sábado, 21 de mayo de 2022

Hay cadáveres

Por Daniel Link para Perfil

El hedor de la podredumbre saltaba de una plataforma a otra. Tuvimos que dejar de ver la serie que seguimos en HBO Max porque en DirectTV Go estaban los cadáveres: la noche de los Martín Fierro. Por fortuna entramos tarde así que pudimos ver las primeras horas en fast forward.

Todo era penoso: la iluminación, la estupidez, los auspicios de las ternas, la polución auditiva (mezcla de textos mal leídos por un conductor impune, una música de fondo implacable y el griterío de drogados y borrachos que parecía imponerse a todo, salvo a la autoridad de la Sra. Legrand, que llamó a silencio).

En algún momento el conductor llamó al escenario a un premiado y, como no acudía, preguntó: “¿Hay alguien cerca de los baños?”. Otros, que estaban a tiro de escenario, expusieron la dureza escandalosa de sus mandíbulas a un escrutinio innecesario y que perdurará para siempre en los archivos.

Las categorías eran ininteligibles, más que nunca, sobre todo porque la televisión ya no existe como tal y lo poco que de ella queda se arrastra con lentitud de muerta en vida hacia el tiro del final (¡que llegue, que llegue ya!). Puros noticieros (lo más digno) y programas de interés general divididos en micro rubros para aumentar la distribución de naderías (la categoría es... ¡“jurados”!, ¡¡¡“Big Show”!!!).

APTRA es una asociación caduca que ya no entiende la televisión (la crítica televisiva no es otra cosa que recomendaciones pagas de lo que programan las plataformas). Si ya se equivocaron con los canales de cable, que produjeron en su momento más televisión que las canaletas de aire, ¿qué esperar de quienes a la hora de premiar ignoran la producción de Netflix (El marginal, El reino), de Prime (Porno y helado) o de HBO Max (Días de gallos)? Entre tanto muerto pasado de merca y muertos robados a otras artes (Juan Forn, Pino Solanas), sólo dos estrellas: Juanita y Sofía Gala. Lo demás, lastimaba: ¿eso somos?

 

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