Los fabulosos relatos de Las mil y una noches según Daniel Link
por Ivana Romero para Tiempo Argentino
Quien tenga deseos de leer sobre genios maléficos, hechizos de amor,
aventuras de viaje, ladrones y amantes, que abra este libro. Quien
decida asomarse a la historia de todas las historias, pero teme a los
libros gordos y llenos de letras chiquitas, puede empezar por acá.
Porque en Flores de las mil y una noches encontrará una selección de
esos relatos antiguos, venidos de Oriente medio, con los que la princesa
Scheherezade encantó al rey Schahriar para salvar su vida. Con textos
de Daniel Link, dibujos de Julián Gatto y edición al cuidado de la
editorial independiente Planta, esta versión de Las mil y una noches se
presenta hoy a las 17 en la Galería Ruby, de Colegiales.
Link dice que sí, que el título del libro evoca a Pier Paolo Passolini,
quien en 1974 estrenó Il fiore delle Mille e una notte. Para escribir su
versión, leyó algunas traducciones más o menos canónicas y finalmente
decidió seguir la edición del poeta y traductor francés Joseph Mardrus
(1898-1904) en la versión castellana de Vicente Blasco Ibáñez.
"Naturalmente, tuve que llevar los relatos a su mínima expresión con dos
condiciones. Por un lado, respetar el sistema de encajamientos propio
de Las mil y una noches (una historia dentro de otra, dentro de otra, es
decir: Scheherezade cuenta que un pescador contó que había encontrado a
un efrit que a la vez le contó... y así sucesivamente). Y por otro,
preservar ciertos usos del lenguaje que sirven para separar una jornada
de otra”, explica.
“Decidimos con Luciana Delfabro, la editora, no atenernos al canon
tradicional de Las mil y una noches que originariamente no incluyen los
viajes de Simbad, ni, probablemente, "Alí Babá y los cuarenta ladrones" e
incorporar las historias que se relacionan con ese libro milenario e
infinito. También nos propusimos que hubiera la mayor variedad de
personajes y de relatos posibles: historias amorosas, genios maléficos,
monstruos, visires ávidos de poder, y todo lo que constituye el encanto
más reconocible del original. Muchas son truculentas pero nos pareció
que no debíamos obviarlas porque hacerlo hubiese sido traicionar el
espíritu del libro de los libros”, agrega.
Luciana Delfabro creó Planta hace cinco años. El primer libro que
publicó fue Éramos tres amigos, relatos para chicos escritos por Héctor
Germán Oesterheld. Ese texto, al igual que Las siete puertas de Sara
Gallardo; El contador de cuentos, de Saki o Rita viaja al cosmos con
Mariano, de Fabián Casas forman parte de la colección Mis autores
destinada en especial al público infantil. Flores de las mil y una
noches corresponde a la colección Recién ahora pensada para un público
de jóvenes y adultos. Sin embargo, advierte la editora, el tema de a
qué edad se debe leer qué cosa es, por lo menos, vidrioso: "Los libros
tienen que especificar a qué edad van dirigidos por las exigencias del
mercado. Pero en qué momento cada persona está en sintonía para leer un
libro, es algo muy incierto. Eso es algo que a mí me gusta mucho pensar:
los buenos libros que se dicen para chicos son los más universales.
Porque pueden ser leídos y disfrutados absolutamente por todos."
Una de las singularidades de los libros de Planta es que los dibujos
tienen igual importancia que los textos. Por ejemplo, para ilustrar
Traveseando (un rescate de cuentos escritos por Ricardo Zelarayán a
comienzos de los ochenta, que no se habían vuelto a editar desde
entonces), fue convocada Guillermina Baiguera. Y en vez de dibujos
convencionales, trabajó con bordados que ella misma realizó a mano.
En el caso de Flores de las mil y una noches, las ilustraciones
estuvieron a cargo de Julián Gatto, graduado en The Cooper Union School
of Art de Nueva York (una de las universidades más prestigiosas de
Estados Unidos). Este es su primer libro ilustrado y para hacerlo, se
inspiró en antiguos maestros persas como Kamal ud-Din Bizhad. "Pude ver
muchos originales en algunos museos y realmente me impresionó el nivel
de detalle que tienen esos trabajos. Casi toda la tradición pictórica
persa que nos llega son ilustraciones para libros porque no tienen
'pintura' en el sentido occidental del término, hasta el siglo XIX.
Entonces las escalas del trabajo son siempre bastante chicas y no
siempre se pueden apreciar los detalles mínimos", cuenta.
"O sea, al principio ves una escena con unos personajes y de a poco vas
notando cómo todo está hecho con el mismo nivel de precisión, desde una
cara y los pelos de la ceja en esa cara hasta la hoja de pasto al lado
del pie. Es como un dibujo adentro de un dibujo adentro de un dibujo,
una estructura que tiene mucho que ver con las historias que ilustré."
Gatto trabajó con tramas basadas en hexágonos. A la vez el número seis,
explica, tiene una simbología muy fuerte porque representa la cantidad
de días que tardó Allâh en hacer el mundo. "Algo que para nosotros tiene
un valor más bien decorativo, para los árabes siempre tuvo otro tipo de
connotación. Así que no se trata sólo de hacer ilustraciones bellas
sino de entender una cosmogonía, una forma de ver y entender el mundo
distinta de la occidental."
Dibujante y escritor asumieron los desafíos de versionar un libro
extenso, antiquísimo (las historias están ambientadas desde el siglo XI
en adelante). Cuando se le pregunta a Link sobre el lector que imaginó,
responde: "¿Pensó alguien alguna vez en el lector de Las mil y una
noches a medida que el libro se armaba? La única que piensa en la
audiencia es Scheherezade, y eso porque su vida depende de su capacidad
para narrar y mantener el interés del rey. Luego, el libro es para
niños... grandes, diría; que pueden leer solos y dejar volar su
imaginación sin riesgo, capaces de buscar en un diccionario las palabras
que no entienden y las costumbres desconocidas ¿iba yo a escribir
'Dios' allí donde el libro escribe 'Allâh', o 'David' donde se lee
'Daud'?"
"No me gusta la literatura que les devuelve a los chicos lo mismo que
encuentran en su vida cotidiana. O sea: pienso, como lectores ideales de
Las mil y una noches (mi versión o el libro entero), en chicos para
quienes la lectura es una fuga o un rapto", dice el escritor.
Finalmente, como quien revela un secreto antes de que el alba selle sus
labios hasta la noche siguiente, agrega: "No hace falta que diga más:
pienso en mí mismo, como lector".
Linkillo: va en el enlace un diablillo,
ResponderBorrarhttp://www.argentina.ar/temas/ciencia-y-tecnologia/21475-fisico-cordobes-asegura-haber-logrado-retroceder-el-tiempo#.Uh0GFNOzbv0.facebook,
que estés bien!
M