lunes, 13 de marzo de 2006

Alfajores marplatenses

Más allá de la soja

Antofagasteño (documental programado en el ciclo "La mirada interior") registra una celebración tal vez incomprensible para quien nunca se haya aventurado más allá de la Argentina agropecuaria.

Por Daniel Link Llegamos a Catamarca después de haber atravesado La Rioja. Íbamos a Pomán, que fue durante algunos años capital de la provincia y hoy es la cabecera del departamento de Pomán, que ocupa el valle del mismo nombre, justo al borde de la puna y de los Andes. Íbamos a Pomán (Catamarca) para registrar el Festival de San Sebastián (patrono de la ciudad), a quien el pueblo homenajea cada 20 de enero con una misa solemne y un festival folclórico. El himno (más militar que místico) dice: "Por defensor te aclamamos/ de este pueblo de Pomán/ de este pueblo de Pomán/ que a tus plantas se ha postrado/ y su corazón te ha entregado/ sólo a ti, sólo a ti, sólo a ti/ San Sebastián".
Nos había costado llegar a Pomán. De hecho, una vez atravesadas las sierras de Córdoba (que no en vano fue durante la colonia la aduana seca, el límite posterior del virreinato), cuesta llegar a cualquier parte si uno se aparta un poco de esos destinos turísticos a los que acuden europeos con sed de paisaje. Entre La Rioja y Pomán hay poco más de doscientos kilómetros, tantos como entre La Rioja y Catamarca. En los mapas, Catamarca y nuestro destino están muy cerca, pero separadas por el Ambato, una cadena de montañas de la precordillera. Llegar desde la actual capital de la provincia hasta el valle de Pomán supone un rodeo que desde hace dos años se ha alargado considerablemente porque el único paso (la quebrada de la Cébila) quedó inhabilitado después de sucesivos desmoronamientos. De modo que los poco más de 150 kilómetros que separan a Pomán de la capital provincial obligan a un rodeo de cinco horas (hasta prácticamente la ciudad de La Rioja) en micros desvencijados que en el país de la soja han sido retirados de circulación. "Que nadie se enferme", nos advirtieron al llegar, "porque si hay que llevarlo a algún lado, llega muerto". Y también: "Van a tener aire acondicionado y televisión mientras haya luz".
Las rutas y el transporte, los servicios y la comunicación son un problema más allá de las sierras. Es otro país, el país de los olivares, los nogales y los membrillares (regados a gota). Y después, el páramo. No es raro que los pueblos de La Rioja y Catamarca parezcan, antes que postales de otro tiempo, directamente ruinas: iglesias sin techo, casas de adobe abandonadas, viejas estaciones de tren ocupadas por caranchos, ranchos desbaratados por sismos que los noticieros no registran por su potencia de escaso porte.
Exhausta, esa otra Argentina (que no cesa de depositar botellas de agua en los infinitos altares de la Difunta Correa) espera intervenciones geopolíticas que la saquen de esa sensación de irrealidad que se siente en todas partes. La penúltima intervención de ese tipo fue la del peronismo histórico (Perón-Perón), que trazó líneas rectas a través de la nada (rutas, vías férreas). La última, más menemista, levantó casinos en las capitales de provincia y sólo eso. Íbamos a Pomán (Catamarca) para participar del Festival de San Sebastián (una de las dos celebraciones que en la Argentina recuerdan al mártir). Llegamos a Pomán en un micro de la empresa Transmutquin, exhaustos, a la medianoche, bajo un cielo atravesado por una tormenta eléctrica sin sonido. Una hora después, el pueblo entero estaba a oscuras y bajo una lluvia torrencial sobre la cual los lugareños, no sin ironía, sentenciaban: "No hay agua mala". Dos horas más tarde, yo tenía el primer ataque de pánico de mi vida.
Si me atrevo a recordar esta experiencia de turismo extremo es porque Paula Fernández y Matías Capelli hicieron algo parecido en Antofagasteño. Una celebración a destiempo (2005). Lo que el documental muestra es un improvisado festival folclórico en Antofagasta de la Sierra, un pueblo en plena puna catamarqueña, a 3000 mts. sobre el nivel del mar y a casi 500 kms. de la capital provincial.
"El antofagasteño" es el nombre de la única empresa de transporte público con la que cuenta la localidad y el paupérrimo Festival fue organizado como celebración de uno de sus aniversarios, en enero de 2005. Todo comienza bajo un cielo atravesado por una tormenta eléctrica muda y termina bajo una lluvia torrencial que obliga a los lugareños a refugiarse bajo techo. Antes de la precipitada fuga alguien ensaya una canción folclórica que parte el alma y unas parejas bailan sin demasiado entusiasmo.
Olvidada no sólo por el Estado sino también por los operadores turísticos (la última guía de destinos publicada por YPF apenas menciona su nombre), la provincia de Catamarca es un ejemplo de esas tierras malditas que tanto abundan en América Latina y en la que muchas veces se ha pretendido fundar una cierta metafísica. Lejos de intenciones tan descabelladas, los habitantes de esos lugares remotos y casi inaccesibles se reúnen para celebrar la existencia de un colectivo. Es justo que, en ocasiones así, llueva. No hay agua mala. Y es justo que Paula Fernández y Matías Capelli hayan detenido su mirada en Antofagasta de la Sierra para salvar a esa fiesta y a ese pueblo del más allá al que parecen condenados.
Ganador del festival Minimum de la Ciudad de Buenos Aires (2005) en la categoría mejor cortometraje documental, Antofagasteño hace de la pobreza, virtud. La mala iluminacion, por ejemplo, ha obligado a los realizadores a un forzamiento de la cámara que otorga a los movimientos de los celebrantes la precisa sensación de irrealidad (la pesada conciencia corporal de haber sido excluidos del banquete argentino) que la película necesitaba.


5 comentarios:

  1. Anónimo5:28 p.m.

    Me gustaría hacer un pequeño comentario a lo expuesto en el artículo titulado "Alfajores marplatenses"... aunque no sé por qué el título, si hablamos de Catamarca...
    No podemos soslayar la extrema pobreza en la que viven muchos de nuestros compatriotas, sumidos en el olvido por parte de los detentores del poder, que aparentemente llega hasta el ejido urbano de grandes capitales.
    Estos abnegados habitantes de tan inhóspitos parajes, aún permanecen allí, tenaces, incólumes, vivos y aún con ansias de festejar, a su patrono y a otras ocasiones dignas re tal.
    Apenas comienza un chaparrón, cesa la electricidad, es de suponer que debido a una deplorable red de distribución, no? Puede deberse a que ni Edenor ni Edesur abarcan estas áreas...
    Tenemos un país con una escala social con escalones demasiado diferentes y demasiado desproporcionados. Sólo un 10% de la población controla un 80% de la riqueza, por lo que es dable esperar que tanto en Antofgasta, como en Pomán y en otros innumerables parajes, la situación se repita hasta el hartazgo...
    Es hora que aquelos que abusan del poder al que accedieron con un dudoso margen de sufragios, miren hacia esos pequeños pueblos que por pobres, abandonados y olvidados, no dejan de ser Argentina... les guste o no...

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  2. Anónimo11:57 a.m.

    Solamente comentar que diria este señor si empieza a conoccer Humahuaca,Tres Cruces,o Casabindo,estoy hablando de la Puna Jujeña,una cosa es conocer y otra es comentar sin ningun fundamento.Los autenticos argentinos somos nosotros ,los que gracias a la Pacha no tenemos sangre de nigun continenete famelico que fueron y van a robar adelinquir y a jugar con la pobre inocecia de mi pueblo.Por que sino fijese en los nombres y apellidos de nuestros gobernantes de donde han venido,como han venido y de despues de enriquecerce ilicitamente a travez de la politica rastrera como tienen sus bolsillos ahora.Por eso un poco solo un poco de respeto para el pobre paisano que vive en esos parajes alvidados,porque en definitiva señor que desconoce nuestra cultura(que no es la europea ni la arabe)"A NOSOTROS COMO TONTOS NOS HICIERON CANTAR EL HIMNO Y OTROS SE LLEVARON LA PLATA".Un saludo del Coya ViLLENA.Y si sabe algo de que realmente paso en mi tierra, el apellido se debe a los Repartimientos.Un saludo

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  3. Anónimo12:57 p.m.

    Otro comentario: no debería sorprendernos cuando desde Buenos Aires nos siguen viendo como "cabecitas negras" y considerando que la Capital Federal es el ejemplo del bien y el interior del mal. No es nuevo, ya ocurrió desde los años de la Independencia. Desde que Buenos Aires se erigió en mandamás de este pais y disolviendo el Congreso de Tucumán asumió la conducción de la Argentina. Desde entonces el federalismo no existe. Si no nos parecemos a Europa no servimos.Este Sr. Link que porta muchos títulos pero que tiene un criterio muy parcializado y bastante cerrado de las realidades provincianas, se esmera en denostar a nuestra provincia cual si él viniera del Edén al Infierno. Claro, es bueno para mostrarse como un intelectual capitalino que se horroriza de la pobreza provinciana, tal vez porque, como dijo Kirchner alguna vez, a los pobres solo los ven por TV. Se burla de las creencias populares (la Difunta Correa, como solo ejemplo) porque seguro que en la Capital Federal ellos no creen en brujerías, aunque tengan el porcentaje mas alto per capita del mundo en sicoanalistas. Se deja llevar (si es que son reales) por comentarios antojadizos como que "nadie se enferme" "que llega muerto" y esa es una mentira atroz que solo sirve para desprestigiarnos. Catamarca cuenta con uno de los Hospitales (el Interzonal San Juan Bautista) más importantes de la región,con medicina de alta complejidad al que vienen pacientes de provincias vecinas. A donde hacen su residencia mèdicos de otras unviersidades, inclusive extranjeras. Y sí, tambien se corta la energía electrica como en Buenos Aires o Nueva York (según lo vemos por TV). Imagìnese el lector que vivimos en una provincia olvidada por la gran urbe. Por ese Buenos Aires que se lleva el 20% de los impuestos que aporta Minera Alumbrera, mientras a Catamarca, dueña del yacimiento y el mineral le toca el 8%. Es la Argentina que arman en Buenos Aires. La Argentina del federalismo en los papeles.
    Si como referencia el Sr. Link toma la guia de YPF y no encuentra Catamarca, no significa que no exista. Desconoce que Catamarca se ha transformado en un destino turístico importante. Que tiene su capacidad hotelera cubierta en un 75% en forma permanente y con reservas hasta fin de año como nunca antes habia sucedido. Desconoce que Catamrca preside el ente Turístico NORTE GRANDE. Desconoce por lo visto mucho de Catamarca. Y si tuvo miedo en Pomán, porque en una tormenta eléctrica en medio de los cerros hasta el mas pintao arruga, no quiere decir que Catamarca sea lo horrenda que prentende demostrar. Si vio ruinas a lo largo de los caminos es porque Catamarca está habitada desde hace màs de 10.000 años por indígenas y desde hace màs de 400 por blancos. Algo de ruinas debe haber. Pero no vivimos en las ruinas, salvo las que dejó un terremoto del año 2004.Por qué no habla entonces de las casi 30.000 viviendas que se han construido en los ultimos 15 años y de las casi 5000 que se terminarán en los proximos 12 meses?
    El Noroeste no es París, ni Londres ni Miami, ni siquiera Buenos Aires. Si lo que busca es eso, entonces por favor no venga por nuestra tierra o al menos no nos difame. Ud. tiene el poder de los medios de prensa importantes de Buenos Aires y sabe que puede hacernos "un manolito o un buraco así". A qué entonces, tanta maldad? Ese "paupérrimo" e "improvisado" festival folclórico de Antofagasta está hecho con inmenso amor por esos habitantes de origen indígena que a Uds. les sirven para filmar (tal vez desde lejos para no contaminarse de pobreza) y ganar premios. Hecho desde el corazón, (no del bolsillo) con las limitaciones que seguramente no tienen Uds. en la AV. Corrientes y que es quizás la orgullosa manera de divertirse y celebrar que tienen esas personas. Pero me pregunto: por qué no habla de la Feria de la Puna? Ese encuentro que se hace año a año y que convoca turismo internacional que vuelve y vuelve fascinado por lo que descubre en una Antofagasta virginal y misteriosa y que las visiones de los cineastas Paula Fernandez y Matias Capelli no vieron? O no quisieron ver, o vieron lo que quisieron para optar a un premio?
    Por qué no habla de los medios de transporte modernos con unidades cero kilometros que recorren todo el interior, incluida Antofagasta y Pomàn? Porque no habla del crecimiento de Antofagasta de la Sierra tomando como base lo que era hacen 10 años? Por qué no habla de todo lo que tiene Catamarca en su patrimonio cultural, arqueológico, artísitico, artesanal, religioso, arquitectónico?
    Y sepa Ud. que Pomán NUNCA FUE CAPITAL DEL PROVINCIA, porque cuando se fundó la ciudad de San Juan Bautista de la Rivera de Londres de Pomàn, en 1633, la provincia de Catamarca no existía. (Transcribo una parte mi libro: Catamarca Ensueño y Leyenda: El 15 de Setiembre de 1633 y en un todo de acuerdo a la costumbre y leyes de entonces funda San Juan Bautista de la Rivera de Londres de Pomán. Pero la nueva ciudad quedó prontamente desierta por cuanto sus fundadores eran hombres de armas que siguieron el camino de la conquista. Tan sólo quedaba una estancia del General Francisco de Nieva y Castilla, asistida por 4 a 6 indios según refería el Gobernador del Tucumán don José de Garro)
    La provincia de Catamarca se crea 50 años después. Y su primera y unica capital fue San Fernando en el Valle de Catamarca.
    Como se puede ver hay una mala información que confunde y engaña a la gente.
    Catamarca es mucho más de lo que malintencionadamente se menciona en este blog. Desconzco el por qué de esta gratuita paliza periodistica, pero sepan los lectores que hay mucho mas para ver y descubrir, para maravillarse y disfrutar. Siempre y cuando sean concientes que no somos ni Europa ni EE:UU, ni Buenos Aires ni París.
    De todos modos aunque nos duele siempre, estamos habituados a esta prédica que sobre el interior hace Buenos Aires.
    El artículo es tal vez literariamente muy destacado, pero periodisticamente muy malintencionado.
    Para finalizar digo que hay dos Argentinas. La de muchos, no todos, los porteños, que termina en la General Paz y de la que muchos no pasan para no contaminarse y la otra, la grande, la de las provincias.
    Aqui estamos orgullosos de ser lo que somos, de ser americanos, indígenas y morochos. No nos deslumbran las luces de neón, nos delumbra la luna que en las noches catamarqueñas brilla con la misma pureza y limpieza que el alma y el sentir de cada catamarcano.
    Rodolfo Lobo Molas
    Periodista - Escritor

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  4. Anónimo10:10 p.m.

    Por lo que veo, la discriminacion hacia las "provincias del interior" no ha terminado.Al parecer se creen supieriores por pertenecer a Buenos Aires siendo este una lugar tan Argentino como Catamarca. Yo, pobladora de Catamarca, conozco mas la provincia que alguien que solo estuvo unos dias.Creo que es un lugar hermoso y agradable con habitanes gentiles.
    Espero que ciudades vecinas, visiten la nuestra y vean con ojos propios lo confundida que esta esa persona.

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  5. Anónimo1:59 p.m.

    Qué barbaridad! cuanto malentendido frente a un texto que (por lo que pude leer), más allá de ser una crítica favorable a un corto cinematográfico, funciona como crítica al olvido "no sólo por el Estado sino también por los operadores turísticos".

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