Quien sigue los pasos de la naturaleza
no será más que un copista, un malhadado imitador.
no será más que un copista, un malhadado imitador.
Se pasa sin solución de continuidad del animal a la planta, de la materia animada a la materia pensante, como de la materia inanimada a la materia viva.
Todos los seres circulan los unos en los otros, todo es un flujo perpetuo.
Todo animal es más o menos hombre, todo mineral es más o menos planta, toda planta es más o menos animal.
Raul Escari en Naturaleza Roussoniana comprueba que el hombre intervino al gusano, y el artista no puede, so pena de fracasar, buscar el desorden como tal: desorden que adviene en un nuevo orden, donde se les roba a las obras clásicas los valores de "vida", de "movimiento", de "decoración" y "fantasía".
Gramilla, porotillo, trébol, yuyo silvestre, el autor de estas líneas está demasiado enamorado de esta puesta pseudo ecologista de Escari como para no medir la importancia de lo que acaba de afirmar. Y no contento con esto asevera que, si la obra maestra de Luis XIV fue crear el aburrimiento, nuestro artista comprueba que a la diversión por "defecto" corresponde la diversión "por añadidura": la gracia.
Buenos Aires, agosto 2010
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