable, el Ingreso Universal hoy está en el centro de debate de la agenda global.

  1. Reforma Tributaria Progresiva. Es imprescindible una Reforma Tributaria Progresiva que reconfigure la base del actual sistema fiscal en un sentido equitativo y que incluya el impuesto a la herencia, a las grandes fortunas, además de nuevos impuestos verdes a las actividades contaminantes. Nuestro país cuenta con un sistema fiscal regresivo basado en los impuestos al consumo y el impuesto a las ganancias, que golpean especialmente a los sectores medios y bajos. Por el contrario, los grandes patrimonios, las herencias, los daños y pasivos ambientales, las rentas financieras, son todas fuentes tributarias que tienen nula o muy baja presencia en el sistema impositivo del país.

  1. Suspensión del pago de la Deuda Externa. En estos momentos extraordinarios es cuando se justifican la suspensión de las grandes deudas de los Estados. Ningún país puede pagar colosales montos de divisas sin antes garantizar a sus habitantes una vida digna, mucho menos en un contexto de inédita recesión económica global y nacional. La necesidad de rehacer el orden económico mundial, que impulse no solo un jubileo de la deuda sino también una investigación pública acerca de las condiciones en que fue contraída, hoy aparece como necesario.

  1. Sistema Nacional Público de Cuidados. La pandemia debe abrir paso a la construcción de sociedades ligadas al paradigma del cuidado, por la vía de la implementación y el reconocimiento de la solidaridad y la interdependencia también en las políticas públicas, mediante un redireccionamiento de las inversiones del Estado. Así, es necesaria la implantación de un Sistema Nacional Público de Cuidados destinado a atender las necesidades de personas mayores en situación de dependencia, niños y niñas, personas con discapacidad severa y demás individuos que no puedan atender sus necesidades básicas, abandonando de una buena vez la perversa lógica mercantilista, clasista y concentradora de ganancias en los monopolios de las empresas de salud. En paralelo, este nuevo paradigma del cuidado humano debe incluir también el cuidado de la Madre Tierra, colocando en la agenda pública la inextricable relación que existe entre cuidado, salud y ambiente, de cara al colapso climático. Nos aguardan no solo otras pandemias, sino la multiplicación de enfermedades ligadas a la degradación ecológica y a la agravación de la crisis climática. 

  1. Transición socio-ecológica radical. Es tiempo de que Argentina comience una transición socioecológica radical entendida como una salida ordenada y progresiva del modelo productivo fosilista y extractivista, cuyo horizonte societal sea nuestra transformación en un país con matriz energética limpia, renovable y también democrática, en razón de que el acceso a la energía es un derecho humano. Así, la justicia ambiental es complemento de la justicia social y viceversa.

Esta transición debe potenciar también la Agroecología, primero, para transformar el sistema agroalimentario argentino y recuperar nuestra soberanía con sistemas de producción y distribución dirigidos al desarrollo de mercados locales agroecológicos y solidarios de pequeños productores, enfocados en fomentar una cultura asociativa y comunitaria y una responsabilidad ciudadana en el consumo. Segundo, puesto que el Antropoceno refleja, cuando se mira hacia el espejo, un Urbanoceno, y puesto que la gran mayoría de la población nacional vive en ciudades planificadas, crece la necesidad de un cambio radical acerca de la forma en que vivimos en las metrópolis. Debemos ruralizar la urbanidad en las grandes ciudades donde la relación con la Naturaleza es prácticamente nula, como una forma de reparar la separación que tienen los habitantes urbanos respecto de la naturaleza.

Finalmente, la otra forma de reparar esta separación consiste en otorgar reconocimiento legal a los Derechos de la Naturaleza, es decir, los seres humanos debemos admitir a la Naturaleza como sujeto de derechos y no como un mero objeto, conviviendo en armonía y respetando sus ritmos y capacidades.

La apuesta es, entonces, construir una verdadera agenda nacional – ejemplificadora a nivel global - con una batería de acciones orientadas hacia una transición justa, que cuente con la participación y la imaginación popular; que logre una interseccionalidad entre las nuevas y viejas luchas, sociales e interculturales, feministas y ecologistas; impulsando un nuevo diálogo Norte-Sur, Centro/Periferia en el marco de un política cosmopolita en clave de autodeterminación, solidaridad y emancipación.  



Primeras Firmas

Maristella Svampa (socióloga y escritora)
Beatriz Sarlo (ensayista y escritora)
Enrique Viale (Abogado Ambientalista)
Patricia Zangaro (Dramaturga)
Leonor Manso (actriz)
Maria Sonia Cristoff (escritora)
Soledad Barruti (Periodista y escritora)
Rafael Colombo (abogado)
Gabriela Massuh (escritora)

Daniel Link (catedrático y escritor)
Rafael Spregelburd (dramaturgo)
Gabriela Cabezón Cámara (escritora)
Mirta Busnelli (actriz)
Pablo Bertinat (Ingeniero, docente UTN)
Roberto Gargarella (Constitucionalista y sociólogo)
Cristina Banegas (actriz)
Marta Maffei (docente jubilada y dirigente sindical)
Rubén Szuchmacher (artista de teatro)
Ricardo Bartís (artista de teatro)
Pablo Alabarces (sociólogo y escritor)
Luis Wall (científico)
Patrícia Pintos (geógrafa)
Ezequiel Adamovsky (Historiador)
Horacio Tarcus (historiador)
Pablo Stefanoni (periodista/historiador)
Daniel Muchnik (periodista y escritor)
Graciela Jacob (Científica y socióloga)
Martín Bergel (historiador)
Silvina Ramírez (Abogada indigenista y docente)
Alejo García Pintos, (Actor)
Alejandro Vannelli (Representante artístico)
Ernesto Larrese (actor)
Cristian Pauls (cineasta)
Jonatan Baldiviezo (abogado, presidente observatorio derecho a la ciudad)
Marcelo Cohen (Escritor y traductor)
Graciela Speranza (Escritora y ensayista)
María Eva Koutsovitis (ingeniera, UBA)
Carlos A. Blanco (arquitecto)







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