Episodios críticos de la modernidad latinoamericana
por Fernando Bogado para Otra Parte
“Latinoamérica” es, siempre lo ha sido, el nombre propio de la imaginación. Precisamente, los artículos reunidos en Episodios críticos de la modernidad latinoamericana
no hacen otra cosa que destacar la importancia crítica del concepto de
imagen (en un sentido estricto, literal y por eso móvil: “inquietante”) y
el uso que abre para entender ciertas producciones imaginarias que
pueblan nuestro rabioso continente. Todas estas intervenciones son el
resultado de una prolija recuperación de las ponencias presentadas por
los integrantes del Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos
y Comparados (PELCC) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero en
el XXXIV Congreso Internacional de la Latin American Studies Asociation
(LASA) en Nueva York, en 2016.
Dos episodios críticos nuclean seis ponencias y dos discusiones,
episodios que condensan en una imagen la tensión entre origen y utopía
dentro de la literatura latinoamericana. Diego Bentivegna, Rodrigo
Javier Caresani y Miguel Rosetti se concentran en el Modernismo,
destacándolo como un momento que influye sobre las relaciones atlánticas
imprescindibles para una metodología de estudio propia de las
literaturas comparadas. Sorprende el primer texto, el de Bentivegna,
cuando habla de la “Atlántida” que Lugones evoca como lugar efectivo y
barro primigenio del cual emergió el mundo civilizado. ¿La Atlántida del
mundo antiguo como imagen mítica avant la lettre de Latinoamérica?
El segundo “episodio crítico” es el Barroco, presentado por Valentín
Díaz en su intervención casi como un proyecto por concretarse, un
“cuerpo sin órganos” por hacerse. En esa misma línea habría que revisar
la ponencia de Daniel Link sobre Copi, su conceptismo y su
distanciamiento del culteranismo (que tiene que leerse en sintonía con
su libro La lógica de Copi) y la notable relectura de la
relación barroco, ano y neoliberalismo que lleva adelante Rubén Ríos
Ávila a partir del análisis de la obra de Perlongher y Lemebel. El
barroco se vuelve el nombre de una estética y una filosofía de la
latinoamericanización: de repente, vía los autores analizados, Deleuze
se vuelve cubano y Foucault, paraguayo.
Cada uno de los artículos sintetiza un modo de hacer comparatismo.
Pero en lugar de quedarse en la jerga, se nota la necesidad de hacer
temblar un poco ciertos prejuicios críticos y avanzar, seriamente, hacia
lo informe mismo con un tono casi filológico-interpretativo. Cada texto
parece responder a una pregunta implícita: ¿cómo renovar los estudios
literarios? ¿Qué recuperar de la filología? ¿Cómo ir más allá de ella?
Dándola vuelta, parece responder el barroquismo crítico. Por ejemplo,
volviéndola contra ella misma. Lo que se lee, en definitiva, es el modo
en el cual lo latinoamericano se piensa a sí mismo a través de algunos
nombres propios, de algunas comunidades agrupadas en episodios, o en
grupos de estudio. La reflexión (europea) aquí, en nuestro continente,
se convierte en doblez, en proliferación especular. Lo puso Borges en
boca de Laprida: a veces, lo latinoamericano, antes que una condición,
es un destino. Una imagen por construir. Un barro, tal vez.
Valentín Díaz (ed.), Episodios críticos de la modernidad latinoamericana, EDUNTREF, 2017, 132 págs.
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