Hace unos días, un funcionario de su gobierno, Javier García Elorrio, ha pretendido ganar fama con una resolución mediática en la que prohíbe la oferta y demanda de sexo en El Rosedal. Para justificarlo, ha dicho a la prensa que "los travestis se apropiaron" de este parque, que debería ser "para el disfrute de la gente", concepto en el que parece no incluirnos. Desde la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de la Argentina (ATTTA), red nacional integrante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, queremos compartir con usted y con toda la comunidad algunas reflexiones que el discurso de su funcionario maliciosamente omite. A las personas trans nos gustaría "apropiarnos" de espacios distintos al Rosedal. Nos gustaría apropiarnos de una carrera universitaria, nos gustaría apropiarnos de un trabajo digno, nos gustaría apropiarnos de una vivienda, nos gustaría apropiarnos de un documento que diga nuestro nombre, nos gustaría apropiarnos de la oportunidad de vivir una vida que no dependa de proxenetas, policías corruptos y funcionarios transfóbicos. No queremos apropiarnos del Rosedal. Queremos, sí, comer, llenar el plato, sobrevivir. ¿Usted y su gobierno tienen alguna alternativa para ofrecernos? Las personas trans sufrimos la discriminación por nuestra identidad de género casi desde que tenemos uso de razón. Muchas de nosotras fuimos echadas de nuestra casa, rechazadas por nuestra propia familia. La mayoría de nosotras no pudo terminar la escuela, no por falta de voluntad, sino porque el sistema educativo nos expulsa por ser diferentes. Incluso quienes la terminamos, nos cansamos de buscar y buscar trabajo, de sentir cómo nos cerraban la puerta en la cara. La mayoría de nosotras no tenemos ni siquiera un documento que diga nuestro nombre, y tenemos que hacer la cola de la mesa masculina cuando vamos a votar, ser llamadas con nombre de varón en la sala de espera de los hospitales o soportar que su subsecretario se refiera a nosotras como "los" travestis, y buena parte de la prensa reproduzca ese discurso. Queremos trabajar de otra cosa. ¿A usted le gustaría prostituírse? ¿Le gustaría estar en la calle, en alguna "zona roja", esperando que aparezca un cliente? ¿Le gustaría ser extorsionado por la policía y tener que pagar con dinero o favores sexuales el derecho a sobrevivir, a no ser asesinado, golpeado o llevado a una comisaría? A nosotras no nos gusta. ¿Cuándo piensan, quienes gobiernan, mirarnos a la cara para hacer algo más que echarnos de donde quiera que estemos? ¿Cuándo van a pensar en cómo crear las condiciones para que tengamos una vida digna, en vez de tratarnos como escoria? El discurso de quienes dicen, como el legislador Enríquez, que la prostitución debe ejercerse en lugares privados (¿departamentos privados?), y alejarse de la calle, esconde las consecuencias que eso tiene: la prostitución ejercida en espacios privados es el negocio de la esclavitud y la trata de personas, que regentean los mismos sectores que piden represión en nombre de "la moral y las buenas costumbres". ¿O usted no sabe quiénes son los dueños de esos departamentos? Nosotras queremos trabajo digno. Queremos terminar la escuela. Queremos tener una casa donde vivir. Queremos ser reconocidas con nuestro nombre y nuestro género. Queremos ser atendidas en los hospitales sin ser humilladas. Queremos que la policía esté para protegernos y no para extorsionarnos, golpearnos, violarnos o matarnos. Las personas trans, luego de casi 25 años del fin del Proceso, todavía vivimos bajo la dictadura. El Nunca Más no nos ha alcanzado, y día a día nos siguen matando. En varias provincias, existen Códigos Contravencionales y de Faltas que nos criminalizan, con tipos penales inconstitucionales tales como: "El que se vistiere o se hiciere pasar por persona del sexo contrario y ocasionare molestias, será reprimido con arresto hasta veinte días" (Santa Fe), o "El que se exhibiere públicamente con ropas de otro sexo, siempre que la costumbre lo reprima, salvo durante las fiestas de carnaval u otras que estuviere permitido (...)" (Santiago del Estero). Nosotras seguimos viviendo en la dictadura. Queremos ingresar a la democracia! Señor jefe de Gobierno: le proponemos un trato. Trabajemos juntos para terminar con la trata de personas y la esclavitud sexual. Trabajemos juntos para que el destino de las personas travestis y transexuales sea otro que la calle. Trabajemos juntos para terminar con la discriminación y la transfobia. Usted debe decidir de qué lado está. Mientras tanto, nosotras vamos a defender nuestra fuente de trabajo, hasta tanto el Estado y la sociedad nos ofrezcan otras alternativas para tener una vida digna. No nos van a echar del Rosedal ni de ningún otro lugar. Tendrán que pensar en soluciones que nos incluyan, o se encontrarán con nuestra resistencia.
Marcela Romero
Coordinadora nacional ATTTA
Vicepresidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans
Buena carta. Esperamos ahora la respuesta del alcalde.
ResponderBorrarAna
Si la memoria no me falla, este Enriquez, es el mismo animal que quizo [b]penalizar[/b] el consumo de alcohol en la calle, con días de arresto.
ResponderBorrarY, si no me falla la misma, es radical.
-J.