Los otros días, en Proa, Adriana Rosenberg, excitada porque se le había llenado el almuerzo de prensa de los jueves de casamenter@s, contaba que le habían contado que había dos chicas habían conseguido un donante y que ambas se inseminarían, sucesivamente, con su material genético. De inmediato le dije: "¡ah, pero te contaron una película!" porque, en efecto, The Kids Are All Right (2010, misteriosamente traducida al castellano como Mi familia) cuenta los efectos de esa decisión, cuando los niños conocen al donante (lo que en tiempos menos temerosos de la corrección política se hubiera conocido como "el padre").
Candidata al Oscar en varias categorías, la película no deja de ser una "película de la semana" de tema lésbico. Es verdad que Annette Bening y Julianne Moore parecen haber encontrado sus roles definitivos, tan bien se las ve en sus papeles de lesbianas cansadas de la vida familiar (¿pero cómo: es que acaso las tortas pueden llegar a cansarse de la vida familiar? Parece que sí....) y dispuestas a dejarse seducir por el primer pedazo de carne que aparezca en el horizonte.
Imagen, gentileza E.C. (archivo personal)
(¿Pero cómo: es que acaso las tortas....?)
Lineal, dramática y graciosa al mismo tiempo, The Kids Are All Right no hiere ninguna conciencia: no aporta demasiado a ningún debate, pero tampoco obliga a que se hable de ella. El año que viene, seguro la programan en Fox. Mientras tanto, parece que ya hay gente dispuesta a seguir los lineamientos de ese guion.
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