Yo no sé si me quedé dormido y me
desperté con un coágulo cerebral o me golpee la cabeza (que me
provocó un coágulo cerebral). Yo había pensado (antes del sueño,
el golpe, el coágulo) que íbamos a tener un gobierno de derecha,
más o menos penoso, durante cuatro años y que después, cuando el
Sr. Macri ganara las elecciones para un segundo período, nos iba a
hacer bailar con la más fea. Más o menos como lo que pasó con
Menem.
Pero de pronto se levantaron todos los
telones y los bastidores y quedó claro que el baile empezó ya mismo
y será a oscuras (o con lucecitas led, que me son tan detestables),
para que no se noten las ropas raídas de los participantes.
El año que viene, en cambio,
bailaremos por un sueño.
Dicen, ¿será cierto?, que el Sr.
Tinelli se reunió con el Sr. Duhalde para afinar los detalles de su
candidatura presidencial. O eso entendí desde mi coágulo, porque
salvo por la entrada masiva en un registro psicótico de ésos a los
que nos tiene acostumbrados nuestra querida patria, me niego a
considerar racionalmente una hipótesis tan pedorra.
En La vida es un tango, el gordo
Bochinchola patrocina la candidatura de Silvano Urrutia, joven
entrerriano. En La internacional argentina, Nicanor Sigampa,
después de darse cuenta de que no tiene chances presidenciales
porque es negro promociona a Darío Copi (poeta maoísta) como
presidente.
Copi ya acertó varias veces, una de
ellas con el Papa argentino en El uruguayo. No quisiera que
esta vez también su delirio fuera premonitorio.
Los Príncipes me hacen mucho bien cuando me hace ningún mal y me dan mucho cuando no me quitan nada...Un tal Montaigne
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