sábado, 18 de octubre de 2025

Pensamientos sobre el aborto

Por Daniel Link para Perfil

En estos días se están presentando muchos libros sobre Pasolini (el de Eduardo Grüner, el de Diego Bentivegna) como homenaje a cincuenta años de su asesinato. A mí me toco presentar, ayer, el más incómodo. Pasolini sobre el aborto recopila todos los textos que el Amadísimo dedicó al asunto hacia mediados de la década del setenta, traducidos y editados por Guillermo Piro y con una cuidada introducción de Laura Klein.  

Subrayemos esto que dice Laura: lo que Pasolini discute no es la interrupción voluntaria del embarazo en si, sino las condiciones para pensar el aborto, es decir: las condiciones para pensar cualquier objeto o relación socialmente significativos. La consigna “mi cuerpo, mi decisión” le fue al Amadísimo (y a nosotras mismas) intolerable porque supone un decisionismo liberal que abstrae a los individuos de los colectivos de los que forman parte.

Más allá de mis malestares personales o mis desacuerdos, el libro va encontrando su lógica a medida que leemos las (a veces disparatadas) contribuciones de Pasolini a un debate mal planteado. El libro no nos interpela (no puede interpelarnos) como un libro sobre la legalización del aborto (discusión ya saldada). Si bien plantea su pertinencia, su necesidad, su regulación, su legalidad, su colocación respecto de la vida y de la muerte, lo que nos toca en las intervenciones del Amadísimo es que nos pregunta cuáles son las condiciones de posibilidad y las herramientas para sostener un pensamiento sobre la interrupción del embarazo.

Pasolini sobre el aborto supone, pues, dos intervenciones mayores: un corte y una sutura. No sabemos bien si los argumentos de Pasolini se corresponden con los “estilos de pensamiento” de la época que habitó (muy distintos de la nuestra). En todo caso, la verdad de los enunciados del Amadísimo deben revisarse de nuevo (es lo que hace Laura Klein impecablemente). En tiempos de Pasolini todavía existía el temor a la sobrepoblación; hoy, en cambio, el tema demográfico dominante es la drástica disminución de la natalidad.

Eso, en cuanto al corte. El punto de sutura, muy delicado y admirable, radica en la noción de reserva conceptual o suspensión, que no permite leer los faltantes, los descuidos, los puntos ciegos y las preguntas sin resolver del pensamiento pasoliniano. El recurso a la reserva o suspensión nos permite encontrar vías alternativas para discutir un pensamiento más allá de la mera identificación imaginaria (Pasolini es misógico / Pasolini es edípico / Pasolini es católico / Pasolini es puto).

Pasolini nos dice que en la interrupción del embarazo resuenan los problemas éticos de la responsabilidad y el consentimiento. Él dice: el problema del aborto es el problema del coito. Se puede inferir que de lo que está hablando es de un coito ejercido sin responsabilidad, sin evaluar las consecuencias que involucra. Fue el argumento principal de Fogwill, quien también se manifestaba contrario al aborto. Es como si Pasolini dijera: estos prefieren abortar antes que ponerse un forro.

Se le ha reprochado a Pasolini su poca referencia a las mujeres. Laura se detiene en este punto. Yo creo que el asunto es estratégico y por eso Pasolini repone al varón y su responsabilidad (en el coito él estaba ahí, insiste). Sabe que, a lo largo de los siglos, se ha atribuido a las mujeres una capacidad seudosoberana de dañar a los embriones, a los niños y al futuro. Han sido identificadas como blancos no solo de la optimización biopolítica, sino también de las medidas de la soberanía legal (y con la precariedad del acceso al aborto fuertemente inmiscuida en ambos extremos).

La ética que interroga la posibilidad del cálculo biopolítico no prescinde de la responsabilidad y del consentimiento y admite que, incluso, puede haber errores (porque una no ha elegido las condiciones en las que debe elegir) y, con certeza, hay pérdidas incalculables (tanto en la “vida” como en la “muerte”).

Pasolini acierta al proponer que el aborto es el gemelo de lo queer porque los dos apelan a una ética que se resiste al cálculo biopolítico. Ahí está, creo, la utilidad de este libro, que repone un pensamiento que ahora podemos reconocer como un instaurador de discursividad.

Asuntos a tener en cuenta en relación con cualquier pensamiento sobre el aborto: cálculo biopolítico, sustentabilidad ambiental, soberanía, control poblacional, derechos reproductivos, subjetividades disidentes e imperialismo. La vida (o la muerte) de la especie, por un lado, la vida (o la muerte) de las comunidades, por el otro. Dicho en dos palabras: biopolítica y tanatopolítica. Las figuras que hay que manipular: la vida potencial, el Niño Imaginario, la Madre Imaginaria, el Padre (siempre, el Padre).

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