Hace dos o tres semanas, pude ver (a S. lo aburre) el programa que el Discovery Channel consagra a las grandes obras de ingeniería (o tal vez era el que el National Geographic dedica a las Megaestructuras). El episodio contaba la construcción del gran hotel de Dubai, un edificio que pretende competir icónicamente con la torre Eiffel de París o la Ópera de Sidney y que sería la punta de lanza en la reconvesión que actualmente emprenden los países árabes, preparándose para el momento (ya muy cercano) cuando se les acabe el petróleo y, por lo tanto, los petrodólares.
Hoy, casualmente, La Nación publica un suelto (que incluye varias fotografías) del partido de tenis que jugaron Roger Federer y Andrea Agassi en el helipuerto del hotel. Es lo que se llama "solidaridad" entre los diferentes componentes de la industria del ocio, todos ellos extensiones de una vasta campaña de prensa urdida en quién sabe qué oficina japonesa.
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