martes, 30 de abril de 2013

Comentariado vigente

Alguien me avisa no se qué dificulad para publicar un comentario. No presto atención al asunto hasta que me doy cuenta de que en algún momento de pereza intelectual decidí asociar el blog con mi perfil de google (que gestiona mi cuenta de correo). A partir de entonces, la empresa también gestiona mi comentariado, lo que me parece un abuso.
Vuelvo, pues, al método anterior, que soporta la anonimia y, por lo tanto, el terrorismo discursivo que extrañamos tanto.

Nadie resiste un archivo

Ni Diego B., ni yo:

Un cuento de hadas


Había una vez una princesa que amaba mucho a su pueblo. Ella había nacido en un pueblo muy alejado del reino y, por esas casualidades típicas de los cuentos de hadas, llegó a casarse con el príncipe heredero. Como ella amaba mucho a su pueblo, hizo todo lo posible para que amaran a su príncipe, que era muy bueno y muy rubio. Ella también era muy buena y muy rubia, lo que resultaba verdaderamente contrastante con la apariencia generalizada de "su pueblo", una banda de zaparrastrosos a los que muchas veces llamaban, aquí y allá, "apaches". No eran malas personas, sólo mal educados (y, muchos de ellos, mal alimentados).
Lo que más quería la princesa rubia era que ellos fueran felices, al menos un poco, para que compartieran de ese modo la inmensa felicidad que ella sentía desde que se había casado con el príncipe (a su boda, habían asistido todas las princesas del mundo y estrellas de cine y varias reinas, pero no su padre, que era un "impresentable", según había dictaminado la reina madre, dictamen que la princesa tuvo que acatar con gran dolor de su parte). Hacía mucho tiempo que su pueblo no tenía posibilidad de felicidad alguna, porque era un pueblo pobre, triste y confundido.
Junto con sus asesores de Estado, magos, damas de compañía y algunas otras princesas de las que se había hecho amiga, la princesa rubia ideó un plan perfecto para darle un poco de alegría a su pueblo. Un poco, porque "mucha alegría" estaba fuera de su alcance. Convenció a su marido el príncipe para que la acompañara de visita a su pueblo, acompañado de su madre, la agria reina madre (cuya única felicidad era recordar en secreto sus propios días de princesa rubia y buena). Juntos, ofrecieron al pueblo la posibilidad de que participaran en los Juegos Primaverales de Lances de Pelota con los que los príncipes y sus caballeros solían entretenerse los días de ocio. Por alguna misteriosa razón, ese juego había sido importado por los zaparrastrosos, que lo practicaban como una adicción: mal y todo el tiempo. Por eso mismo, la princesa sabía que ésa sería la llave del poco de felicidad que ella se encargaría de regalarles.
La segunda parte del plan era la más difícil porque los zaparrastrosos se morían de ganas por jugar lance de pelota contra los príncipes y los caballeros y no iban a rechazar el convite. Más complicado era que su marido, el príncipe rubio y bueno, aceptara que los zaparrastrosos pudieran ganar algún que otro lance, porque entre los hombres del reino (y de los reinos contigüos que participarían también de los juegos primaverales), el sporting era considerado entre las más altas manifestaciones de nobleza. Pero como el príncipe era un poco tonto y su madre una reina mezquina, bastó que la princesa rubia barajara la posibilidad de no sé bien qué negocios (los negocios hacen daño a la estructura general del cuento de hadas y mejor es callarlos) y que los magos del reino aprobaran con sus testas blancas, cubiertas con bonetes altísimos de color naranja tachonados de estrellas doradas, para que el pacto se sellara: los zaparrastrosos habrían de ganar tal y cual lance y los caballeros del reino aceptaban no ganar (tampoco perder) en el primer encuentro que tuvieran, como para garantizar la permanencia del pueblo en el certamen. En lo más íntimo de si, la princesa buena y rubia sabía que era poco, pero como conocía a su pueblo, no dudaba de que la algarabía provocada por esos triunfos fraguados sería mucha y le permitiría al pueblo una felicidad que acontecimientos desdichadísmos y una incapacidad casi total para gestionar su relación con el ambiente venían negándoles desde hace muchos años.
Por supuesto, lo que quedó claro apenas comenzó el Festival de Primavera de Lances de Pelota era que los zaparrastrosos, además de impresentables en cualquier fiesta del reino (o de los reinos amigos y enemigos de los muchos que participaban de la fiesta) jugaban con bastante torpeza. Tal vez no con torpeza, pero sin método, sin elegancia y sin inteligencia. Era como si bailaran al son de una música desconocida para todos y como si fueran sordos a los acordes finísimos que en las salas de concierto de todos los reinos se escuchaban por entonces. Que los caballeros del reino pudieran no ganarles fue un triunfo de la voluntad y de la sonrisa de la princesa rubia, siempre disponible para torcer el malhumor de los hombres que su príncipe había convocado para que representaran al reino. Pero hasta ahí llegó su fuerza. Ni siquiera sus más fieles magos con sus más poderosos hechizos podían garantizar otros triunfos, porque los magos de los reinos rivales habrían de desplegar, en ese caso, sus polvos y sus pócimas en contra de ellos. El príncipe bueno y rubio no podía obligar a los demás príncipes al mismo compromiso que había aceptado él para cumplir el sueño y el capricho de su princesa. Así que todo se resolvió en unos encuentros deslucidos en los que los zaparrastrosos sólo consiguieron apabullar a unos caballeros asesinos de un reino del sur al que los demás reinos odiaban y para cuya derrota, entonces sí, los magos de todos los reinos decidieron confabularse. En ese lance, los zaparrastrosos parecieron flotar en el aire, y parecía que sabían bailar. Pero todo fue una ilusión urdida entre gallos y medianoche. Una ilusión buena originada en el amor de una princesa rubia por su pueblo.
Ya llegado el verano, el Festival de Lances de Pelota entraba en su fase definitiva después de complicadísimas y delicadas maniobras que involucraban negociaciones de todo tipo (que eran, en realidad, las que cautivaban la atención de los príncipes, mucho más que los lances per se). Los zaparrastrosos, poco educados como eran, confiaban en la voluntad de Dios, a quien creían de su lado y parecían ignorarlo todo (en su ignorancia infinita) de los esfuerzos de la princesa en favor, no tanto de ellos, sino del pueblo al que habían venido a representar. Era fatal el traspie y ya se veía venir la derrota y la humillación que la princesa buena no sabía cómo evitarle a su pueblo (un poco de felicidad ya había tenido, pero no tanta como la que ella quería regalarle). Convocó secretamente a los magos del reino y les suplicó que intervinieran, sino en relación con el lance en sí (cosa que ya le habían dicho que no estaban dispuestos a hacer sin la autorización del príncipe), al menos respecto del tiempo, a la espera de que la astucia de la que su pueblo había dado muestras más de una vez a lo largo de la historia hiciera el resto. Y así fue.
Una vez torcido el tiempo, elongado extrañamente para impaciencia de los príncipes que iban a tener, más tarde, que pagar facturas de luz abultadísimas por la iluminación a giorno que se exigía en los jardines del palacio durante esos minutos de pronto interminables (lo que demostraba que esos príncipes, además de un poco tontos, eran avaros), los zaparrastrosos consiguieron un triunfo completamente inexplicable en el último lance de pelota en el que habrían de intervenir en el certamen. Pero era tan evidente para cualquiera que hubiera seguido ese lance de pelota (los porteros, las mucamas, las peluqueras, toda esa vasta plantilla de zaparrastrosos contratados como empleados subalternos en los palacios y castillos de los príncipes) que los zaparrastrosos jugaban "como el culo" (hasta la princesa pensó para si esa frase terrible, con palabras que jamás, jamás, sus labios habían articulado) que la alegría posterior al encuentro fue (salvo para aquellos que se burlaban, con toda su risa, de los zaparrastrosos) una alegría triste, velada por el recuerdo de días mejores y por la desdicha infinita del espectáculo deplorable que habían ofrecido los zaparrastrosos.
A lo lejos, el pueblo quiso ser feliz, bajo la lluvia. Pero en el fondo, había comprendido que estaba excluido para siempre del festín de los ricos. Esa noche, la princesa lloró en brazos de su príncipe, porque la alegría que había robado del reino, tampoco alcanzaba a su pueblo.

Moraleja: No hagas nunca de bufón de la corte, ni siquiera por el amor de una princesa buena y rubia. Mejor, envenena las aguas de palacio y arroja los cadáveres de los príncipes y sus ministros a los buitres.

Oro, lilio, clavel, ébano luciente

Mi querido Jason:

Todavía guardamos, te lo juro, las fotos que nos hicimos juntos en nuestra última visita a USA. No aparecieron en este blog, y no están en nuestros celulares inteligentes. Las miramos cada tanto cuando algún pormenor de tu anatomía se nos enturbia en la memoria (no tu dentadura, que quedó tatuada en nuestros glúteos).


Vos nos dirás qué hacemos con las fotos. Imagino que podremos venderlas, y repartirnos la plata...




domingo, 28 de abril de 2013

La tierra baldía

por Pedro Mairal para Perfil

Te fuiste a dormir en una república y te despertaste en otra cosa que todavía no sabés cómo se llama. El oficialismo tomó control del Poder Judicial. Se va a seguir llevando todo puesto como un monstruo enceguecido. Irá por la re-re y la eternización. Ya no puede caber ninguna duda de eso. No hay que ser ingenuos. No se puede llamar república a un régimen donde no hay división de poderes.
Cuando eras chico el vecino del séptimo a veces te invitaba a dormir en su casa los viernes. El sábado ya nos cansábamos los dos. El te hacía entrar en competencias, a ver quién tira el avión de papel más lejos, a ver quién emboca la pelota de tenis en el balde, a ver quién puede imitar mejor al Hombre Araña trepando descalzo por el pasillo con una pierna en cada pared. Ya sabías que cuando él iba perdiendo te cambiaba las reglas. En realidad, ganó mi avión porque voló más tiempo. La pelota no puede picar en el borde del balde y entrar. El Hombre Araña no se apoya así con las manos, además ensuciaste la pared y ahora cuando llegue mamá te va a pegar con el cinto. Mirá cómo tengo yo la espalda. El mundo había cambiado. Te habías despertado dentro de un régimen nuevo que todavía no sabías bien cómo se llamaba. Un lugar amenazante, lleno de reglas dudosas, fluctuantes, contradictorias. Eran los sábados más largos de tu vida.
Si el kirchnerismo se termina en 2015, igual dejará la tierra arrasada, las instituciones hechas polvo, las leyes dobladas a las patadas, la seguridad jurídica arrancada de cuajo, los datos prendidos fuego. Quedarán sus métodos patoteriles. Si el apriete es costumbre, ¿cómo se vuelve al trato igualitario? ¿Cómo se hace después para volver al disenso democrático cuando se usó el abuso del poder como única forma de argumentar? El régimen totalitario que están levantando no tolera una sola pregunta. La interrogación despierta la ira oficial, los marea y desorienta. Me quiero ir, contestó el ministro de Economía cuando le preguntaron sobre la inflación. No se pregunta. No se dialoga. No se contesta.

sábado, 27 de abril de 2013

Dejemos hablar al viento

Por Daniel Link para Perfil

Ahora, después del pronunciamiento de las Cámaras y la Suprema Corte y de la instrucción regia que la Sra. Conti recogió con su habitual premura, más parecida a la de un perro guardián que a la de una representante del pueblo (que debe obediencia a la fuente de su soberanía, los electores, y no al poder ejecutivo), el oficialismo se declarará, con el estrépito que lo caracteriza, pluralista, abierto al diálogo, demócrata, guardián de la calidad institucional, capaz de corregir las comas de sus más desencaminados (desde un punto de vista no mafioso) actos administrativos.
Ahora, la Sra. Carrió, con su vocación de pitonisa, bramará que está cada vez más sola (una vez que el proceso de depuración se ha desencadenado es imposible detenerlo) y que ella es la Única (el paranoico siempre se pone en relación de igualdad con Dios, y si éste es el Ungénito, también aquél).
La Sra. Bullrich, desde algún sillón parlamentario, creará una nueva alianza que naufragará, como todas las anteriores, en mares embravecidos que requieren pilotos afiatados.
La Sra. Estenssoro, por su parte, cada vez más alejada de poder imponer su sensatez en un reino de insensatos, renunciará a los discursos en las escalinatas de Tribunales, del Congreso, del Sacré Cœur y se entregará a la melancolía por lo que ya no puede ser pensado en la Argentina. La Sra. Michetti seguirá rodando.
Y la Sra. Fernández, ahora, llorará una vez más por su marido muerto y dirá que todo esto se ha hecho en su memoria, para que nada manche su cualidad patriótica (y así es, así sea).
Nosotros nos reuniremos (o no), protestaremos (o no), suplicaremos (o no), pero seguiremos pagando nuestros impuestos, apuntalando las finanzas de los jubilados que tenemos cerca, multiplicando nuestras vías de superviviencia, negando la proliferación de la miseria y la ignorancia, diciendo “qué barbaridad” cada vez que la televisión nos muestre la podredumbre del Palacio, soportando con vergüenza la destrucción de las condiciones de posibilidad de lo viviente.
Ahora no, pero tal vez alguna vez, de la tierra estremecida se levantará un viento que arrasará con todo.

Canon de alcoba

 SEMINARIOS Y CLASES MAGISTRALES
EN CCGSM

CICLO 2013


CLASE MAGISTRAL INAUGURAL (JUNIO)
RICARDO PIGLIA: “Una mirada sobre Rodolfo Walsh”
Viernes 14/6 a las 19
Entrada libre y gratuita

SEMINARIO JUNIO

DANIEL LINK: “La lógica de Copi”
Miércoles 5, 12, 19 y 26 a las 19
Leída en la intersección del cómic, la ficción narrativa y el teatro (soportes en los cuales se funda por igual su prestigio), la obra de Copi interroga centralmente la noción de acción (dramática y narrativa). Copi irrumpe en la escena mundial para proponer una ética y una estética trans: transexual, transnacional, translingüística, y opone al Estado-Nación y sus ficciones guerreras la idea de comunidad (posnacional y, al mismo tiempo, imposible).
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

SEMINARIO JULIO

ALAN PAULS: “Dar la cara”
Miércoles 3, 10, 17 y 24 a las 19
¿Cómo se construye la figura de autor (cómo se instala una presencia) en la literatura y el arte contemporáneos? Estrategias y movimientos. Levrero, Vallejo, Sarduy y otros.
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

CLASE MAGISTRAL JULIO

ELVIO GANDOLFO: “Vidas y obras de Mario Levrero”
Viernes 12/7 a las 19
Mario Levrero es, junto a Roberto Bolaño, uno de los mayores (re)descubrimientos de la literatura latinoamericana de fin del siglo XX. Un repaso por todos los géneros que el escritor uruguayo supo cultivar en sus cuentos y novelas (del policial a la ciencia ficción) y todos los trabajos que supo hacer (de redactor de historietas a creador de crucigramas) a lo largo de su peculiar biografía.
Entrada libre y gratuita

SEMINARIOS AGOSTO

LUIS GUSMÁN: “Los raros: Masotta, Libertella, Lamborghini”
Miércoles 7, 14, 21 y 28 a las 19
Pensamiento en los márgenes, obras incómodas e inclasificables, la centralidad, la periferia, el canon, la diferencia entre el escritor y el artista: todas estas cuestiones están presentes en los textos de Oscar Masotta, Héctor Libertella y Leónidas Lamborghini.
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

DAMIAN TABAROVSKY: “Fogwill: estado de la cuestión”
Jueves 8, 15, 22 y 29 a las 19:
Rodolfo Enrique Fogwill es uno de los autores argentinos más leídos de la actualidad y uno de los que tiene mayor poder de influencia en la nueva generación de escritores locales. A dos años y medio de su muerte, este seminario es el primero que se le dedica a su obra, que abarca novelas, cuentos, poesía y ensayo.
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

CLASE MAGISTRAL AGOSTO

ROBERTO HERRSCHER: “Cómo contar la guerra”
Martes 6 a las 19
Los límites entre periodismo y literatura en los relatos de no ficción sobre la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, Malvinas y las guerras actuales en Irak y Afganistán.
Entrada libre y gratuita.

SEMINARIOS SEPTIEMBRE

LUIS CHITARRONI: “La ficción no nos deja mentir”
Miércoles 4, 11, 18 y 25 a las 19

“La ficción no nos deja mentir” es un seminario acerca de algunos métodos de composición literaria. El propósito es detenerse todo lo posible en la elaboración secundaria para avanzar más rápido en el curso de la narración, sin paradojas (ya que el enunciado titular es muy serio): de las anotaciones de Henry James para novelas y relatos a los escritos de Kafka sobre sus propios escritos. Y ya en pleno vuelo, de las “profanaciones” de Joe Orton y Kenneth Halliwell Halliwell al “Teatro proletario de cámara”, de Osvaldo Lamborghini.
 
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

MARTIN KOHAN: “Literatura argentina y guerra”
Viernes 6, 13, 20 y 27 de septiembre, a las 19.
Los modos en que la idea y la práctica de la guerra (ya sea bajo la forma de terrorismo de Estado, ya sea a través de un conflicto armado como el de Malvinas) aparece en la producción de ficciones a lo largo de las últimas décadas en la Argentina (Fogwill, Gamerro, Ratto, Pron).
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

SEMINARIOS OCTUBRE

MARÍA MORENO: “Crónicas y cronistas del Río de la Plata en los siglos XIX y XX”
Martes 8, 15, 22 y 29 a las 19
La escritura de no ficción atraviesa en la actualidad una fase de esplendor y visibilidad, y el término “crónica” está en boca de todos. ¿Pero es este género, en verdad, algo que podría definirse como algo novedoso? Una historia de los cronistas rioplatenses que atraviesa dos siglos de periodismo y literatura y que pone en contexto la producción de los cronistas contemporáneos.
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

BEATRIZ SARLO: “El espacio y sus recorridos”
Miércoles 2, 9, 16 y 23 a las 19
En esta serie de charlas se abordan los distintos modos de desplazamiento: viajes, cosmopolitismo, latinoamericanismo y, finalmente, turismo. Una reflexión, de Victoria Ocampo al Che Guevara.
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

SEMINARIO NOVIEMBRE

CARLOS GAMERRO: “Joyce y los argentinos”
Miércoles 6, 13, 20 y 27 a las 19
Una introducción a la obra narrativa de James Joyce, con centro en Dublineses, Retrato del artista adolescente y Ulises, y su influencia en la obra de autores como Jorge Luis Borges, Rodolfo Walsh, Juan José Saer, Manuel Puig y otros.
Costo de las cuatro clases: 150 pesos. Se entregará certificado de asistencia.

SEMINARIO DICIEMBRE

MARCELO COHEN: Viajes de la literatura al extranjero: la narrativa fantástica del siglo XX al XXI”
Lunes 2, 9, 16 y 23 a las 19
Las ficciones fantásticas como excursiones a incidentes que la abrumadora lógica de la razón instrumental pasa por alto. Estas charlas se proponen mostrar algunas de las formas con que el género ha ampliado la percepción y la conciencia del mundo, y cómo hoy está aboliendo su falsa separación de los realismos. Con detenimientos en las obras de Buzzatti, Mandiargues, Piñera, Kafka, Levrero, Lem, Carter, Bodoc, Harrison, Cortázar, Gandolfo, Sorokin, Tsutsui, Lethem y otros. 
 

De campaña




12 Diputados que pueden frenar ESTA reforma judicial

Petición de> ONGs por la Independencia Judicial


Sitio de la Campaña: www.reformajusticia.org

sábado, 20 de abril de 2013

Mala fariña

Por Daniel Link para Perfil

Me estremece comprobar que mis caprichos lleguen a los oídos de los dioses. La semana pasada me declaré harto de la realidad y Argentina, que es un país casi inexistente, me brindó una semana entera de ficción. No una de esas ficciones urdidas en los laboratorios de las grandes productoras televisivas (la BBC, FOX), que responden a un modelo más bien clásico de lo ficcional y de lo imaginario, sino una ficción modernísima, que involucra a todos los actores de la política, la economía y la prensa en el habla psicótica (paranoica) de un canallita de provincias que, primero, finge estar brindando un testimonio y luego declara que el carácter testimonial de su palabra habría sido una ficción preparada para demostrar... (¡Dioses, ayudadme!) quién sabe qué.
Apunto una sentencia que los estudiantes de ciencias de la comunicación deberían grabar a fuego en sus grilletes laborales: no se hace periodismo de calidad utilizando cámaras ocultas. Si así fuera, el primer testimonio que permitió desmontar el affaire Watergate hubiera sido el último, y Nixon todavía seguiría gobernando Estados Unidos.
Pero no es eso lo que me interesa destacar, sino la extraordinaria calidad de un testimonio-ficción (un sabio chino sostuvo alguna vez que “la verdad tiene estructura de ficción” y la lección, tallada en piedra sobre las puertas del oráculo, hoy nos alcanza con sus dedos temblorosos) cuyos pormenores estamos analizando en estos días.
Analizar, en algún sentido, significa someter el discurso (el propio, el de los otros) a una paranoia experimental y controlada. Pero cuando el discurso analizado es el de un paranoico desaforado (es decir: la excrecencia más tortuosa del capitalismo) resulta un poco complicado sostener el control (experimental, analítico) y no dejarse arrastrar por los brazos tatuados de la ficción testimonial (o del testimonio-ficcional, lo que se prefiera).
El discurso que en estos días nos conmueve es argentino hasta la médula, pero como “argentino” es, antes que una propiedad constante, la intermitencia de una imaginación desaforada, eso nos permite situar lo oído en relación con mil variedades de discurso diferentes de la picaresca criolla. Quien le puso el cuerpo (no digo su emisor, porque la instancia de enunciación, en este caso, es muy compleja) podría o no ser el hijo natural de un presidente muerto, lo que nos arroja en las profundísimas y heroicas aguas de la tragedia (que mezcla relaciones de soberanía y relaciones familiares en partes iguales).
Pero además, el testimonio (admitamos que se trata de una ficción performática, teatral) parece participar del esquematismo que a Theodor Adorno tanto le molestaba del teatro de Brecht, cuando éste presentaba las relaciones capitalistas como una disputa de pandilleros o de mafias. Tragedia, sainete, teatro épico, paranoia, corrupción (de la carne y, sobre todo, de la imaginación pública). ¿Qué más se puede pedir? ¿Verdad? ¿Justicia? No quiero impacientar a mis dioses (que son griegos). Me conformaría con un asesinato (ficcional).

miércoles, 17 de abril de 2013

Mala Fariña

por Jorge Boimvaser para DiarioVeloz.com (director: Samuel Gelblung)


Leonardo Fariña: la historia que nunca te contaron – Primera parte




Leonardo Fariña: la historia que nunca te contaron – Primera parte
Verano del 2012, no hay apuro para relatarla de golpe. Sería un desperdicio hacerlo. Así que vamos por partes.
Erase una vez (así comienzan los cuentos de antes), un muchacho simpático, indolente, vago y tan insolvente que ni ameritaba le entreguen la tarjeta SUBE, aunque viajaba siempre en bondi y juntaba las monedas para darle de comer a la maquinita a cambio del boleto de cada día.
Era el ceniciento que soñaba con fortunas, mujeres, jet set y esas engañosas melodías de fama rápida y vacía. Hasta entonces solo se había topado con caballos lentos y mujeres rápidas.
Ya se sabe que en el mundo del deporte existen cazadores de estrellas. Maradona y Messi captados desde chiquilines son solo un par de ejemplos de miles.
En las redes sociales, una estructura más complicada e invisible rastrilla como un Gran Hermano en las sombras a la búsqueda de talentos para ser incorporados en Consultoras de Marketing y esas cosas. También el espionaje de las grandes potencias olfatean por computadoras y programas ultra sofisticados la posible presencia de individuos que ameriten ser puestos en sospecha por presuntos o potenciales terroristas.  Algún dia contaremos cómo funciona el mayor satélite espía: Echelón.
Lo que pocos conocen es que también las grandes bandas casi convertidas en leyenda, como la de Luis Valor y la Garza Sosa, seleccionaban entre los violentos de las barriadas marginales a los personajes más adecuados para integrar sus organizaciones de ladrones de bancos y blindados. Tarea nada fácil, pero que esos chicos malos de los 90 sabían como nadie.  Un casting tipo reality para elegir delincuentes de alta gama no solo sucedía -¿o sucede aún?-  en la Argentina, sino en otras partes del mundo.
Y en el mundo de los delitos complejos, la trama es aún más desconocida para el común de los mortales. Por caso: los grupos de hackers que trabajan en el negocio del espionaje industrial, donde las leyes aún difusas no concuerdan en cuáles son los límites legales de las acciones, ya existe una premisa o regla general que uno de esos nerds se la contó al autor de este informe hace un par de años, en el lobby de un hotel céntrico.
"Nosotros tenemos un acuerdo de palabra con el FBI y los organismos policiales. Jamás tocamos dinero de los bancos, no nos metemos en transferirles dinero a nadie de sus cuentas bancarias a las nuestras. Pero a cambio de que nos dejen trabajar en lo nuestro sin interferencias, lo que hacemos es detectar redes de pedofilia y prostitución infantil que se mueven en el ámbito de Internet, y se lo entregamos gratuitamente para que ellos se encarguen de desactivarlas",  nos decía el joven hacker.
Claro, lo de ellos no es tampoco fabricar y distribuir por Internet agua bendita,  pero las reglas del trabajo sucio por espiar a los rivales en el mundo de las grandes corporaciones tiene sus códigos precisos en esa industria virtual y multi millonaria.  En ese terreno también abundan los cazadores de talentos. La oferta y demanda de espías virtuales es parte del mundo sofisticado a que nos llevó la tecnología y que parece no acabará nunca.
Y ahora entrando en nuestro caso, ciertos delitos como estafas complejas no están al alcance de cualquiera. Son los más difíciles de detectar por las agencias de seguridad de todas las Naciones. Es que cuando algún estafador de alto rango descubre una nueva modalidad, recién los agentes de inteligencia comienzan su labor.  Como en el caso del traslado de drogas, las organizaciones delictivas siempre llevan un paso adelante que sus cazadores.
Así fue que hace un par de años desde la fachada de un lujoso restó en Puerto Madero, un personaje que ostenta con llamativa impunidad varios vehículos de alta gama, yates y aviones privadas, venía siendo observado por varios organismos locales e internacionales deseosos de conocer el origen de sus ingresos.
Un par de vuelos privados por semana a Colonia (Uruguay) y otros movimientos extraños, fueron filmados desde hace no menos a  los dos años. Sospechas muchas, pero para caerle encima con una órden judicial no alcanzan las sospechas.
Este personaje se cree fue quien importó de España a un grupo de africanos especializados en lo que se llama en la jerga de la falsificación de monedas,  la transa de los dólares negros.
¿De qué se trata? De una estafa de presunta falsificación química de billetes de 100 dólares. Una prestidigitación que los africanos llevaron a Europa engañando a miles de ingenuos y quedándose con millones de dólares a cambio de entregarles dólares falsos aparentemente verdaderos.
Facundo Pastor hizo una cámara oculta con ellos, o posiblemente la cámara oculta la hicieron otros y se la concedieron. Por ahí puede encontrarse la filmación y nos ahorramos el trabajo de describirla.
Estos africanos ya no tenían espacio de movimiento en Europa y nuestro hombre en Puerto Madero los "importó" a la Argentina.
El gastronómico ya había tenido una experiencia falsificando un bono y entrampando a un Banco local que después fue auditado por el BCRA. Sin embargo, el restó de Juana Manso del personaje de esta historieta, solo era vigilado pero ninguna órden judicial permitía requisarlo.
Ese intrépido personaje que trajo a los africanos a Buenos Aires para falsificar "dólares negros", fue el "cazador de talentos" que una tarde descubrió que el pibe simpático, entrador, indolente y loco por fama, aunque era un insolvente total, tenía cualidades que un buen director técnico sabe aprovechar en el terreno de juego. Había que prepararlo para jugar en las ligas mayores.
Así fue como se conoció con el entonces ignoto Leonardo Fariña. El pibe que ni ameritaba una tarjeta SUBE.Veremos cómo siguió la historia en las próximas entregas.

Leonardo Fariña y los peligros de jugar con fuego – Segunda parte

Quien haya visto La Gran Estafa o cualquier tanque similar de esos que produce Hollywood, tiene presente que los personajes que intervienen en esas..¿fantasías? nunca llegan a codearse en el reino de los poderosos andando en subte, bondi o bicicleta. Las películas los muestran de entrada luciendo autos de alta gama, porque una vez más –en el cine- el arte imita a la vida.
El universo de los delitos complejos, recuérdese los dos grandes golpes botequeros (Banco Río de Acassuso y el Provincia de Belgrano),  requiere una tríade de elementos indispensables: Excelente información, inteligencia para armar el golpe y bastante dinero para organizar la logística del delito. Quien no reúne esa cualidad, no puede ser más que un arrebatador callejero, un  punguista de subte o un simple motochorro.
Ya sabiendo estos detalles elementales, vamos al fondo de la historia. Leonardo Fariña llegó a la "cueva" montada en restó de la calle Juana Manso en Puerto Madero con las monedas justas en el bolsillo pero con su labia intacta. Al pibe no lo amedrentaba pasar necesidades y privaciones, su ambición desmedida por salir de ese estado social (obvio, sin tener que laburar como el común de los mortales), lo llevó a apostar fuerte en un mundo para él desconocido (lo cual le agrega una dosis extra de riesgo mortal para quienes no conocen los códigos de la timba delictiva). Jugó y sigue jugando con fuego-, hasta ahora la suerte está de su lado. Pero como todo en el Universo es circular, hoy se está arriba y mañana se baja, veremos qué se sabe de su vida en un tiempo no demasiado lejano.
Los "bads boy" del restó de Puerto Madero tenían una información clave. Un grupo de empresarios poderosos intentaban lavar dinero no declarado realizando inversiones en Uruguay.
Un fuerte comercializado inmobiliario de Punta del Este, Alejandro Perazzo Inmobiliaria, tenía en venta un predio de 300 hectáreas en la dorada zona de Laguna Garzón, la zona top en la cual adquirió una chacrita recientemente Susana Giménez. El nombre del campo en venta: El Entrevero.  Valor de una fracción del predio : 4 millones de dólares.
Leonardo Fariña tenía que utilizar sus dotes de simpático, entrador e histriónico para llegar a los inversores locales haciéndose pasar por un presta nombres confiables.
Entonces sus descubridores de Puerto Madero pusieron a su disposición un suntuoso garaje de autos importados para que fuera a cada reunión en un vehículo diferente, obvio, todos de alta gama y con papeles en orden. Tenía que impresionar a sus nuevos interlocutores y lo consiguió con creces. Como en aquellas películas del Lejano Oeste, donde se levanta un pueblo con maquetas dibujadas sobre cartón, Leonardo fariña construyó una imagen de pibe poderoso sobre la maqueta de los autos prestados.
¿Cuál era su linaje para justificar tan joven esa ostentación?
Jugó con ellos –con los millonarios a los que habría de representar- una carta temeraria. Tan joven y sin antecedentes familiares que describieran su origen aristocrático, había que tener una excusa creíble. Y de su boca salió la mentira que después corrió de boca en boca por el mundillo político y farandulero: Se hizo pasar por hijo extramatrimonial de Néstor Kirchner. El ex Presidente ya había fallecido y a nadie se le podía ocurrir indagar en la intimidad de Cristina Fernández para conocer la posible veracidad de la versión dada por el propio Fariña.  Fariña lo contaba casi como un secreto de esos "por favor, que nadie se entere, que no salga de este círculo".

En Casa de Gobierno habían despedido de mala manera a la anterior secretaria de Kirchner, Miriam Quiroga,  y el horno no estaba para hacer bollos ni consultas fuera de lugar. De hecho, Miriam Quiroga tenía su familia constituída y jamás se pensaba que ella hubiera podido ser la madre de Fariña.
En ese mundillo sutil donde no todo lo que reluce es oro, lo último que puede hacer alguien precavido es preguntar.
Leonardo Fariña decía haber recibido una suma de dinero con la que su modo de vida le justificaba andar en autos de alta gama y tener además solventes contactos en el campo de las inversiones inmobiliarias en lo más top del Punta del Este.
Fue aceptado en esa comunidad de inversores y se dio a la tarea de adquirir el campo El Entrevero en nombre de terceras personas y con toda la parafernalia de contradocumentos que se establecen en estos casos.
Cruzó un par de veces el Río de la Plata, siempre acompañado –a la distancia- con algunos de quienes le habían descubierto su capacidad de comediante en las grandes ligas de los homónimos de La Gran Estafa.
Sus dos destinos principales fueron el comercializador de El Entrevero (Alejandro Perazzo),  y una escribanía dedicada a los negocios de alto vuelo en el Uruguay: Escribanía Pitaluga.
Leonardo Fariña les dijo que representaba un grupo inversor argentino, que estaban dispuestos a adquirir el predio en 4 millones de dólares, pero que en los papeles debía figurar una cifra mayor: 14 millones de dólares.
Hasta ahí todo parecía normal en ambas orillas del Río de la Plata. Ya se sabe que en estos negocios nadie anda con millones de dólares bajo el brazo. Hay giros y transferencias bancarias y cuentas nuevas y viejas que mueven esas fabulosas cifras que nunca pasan por la Aduana donde están los perritos rastreadores de dólares de la AFIP.
Pero las mezquindades del alma humana tampoco faltaron en esta historia.
Y fue precisamente por esas mezquindades que saltó la bomba de escándalos en cadena que pusieron la figura de Leonardo Fariña en boca de todos. Los detalles que continuaron después los relataremos en nuestra próxima entrega.
Aún la sangre no llegó al río.  "Por ahora, solo por ahora.."  como relata el amigo Marcelo Araujo.

Leonardo Fariña: "Pibe, hacete mediático antes que te maten" - Tercera Parte

Antes de responderla veamos el orden de los sucesos que se fueron dando en torno a la compra del campo El Entrevero, en Laguna Garzón, Punta del Este.
De no haber sido por los brotes de mezquindades y avaricias tan comunes en el universo de los negocios turbios, esta historia no se estaría relatando y Mr. Fariña jamás hubiera accedido al estrellato y al pánico real que lo acecha por las noches (dicho por alguien que lo trató de cerca).
Los agentes inmobiliarios, legales, impositivos y comisionistas que orquestaron la operación de la compra del campo, aceptaron la condición de escriturarlo por 14 millones de dólares cuando en realidad recibían por la propiedad 4 millones.
Pero dejaron en claro que todos los impuestos y comisiones que se debían pagar eran por la suma escriturada, no por el dinero recibido.
Ignoramos la forma en que se giraron los 14 millones, pero Fariña embolsó los 10 millones en alguna cuenta bancaria y se fue al exterior a vivir lo que era su sueño de rico gratis.
La inmobiliaria uruguaya Alejandro Perazzo Inmobiliaria, Escribanía Pitaluga y otros dos comisionistas partícipes del negocio se negaban a la escrituración hasta no saldarse las cuentas como marca la legislación uruguaya.
El primer avistaje de Fariña en Miami despertó la inquietud de las agencias de seguridad de los EEUU.  Sin tarjeta de crédito y gastando fortunas a lo pavote, no hay que ser un genio para sospechar que el joven estaba teniendo actitudes propias de los nuevos narcos que descuidan la apariencia.  Los viejos jefes herederos de Don Pablo Escobar Gaviria y el resto, ya son prolijos en eso de hacer ostentaciones que no pueden justificar.  A Fariña se le pegaron los agentes federales del USA y en medio del hostigamiento y la acechanza tuvo que volver de urgencia a la Argentina.
Aquí lo esperaban malas noticias.  Los operadores inmobiliarios de Punta del Este se negaban a la escrituración definitiva argumentando que sin las comisiones por los 14 millones de dólares no había negocio posible. Y su participación sobrefacturando el negocio en 10 millones de la moneda yanky había corrido como reguero de pólvora.
En la memoria colectiva estaba el recuerdo de los tres jóvenes asesinados en lo que se conoce como la masacre de General Rodríguez (Forza, Ferrón y Leopoldo Bina), el rumor que los mataron un grupo de sicarios llegados del exterior y que se habrían ido después del crimen, que también ellos habían querido "mexicanear" a gente poderosa,  y alguien le dijo al oído un consejo que quizás fue lo que le salvó la vida en su momento:  "Pibe, hacerte mediático antes que te maten".
Siempre se dijo que la agente aduanera María Luján Telpuk –quien descubrió la trama del valijero venezolano Antonini Wilson-  se protegió de las posibles venganzas en su contra regodeándose en el mundo de la farándula y sus desnudos le dieron protección en medio del odio de quienes habían visto abortada su maniobra.
Leonardo Fariña siguió el mismo camino que Telpuk, para no terminar como Sebastián Forza y sus socios.
Siguiendo la línea del pensador neo aristotélico Jacobo Winograd ("billetera mata galán"),  no le fue difícil conseguir novia y esposa mediática con quien presentarse en sociedad y huir provisionalmente de sus nuevos enemigos.
Lo que siguió de ahí en más es historia casi conocida. El rumor colectivo de su posible filiación con el ex Presidente Kirchner le dio algún tipo de respaldo de seguridad personal, aunque también hay que recordar que en el mundo del delito los piratas arribados de improviso nunca tienen aseguradora que les extienda una póliza de vida.
Fariña devolvió los autos de alta gama que le habían prestado, adquirió una Ferrari y un BMW blindado y cada vez que pasó por un espacio televisivo deslizó que estaba siendo amenazado de muerte. No denunció las amenazas a la justicia pues habría tenido que relatar su historia real, y así caería en su propia trampa.
Desafiando al destino, recientemente vendió ambos vehículos, alquiló junto a su mujer (a quienes algunos ya denominan "la viuda") una casa en Punta del Este pagando 25.000 dólares y ostenta sus dineros en las narices mismas de los personajes a los que les birló 10 millones de dólares.
Dice que en marzo estará un tiempo en el exterior, aunque su personalidad (repetición compulsiva, es el síndrome que describe al delincuente que vuelve una y otra vez a la escena del crimen) posiblemente lo traicione nuevamente.
Mientras tanto, el campo El Entrevero pasó a otras manos una vez pagadas las cuentas pendientes. Un economista de origen radical (a quien se lo conoce como "el testaferro del Punto G".) es el nuevo titular de la costosa propiedad que compite en el mundo de las grandes inversiones esteñas  con el campito de Susana Giménez.
El futuro de Leonardo Fariña es un enigma que ni él mismo puede descifrar.  Estos personajes son descartables en el mundo donde intentan hacer pié. La crónica diaria que nunca se publica está plagada de tipos que se atreven a querer volar más alto que los capo mafias (sean narcos, financistas lavadores, estafadores, falsificadores de alta gama,  etc).
Mueren acribillados salvajemente como en General Rodríguez o bajo la modalidad conocida como "que parezca un accidente". 
La joya cinematográfica de Luc Besson El Profesional, en la cual una familia entera es masacrada después que un narco de bajo vuelo se manda una pirateada de cocaína a un agente de la DEA (magistrales actuaciones de Gary Oldman, Jean Reno y la entonces niña Natalie Portman), es ficción pura pero copiada de la realidad de todos los días.
La codicia sigue haciendo de las suyas y personajes como Leonardo Fariña seguirán apareciendo siempre. Tan descartables como una botella de gaseosa. En el final de El abogado del diablo, Al Pacino haciendo el papel de Lucifer mira la cámara y confiesa: "Vanidad, definitivamente, mi pecado favorito". 


martes, 16 de abril de 2013

Con la brasa en la mano

En una de sus sofisticadísmas lecciones sobre Literatura del siglo XX, el Prof. Link, abocado a una pormenorizada exposición del programa biopolítico, tal y como se lee en Foucault y Agamben, pronunció esta admirable sentencia, desmentida de inmediato por la carcajada unánime de sus alumnos, que todavía resuena en los pasillos:


"Eso no es para mí. No me gusta andar 
con un pedazo de otro adentro"

(anterior)


lunes, 15 de abril de 2013

C'est la vie

Madame, Monsieur,

Veuillez trouver ci-dessous le comte-rendu de la participation de HM2F au Printemps des Assoces parisiennes, qui s'est déroulé de manière apaisée malgré les violences de la part d'extrémistes radicalement au  mariage pour tou-tes les images de notre association soeur (MPF) concernant les violences contre Wilfried et son compagnon Olivier ; MPF a défilé mercredi dernier à Paris avec 5000 autres citoyen-nes.
                    
Veuillez trouver par ailleurs ci-dessous le communiqué de la Fédération LGBT dont HM2F fait partie. Très cordialement.


Communiqué de presse
de la FÉDÉRATION LGBT
Angers, vendredi 12 avril 2013


MARIAGE
ADOPTION
HOMOSEXUELS
FEDERATION LGBT





Le Sénat adopte le projet de loi ouvrant le mariage et l'adoption aux couples de personnes de même sexe.
Une avancée considérable qui nécessite pourtant l'adoption d'autres lois pour une totale Égalité des droits des personnes LGBT.


Mercredi 10 avril, l'Uruguay votait définitivement le mariage pour les homoxesuel(le)s, devenant le 12e pays au monde qui accorde l'Egalité aux personnes Lesbiennes, Gays, Bi, Transgenres.

Pendant ce temps, en France, pays des droits humains si prompt à donner des leçons en la matière, l'opposition proposait au Sénat un contrat d'union civil pour les personnes LGBT et s'opposait à l'adoption plénière par nos couples.

Pourtant, ce vendredi 12 avril à 11:26, après 6 jours et quelques nuits de débat, le Sénat a approuvé le projet de loi ouvrant le mariage et l'adoption aux couples de même sexe, lors d'un vote à main levée.

Con cautela

por Horacio Verbitsky para Página/12

(...)
No sólo es dudosa la constitucionalidad del proyecto que limita las medidas cautelares, tampoco apunta con precisión a los poderes fácticos que preocupan al gobierno y que poseen capacidad económica para costear los abogados más caros y mejor conectados. En cambio, afecta la tutela judicial efectiva de los derechos de los sectores más desprotegidos y colisiona con la Convención Americana de Derechos Humanos, cuyo artículo 25 requiere que las herramientas judiciales disponibles incluyan medidas cautelares y recursos judiciales sencillos y rápidos para la protección de grupos en situación de vulnerabilidad. Cuando se trata de relaciones de contenido patrimonial entre el Estado y las empresas, la regulación es valiosa, porque el Estado protege el interés social y la voluntad popular. Pero hay muchas situaciones en las que aún sin estar en juego “en forma directa” la vida, la salud, la alimentación ni el medio ambiente, las medidas cautelares amparan derechos fundamentales de personas o grupos sociales, como la protección de los migrantes contra la expulsión y su derecho a la educación; la definición de alternativas de vivienda de personas desalojadas; la suspensión de normas que limitan en forma inconstitucional la libertad personal; la defensa de la libertad sindical o la exigencia de acciones positivas del Estado, de modo de garantizar derechos en condiciones de igualdad. No es aceptable equiparar las cautelares en casos meramente patrimoniales, en los que el Estado suele ser la parte más débil de la relación, con aquellas que pueden oponerse a ciertos actos estatales violatorios de derechos fundamentales a favor de personas o colectivos indefensos. Es posible evitar los abusos que se han conocido en estos años y al mismo tiempo garantizar la tutela judicial de sectores a los que les cuesta acceder a una defensa rápida y eficaz de sus derechos. Si los requisitos para su admisibilidad son casi imposibles de sortear y se exige una contracautela que obra como valla para quienes no tienen bienes o posibilidad de acreditar ingresos que solventen los gastos del proceso, y si además la apelación suspende el efecto de la cautelar, terminará por crecer la brecha que se pretende reducir y la herramienta sólo seguirá disponible para quienes puedan costear los mejores servicios jurídicos y estén dispuestos a hacer un complejo recorrido por los vericuetos judiciales hasta la sentencia definitiva. De haber regido esta regulación, ninguna medida cautelar hubiera impedido la demolición de la ESMA dispuesta por Menem, ni la privatización del PAMI. Tampoco podrían haberse suspendido los efectos de la reforma del sistema de excarcelaciones bonaerense, evitando daños irreparables mientras se discute su constitucionalidad. Al restringirse las medidas de no innovar a “una conducta material” del Estado, quedan excluidos todos los actos administrativos formales y sólo se puede reclamar contra los hechos consumados. La fijación de plazos estrictos condiciona a la víctima de una violación de derechos y no al juez y a la otra parte, salvo que una regulación específica les exija un comportamiento diligente (con deberes agravados) para llegar rápido a una decisión de fondo y no que se supedite todo al plazo de vigencia de la cautelar. Ni pensar qué ocurriría en las provincias, si una legislación similar se reprodujera en cascada.
Si el problema es el Grupo Clarín no hay por qué desamparar a los condenados de la tierra.

sábado, 13 de abril de 2013

Masa Encefálica Crítica

Por Daniel Link para Perfil

Harto de la realidad (inundaciones, reforma judicial, tasas de interés bancarias, declaraciones impositivas, salario familiar, bicicleteadas, metrobuses y peatonalización del microcentro, la muerte de la Thatcher, el misterio de Tinelli, los secretos de Boudou) me refugio en una miniserie nueva, más sombría que nada de lo que haya visto hasta ahora, pero que interroga con una radicalidad desconocida la cualidad de lo viviente. Y la presento hoy, un día 13 del año 13, dejándome arrastrar por las delicias de la superstición.
In the Flesh*, producida y emitida por la BBC3, fue imaginada por Dominic Mitchell, quien cuenta el proceso de escritura en el blog asociado al sitio del show.
La premisa es la siguiente: hay zombies, pero éstos son considerados por el Estado como enfermos que sufren de PDS (“Partially Deceased Syndrome”, Síndrome de Parcialmente Muerto). Sometidos a un tratamiento de rehabilitación y debidamente medicalizados (una inyección diaria en la base del cráneo) son reintegrados (con un set de maquillaje y lentes de contacto de colores que a medias disimulan su condición) a la sociedad, a la familia, al mundo, donde se enfrentarán con el odio de los otros y donde circula también un llamamiento zombie clandestino a la no medicalización.
El protagonista de la serie es Kieren Walker, afectado por el síndrome y vuelto a su casa en un remoto pueblo rural de la Inglaterra profunda.
Lo que se sospecha desde el comienzo se verifica casi de inmediato: Kieren es gay y se suicidó cuando el amor de su vida se topó con la muerte en una de esas guerras imperialistas de Medio Oriente (qué más querés: puto, suicida, muerto-vivo, su ruta). No se explica el origen del síndrome, que aparentemente no sobreviene por contagio (mordedura), y que sostiene a los que deberían haber muerto en ese umbral indiscernible donde la chispa de vida es apenas una emoción inducida por un medicamento.
Más allá de la trama, el argumento es sombrío porque precisamente subraya el modo en que el Estado interviene en relación con la posibilidad de vida (o de muerte), condicionando incluso aquello que se opone a su soberanía por principio. Kieren quiere morir de amor como un joven Werther pero el Estado se lo impide, devolviéndole la memoria que el PDS había borrado de su cerebro arrasado por la enfermedad y el hambre caníbal.
Quise escapar de la realidad pero me doy cuenta de que no llegué muy lejos: me encuentro de nuevo con el Estado y su regulación de lo viviente (inundaciones), el ejercicio demente del poder (integración) y, sobre todo, la Masa (encefálica) Crítica.

*Ah sí, Pink Floyd...