Por Diego Osorio Fernando Vallejo pasó por Buenos Aires. Estuvo en
Las primeras preguntas estuvieron encaminadas a que Vallejo explicara el supuesto carácter autobiográfico de su obra. Al respecto, Vallejo respondió con cierta ironía, afirmando que el personaje de sus obras "llamado Fernando Vallejo también" es un Yo "creado" para contar los pensamientos y recuerdos de lo que ha sido su vida. En este sentido, y preocupado por cómo se hace una literatura de la conciencia, afirmó que "la tercera persona no es expresiva, se aleja de la realidad y en narraciones de este tipo poco se puede saber de lo que realmente piensan los personajes". El público, un tanto desconcertado por la acidez de las respuestas de Vallejo, rápidamente se percató de la particular filosofía de vida que tiene y que refleja públicamente en su obra.
Más allá de las cuestiones propiamente técnicas sobre sus libros, Vallejo, con tono tierno digno de buen abuelo y con la pintoresca soberbia que lo caracteriza, comenzó a hablar del tema que lo apasiona, que lo volvió escritor y que recorre la mayor parte de su obra, Colombia. La dejó hace mas de 30 años, pero afirma que la quiere a pesar de su locura y que no le hubiera gustado nacer en Suiza, pues según él, "que aburrición, no tendría nada de que escribir". Lo que Vallejo piensa de Colombia queda claro en cada uno de los latigazos de sus frases: "Entre colombiano y colombiano hay que dejar por lo bajito un kilómetro de separación o se matan. Son como las ratas de laboratorio que si se hacinan, primero copulan, después paren y finalmente se despedazan a dentelladas".
El público, cada vez más sorprendido pero a su vez regodeándose con el talante de las respuestas del colombiano, comenzó a interrogarlo sobre otros temas sobre los cuales Vallejo se ha pronunciado públicamente. Le preguntaron si es un hombre religioso. "No solo no soy religioso, sino que soy antirreligioso", respondió. Es uno de los temas que más lo apasionan y se explaya sobre la infamia de
miércoles, 18 de mayo de 2005
Vallejianas
Buenos Aires (Seminario de Medios y crítica cultural), 18 de mayo de 2005
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