Fue una noche larga. Empezamos el domingo, comiendo burrata en Pierino. Después nos fuimos a la fiesta de fantasmas, queorganizaban Ale Ros y Albertin Carri para el Festival de Buenos Aires. Mientras esperábamos para ponernos las túnicas de rigor, recibimos comentarios contradictorios de quienes iban saliendo del espectáculo de Arianne Mnouchkine: o era genial, o era interesante el clima pero no el resultado, o todo era una mierda. Yo, que en principio iba a tener que pronunciar una conferencia sobre el asunto, pero que luego debí cambiar los planes para viajar a Mérida, me quedé intrigado.
Fotos: DL
Usamos, S. y yo, la fiesta como despedida mía (y fue bueno que Dany y Leo tocaran en "mi" fiesta). A eso de las 4 de la mañana estaba ya en Ezeiza, que funcionó bien como chill out. A las 8 de la mañana (hora Argentina), se sumaron a la fiesta en Santiago de Chile (de la que ya formaba parte la novia de Santiago Llach) Alejandro Zambra y su mujer, que venían entonadísimos (chilenos al fin) de festejar no sé qué patrióticas fechas. Estábamos todos sin dormir desde el sábado, así que descabezamos un sueñito hasta Guayaquil y después seguimos escuchando música que tenía yo en mi laptop hasta Caracas donde, a eso de las 20 (hora venezolana) del lunes, se nos sumaron Jesús Ernesto Parra y los demás chicos de la revista Plátano verde. A las 5 de la mañana de hoy martes terminó todo, los venezolanos subieron a su micro y nosotros a nuestro avioncito rumbo a Mérida, donde Mario Bellatin nos esperaba con un regio desayuno al lado de la piscina desde donde vemos el pico nevado del Simón Bolívar. La integración latinoamericana recién comienza.
Mérida, Bellatin, desayuno al lado de la "piscina"...
ResponderBorrarDespués dicen que no se vive bien de la literatura!!!!!!
Saludos.
: )
Anotame en el bando de los que salieron de Mnouchkine diciendo "genial".
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