lunes, 30 de diciembre de 2013
Un saludo cordobés encantador...
Que la insolencia te valga
Así se refirió ante la propuesta de cambio de huso horario para aliviar el consumo energético; negó que existan problemas de generación de energía.
sábado, 28 de diciembre de 2013
La gran fractura
Por qué ya no soy puto
martes, 24 de diciembre de 2013
Literatura argentina y modos de reproducción Sobre el vitalismo de Ricardo Rojas
Ricardo Rojas (como los grandes teóricos de la literatura) se inclina más bien por una comprensión de la literatura como fuerza (o si se prefiere: potencia). Esa fuerza o potencia opera aquí y allá según una lógica que no es exclusivamente ni la de la lengua, ni la de la época, ni la de la región. Es una fuerza o potencia de desclasificación y, al mismo tiempo, de agenciamiento. Las Humanidades, dice Rojas en la Restauración nacionalista, “requieren en cada comarca una elaboración especial, de acuerdo con circunstancias de ambiente y necesidades políticas, que varían en las diversas naciones” (pág. 66-67). Escuchen esta demanda, todavía no cumplida:
Si nosotros fundásemos escuelas análogas á esta [se refiere a la Ecole d'hautes etudes], y á la [Escuela] de Cartas, en la medida de nuestra posición histórica y de nuestras necesidades, las asignaturas aquí subrayadas —Lenguas célticas y dialectologíade la Galia Romana— tendrían que equivaler al quichua y el guaraní de nuestros orígenes americanos. (pág. 196)
La necesidad (política) de la enseñanza de esas lenguas (el guaraní como celta) no se justifica en un resplandor estético sino en una demanda ética que toma a lo viviente como potencia. Este desplazamiento de la forma a la potencia, de las equivalencias lingüísticas a las distancias culturales es uno de los núcleos fuertes de la investigación comparatista propuesta por Rojas, para quien no hay hipótesis de investigación literaria desgajada de lo cultural.
Saltemos hacia donde Rojas nos señala: todo presente actual no es más que el pasado entero en su estado más contraído: el pasado, por eso, no pasa, sino que persiste, insiste, consiste, es el fundamento último del paso. Si lo propio del presente es la existencia actual bajo la forma de una sucesión de diversos instantes (antes y después), el pasado puro, fundamento y profundidad del Tiempo, en cambio, se caracteriza por la "coexistencia virtual" de sus diversos niveles con el presente. Dicho de otro modo: “La materia de la Literatura es la vida, y su procedimiento, como ya lo sabemos todos, el concretar en fórmulas finitas las relaciones humanas de reiteración indefinida".
El texo completo, puede bajarse de acá.
lunes, 23 de diciembre de 2013
Filología de la Weltliteratur
En Estambul Auerbach estaba en exilio,
el ir a escucharlo era un acto político.
Ahora entiendo el sello
de la ocurrencia del abuelo-hijo:
el sello, esto es, de quien sabe incluso el saber.
Ser doblemente lejanos de la vida
para verla toda, y acercar las dos distancias.
Sólo sumando al creyente el erudito se hace el santo
(¡que no quiere ser santo!). Los años de Estambul
son sin color, libres de toda agitación,
exentos de dulce vitalidad: no quedan sino los actos
del alma y los de la mente. Doblemente
por encima del vivir, el mundo es un mapa
del caos, y el orden es una mirada sonriente.
Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922-Ostia, 1975) "Poesie marxiste, 1964-1965", Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2003
Versión: Jorge Aulicino
Papa Giovanni che ascolta Auerbach
A Istanbul Auerbach era in esilio,
l'andare ad escoltarlo era un atto politico.
Adesso capisco el timbro
del motto di spirito del nonno-figlio:
il timbro, cioè, di chi sa anche il sapere.
Essere doppiamente lontani dalla vita
per vederla tutta, e avvicinari le due distanze.
Solo aggiungendo al credente l'erudito si fal il santo
(che non vuole esser santo!). Gli anni di Istanbul
sono senza colore, liberi di ogni brulichio,
esenti da dolce vitalità: non restano che gli atti
dell'anima e quelli della mente. Doppiamente
al di sopra del vivere, il mondo è una carta geografica
del caos, e l'ordine è un sguardo sorridente.
(gracias, Diego)
domingo, 22 de diciembre de 2013
Un sueño alemán
sábado, 21 de diciembre de 2013
En el barrio me llaman "trípode"
Burroughs en Marruecos
“¿De qué va esa mierda de la cultura árabe?”, se preguntaba William Burroughs.
Se recomienda a los visitantes de Marrakech caminar detrás de los jóvenes que se ofrecen a indicar una dirección porque de ese modo disimulan estar trabajando clandestinamente de guías turísticos, algo que la ley les prohibe. Si alguien es capaz de eludir los rigores de la ley es cualquier joven marroquí (incluidos los apenas púberes que ofrecen sexo y hachís en cada esquina), de modo que el subrayado es estúpido (destinado a turistas europeos, incapaces de entender el mundo más allá de sus estrechos sistemas de categorización). La explicación es más sencilla: al caminar delante de uno, los jóvenes obligan al desprevenido a seguirlos como perros durante las cuadras que ellos consideren necesarias para ganarse una recompensa por su falsa amabilidad (la mayoría de las veces, ni siquiera requerida).
Caminando rumbo a unos jardines recomendados por las guías, un joven de una belleza sobrecogedora (evito suspicacias: tenía más de veinte) me preguntó a dónde iba, me dijo que el parque estaba cerrado (lo que era mentira, como luego comprobamos), me dijo que era bereber, que estudiaba lenguas en la Universidad, que su padre trabajaba en el barrio judío, y comenzó a caminar sin mirar hacia atrás por un laberinto de callejas. Cada tanto agregaba un comentario idiota y se palmeaba la pierna para indicarnos que nos corriéramos del centro de la callejuela porque venía una bicicleta. Como quien le habla a su perro.
De pronto, estábamos subiendo una escalera y hablando con su “padre” (en fin, el dueño de la herboristería para quien trabaja a comisión). Un yerbero como el de Jane Bowles, pensé (e imaginé la voz de Mario Bellatin, diciéndome que no tomara nada).
El “hijo del herborista” desapareció de nuestra vista y terminé comprando aceite de árnica, para mi tobillo adolorido, y unos granos negros para no roncar, que venden a precio de oro, más caros que el azafrán, porque aparentemente duran para siempre. Pagamos, por supuesto, la décima parte de lo que nos pedían, porque acompañado por un gallego avaro es imposible que me curren. Hasam (o como se escriba), hermano, Allahu Akbar y Assalamu ‘Alaikum (“Dios es grande” y “La Paz Sea Contigo”): si te seguimos fue porque nos habías prometido dejarnos hacerte una foto y habríamos pagado por ella más que por la pacotilla medieval y pseudonaturista que compramos.
martes, 17 de diciembre de 2013
Cada cual, cada cual, atiende su juego
domingo, 15 de diciembre de 2013
Dicen que...
Por Mateo Niro para El Litoral.com
“Lecturas de siglo XX. Viaje, límite, umbral”. Laura Isola (ed.). Buenos Aires, ediciones Cabiria, 2013.
Este libro de crítica puede ser leído en dos claves: con una serie de ocho ensayos de académicos de la Universidad de Buenos Aires (incluido un texto introductorio de Daniel Link) sobre libros y autores universales y canónicos del siglo XX; o como un sólido catálogo de modos de abordar críticamente la literatura. Al leer Lecturas de siglo XX, el referente puede ser considerado América de Kafka, los cuentos de Faulkner y Flannery O’Connor, Fuga sin fin de Roth, la poesía de Paul Celan, Bajo el volcán de Lowry o Matadero Cinco de Vonnegut; o, mejor, la crítica como género capaz de producir, cada vez, nuevos significados. Esta compilación evidencia los procesos de producción textual constitutivos del género, desde la selección del corpus en el inmenso mar de obras literarias célebres y laterales, la justificación del recorte, el abordaje eminentemente discursivo, su inscripción (o el trazado) en tradiciones más o menos forjadas, y la puesta en relación con otras obras del mismo de autor y de otros autores literarios y teóricos.
Tradicionalmente, quienes se enfrentan al desafío de la reflexión crítica académica encuentran modelos textuales inscriptos en dos polos extremadamente lejanos: los clásicos estudios de prestigiosos críticos (en Argentina, por ejemplo, por citar a los más contemporáneos, Sarlo, Ludmer, Piglia y el propio Link, entre otros) que pueden hallarse en anaqueles de grandes cadenas de librerías y en las bibliotecas universitarias, por un lado; y los trabajos leves de estudiantes que se derraman en páginas de Internet y que conforman esbozos o simples aproximaciones. Basta, para la ejemplificación de esto, colocar en el buscador cualquier nombre propio de escritor y/o libro. Para ambos casos, la elaboración rigurosa de un texto crítico medido queda lejana: uno por mucho, otro por poco. Este trabajo estos ensayos- viene a salvar esa carencia. Se trata de abordajes críticos de 15 ó 20 páginas ni 200 ni 4- que recorren con suficiencia una obra. Se reconoce solvente pero, a su vez, se muestra alcanzable.
La “lección inaugural”, de Daniel Link, deja huellas de todo esto pero, de alguna manera, morigera las consideraciones. Dice que Lecturas de siglo XX se trata de “un manual de enseñanza no presencial que también puede entenderse como un manojo de cartas de amor”. Pero no es sólo eso: se trata, además, de un manual de manuales de enseñanza, de un secretario de cartas de amor.
sábado, 14 de diciembre de 2013
Pompas y circunstancias
jueves, 12 de diciembre de 2013
sábado, 7 de diciembre de 2013
Momento de peligro
jueves, 5 de diciembre de 2013
Poesía civil
¿Para qué? ¿Por qué Gramsci?
martes, 3 de diciembre de 2013
Cambiaron los vientos
Guillermo Reinwick, el yerno de Nicolás Ciccone denunció, además, que recibió amenazas del socio y amigo del vicepresidente; le otorgaron protección judicial
París no se acaba nunca
Secondary Revision *
12 December - 23 February, 2014
Opening: Wednesday 11 December, 6-9pm
Frac Île-de-France / Le Plateau
Place Hannah Arendt
Intersection of rue des Alouettes and rue Carducci
75019 Paris
www.fracidf-leplateau.com
* with works by Felix Gonzalez-Torres, Louise Lawler, and Jack Pierson.