lunes, 30 de marzo de 2015

La historia que marcha

por Mario Weinfeld para Página/12

En nuestra patria, el Juicio a las Juntas Militares ordenado por el presidente Raúl Alfonsín fue el primer mojón. Por primera vez las víctimas prestaron testimonio, en un contexto que las legitimaba. Los procesos actuales convalidan ese fenómeno, potenciándolo. La voz de las víctimas cobra un rango notable: son los principales testigos de cargo. En base a sus palabras se dictan los fallos, se construye jurisprudencia sobre terrorismo de Estado, sobre crímenes de lesa humanidad.

domingo, 29 de marzo de 2015

LO QUIERO YAAAAAAAAAA.......




(ya me depilé)

(y si no puedo tenerlo, Paro General)




¿Estás conforme?

¡358 palabras no alcanzan para definir nuestro mundo! Basta de amarrocar vocabulario, no seas pecho frío y poné tus definiciones, papafrita...








sábado, 28 de marzo de 2015

El espacio criminal


Por Daniel Link para Perfil

He aquí tres argumentos. En el primero, niños norteamericanos desaparecen de sus cunas. Una banda de delincuentes internacionales piratea los sistemas de cámaras de vigiliancia para bebés. A través de esas cámaras, ponen en subasta a los niños, que son comprados por parejas desesperadas del mundo árabe, Corea, Japón, Alemania.
En el segundo, hackers inescrupulosos que se reunen en exclusivos foros de perversos provocan accidentes en espacios públicos (montañas rusas, subterráneos) para el goce espiritual y sexual de aquellos para quienes la tragedia se filma. Cuantos más muertos y sangre, mejor.
En el tercero, un asesino interviene en los programas para dispositivos móviles (tipo Uber o Lyft 9 que sirven para llamar un vehículo de alquiler (lo que aquí conocemos como un “remís”), gran competencia de las compañías de taxis en los Estados Unidos, y mata más o menos porque sí (el furor y la locura son recursos fáciles) a los inadvertidos pasajeros.
Lo que tienen en común estos tres argumentos de CSI: Cyber, el nuevo spin off de la franquicia CSI (que modificó la forma en que las masas entienden el crimen y su resolución), es presentar el universo de las cibercomunicaciones como completamente hostil y demencial, para justificar las intervenciones de los servicios de inteligencia en ese espacio.
La serie tiene uno de los peores casting imaginables, está mal contada (con una sintaxis espasmódica derivada de lo que se supone son los flujos de información en la red) y sus argumentos presuponen la sospecha de que sentarse ante un teclado equivale a compartir un espacio virtual con criminales y locos de cualquier especie, y convertirse, por lo tanto, en víctima inminente de asesinato, violación, secuestro extorsivo, tráfico humano, venganza, etc.
De Julián Assange y WikiLeaks, ni hablar. El hacker, ese héroe de los años ochenta, es ahora una figura que sólo puede rehabilitarse trabajando para los servicios y fuerzas de seguridad, que combinan la más salvaje psicología conductista con una penosa imaginación tecnológica.
Una enseñanza de la serie: encriptar la propia dirección electrónica (IP) detrás de una máscara (tipo TOR o TunnelBear) es ya inevitable, antes de que las fuerzas de seguridad vengan a golpear a nuestra puerta con la delicadeza que las caracteriza (y que Assange conoce bien). Una esperanza: que quienes creen en la verdad de tales argumentos abandonen la red, descongestionándola.


Durmiendo con el enemigo


No basta con ser gay

por Daniel Link para Soy

La derecha es sutil y nunca ataca por dónde se la espera sino por el lugar menos pensado, que es el mismísimo costado (el costado de la Pasión). En cuanto nos distrajimos un poco, dos noticias llegaron desde Brasil y desde Italia para helarnos la espalda.

La “Carimbada”. Desde el mes pasado, la red O Globo denuncia en Brasil en todos sus medios (televisión, gráfica, etc.) la existencia de clubs de seropositivos que se reunen (personal o virtualmente) para pasarse datos sobre cómo contagiar (marcar, sellar, carimbar) a seronegativos, deliberadamente y sin su consentimiento. No es la primera vez que se escuchan argumentos semejantes, pero resultan cada vez más disparatados y alarmantes porque ya no sorprende tanto la ignorancia sino la mala fe de quienes los esgrimen. A eso se suma el hecho de que muchos de ellos participen de la “comunidad gay”: los primeros en condenar a los carimbeiros fueron los organizadores de fiestas sexuales en Río de Janeiro.
Lo sabe todo el mundo, cualquier persona que se entrega a determinadas prácticas sexuales (orgías, sexo sin protección y sin lubricante) sabe a qué se expone y, si no lo sabe, es cosa suya. La ignorancia de uno no podría nunca ser el delito de otro, aunque en Brasil se esté invocando el artículo del código penal (132) que penaliza la transmisión de enfermedades sexualmente transmisibles para censurar las conductas que más hieren la sensibilidad heterosexista y monógama que patrocinan las iglesias protestantes y que han hecho nido incluso dentro del alucinado mundillo de las locas. Repito una frase que ya publiqué el 31 de enero de 2014 en este suplmento: “Comenzamos ahora criminalizando al portador de HIV y bien pronto los niños que tienen liendres serán confinados en salas especiales”.

La moda eterna En el otro extremo del arco, la alta burguesía italiana se expresó a través de Domenico Dolce y Stefano Gabbana, para censurar toda forma de organización familiar que contradiga la heteronormativa, biparental y biológica. En eméticas declaraciones en la última edición de la revista Panorama, los sastrecillos valientes no sólo se declararon intolerantes hacia toda forma de experimentación comunitaria (después de todo, la familia burguesa es una invención bien reciente), sino que mostaron (ay, cómo no) la hilacha, mezclándolo todo.
Dolce apunta a un aspecto del problema: “ no me convencen los que yo llamo hijos de la química, niños sintéticos. Úteros en alquiler, semen elegido de un catálogo”. Sea: es un problema que nada tiene que ver con las familias homosexuales (o como se las quiera llamar) sino con la posibilidad o no de reproducción biológica, que afecta a las personas con independencia de su inclinación sexual. Luego agregan: «Hoy ni siquiera los psiquiatras están listos para afrontar los efectos de estas experimentaciones». Pues bien, si se trata de experimentaciones, no es cuestión de detenerlas sencillamente porque el saber psiquiátrico (esa invocación más amedrentadora todavía que la de Torquemada y la del Infierno) no haya llegado a ponerse a la altura de las circunstancias: apúrense, che, que hay niños sueltos.
Más específicamente: «Nosotros, pareja gay, decimos no a las adopciones gay», declaró Gabbana. ¿Qué tendría de específico una adopción de ese tipo? Como sostiene Dolce: «Soy gay, no puedo tener un hijo». Es la primera noticia que tenemos de que una determinada inclinación sexual vuelve estériles a las personas y las condene a no poder legar el producto de su trabajo. Estupidísimo.
Creo que no se puede tener todo en la vida”, concluyó Domenico: una verdad en términos de imposibilidad históricas, nunca en términos de anhelos o deseos. Se debe anhelar tenerlo todo en la vida. Después ya va a ser tarde.
Desde el otro lado del charco, allí donde se cocina el exterminio que vendrá, seis norteamericanos criados en el seno de parejas homosexuales apoyaron a los modistos, les agradecieron su “valentía” y les imploraron que no se rindieran en su lucha.
¿Qué lucha? La lucha contra Madonna, Elton John, Ricky Martin, Martina Navratilova, Victoria Beckham y Courtney Love, quienes llamaron a boicotear la marca Dolce & Gabanna. La escaramuza terminó en una entrevista concedida a la CNN:We love gay adoption. We love everything”.
Acá todo es más fácil: te mandamos a la divina mendocina hija del candidato a gobernador, y ahí te quiero ver.


jueves, 26 de marzo de 2015

¡A quién le importa!

Barcelona. (Redacción de La Vanguardia)

Las cosas se pueden hacer bien o mal y HBO ha optado por el primer camino. Las audiencias de Looking no son suficientes para justificar la producción de una tercera temporada pero no quieren dejar a sus abonados a medias. Por eso han pedido a su creador, Michael Lannan, que escriba un último episodio especial para poder cerrar las tramas y despedir a los personajes.

lunes, 23 de marzo de 2015

¿Lo qué?

Después de una intolerable cuarta temporada, que no vieron ni los programadores de Fox, se anuncia una quinta temporada de American Horror Story. ¿Repuntará?




domingo, 22 de marzo de 2015

Ya empezaron a quemar las pruebas...

Incendio en la Rosada: se quemaron los registros de ingresos y egresos

El fuego, que se habría generado por un cortocircuito, provocó que se perdiera el historial de visitas a la Casa de Gobierno.

Marcelo Torcuato de Alvear

por Daniel Link para Perfil

Iba a escribir sobre hoteles, renta inmobiliaria, o sobre las mujeres que pelean por el papel de narrador omnisciente a propósito de la muerte del fiscal, pero me desperté de una siesta y no pude reconocer el mundo. Los radicales habían resucitado, hablaban en la tele, y se peleaban como peronistas. Nito Artaza estaba hecho un basilisco. Lo nacional y popular y la derecha liberal se confundían en remolinos de hiedra negra, mientras el Sr. Florencio Randazzo se me superponía con el Sr. Facundo Suárez Lastra.
¿Qué había pasado? Se había roto el equilibrio que alguna vez llamé macrokirchnerismo, en alusión a las dos fuerzas de derecha que polarizaron los escenarios electorales de la última década.
Si la semana pasada el Sr. Macri se decía adherente al ideario peronista, ¿cómo se explica esta alianza con las huestes de Yrigoyen y Alfonsín (hacía años que no se mencionaba tanto al único estadista de fuste que alguna vez tuvimos)?
No es que importen mucho los desenvolvimientos de la política burguesa, que cada día se tornan más oscuros: ¿o acaso Syriza no se volvió saraza en menos de lo que canta un gallo, acaso Varufakis no está ya hundido en la ignominia de las promesas incumplidas? Si los griegos, que inventaron la verdad, se tienen que tragar ese sapo, ¿qué escuerzo venenoso no habríamos de tener que tragarnos nosotros?
Me interesan, sin embargo, los acertijos y los rompecabezas. Después de mucho pensar, llegué a una solución. Lo que se viene es Radicalismo Paquete: Marcelo Torcuato de Alvear.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Chiste de gallegos

En Madriz, se les ocurrió que nada debía distraer a la concurrencia de los bolsos que se presentaban:


from Alicia Framis on Vimeo.

martes, 17 de marzo de 2015

Ay, qué nervios...

Rusconi: "Lagomarsino va a develar un dato que puede lesionar la imagen de Nisman"

El abogado se excusó diciendo “nosotros tenemos al tranquilidad de que no instalamos ese morbo sobre la vida privada de Nisman”. 

domingo, 15 de marzo de 2015

¡Nuevas etiquetas, nuevas etiquetas!

Humberto Primo y Santiago del Estero: corte de calle por falta de suministro eléctrico desde ayer.






Rusia, camino del pueblo argentino

por Beatriz Sarlo para Perfil

(...)

La viveza criolla produjo millonarios de la noche a la mañana, como en el caso de Lázaro, nuestro conmovedor self-made man. Por eso, no deberían ningunearnos en la revista de libros de The New York Times. Menos mal que podemos ver el canal digital "Rusia Hoy", que la Presidenta celebró como ruptura del monopolio de las noticias. El canal ruso en cualquier momento hace una miniserie sobre el tema para competir con la telenovela turca. Tengo el título: Game of Thieves.

sábado, 14 de marzo de 2015

Dicen que...

Un invento muy manija  

Por Rafael Spregelburd para Perfil

Me entero por Daniel Link de la audacia de la Universidad de Tres de Febrero: lanzar en línea, así como otras universidades tecnológicas lanzan cohetes, un Diccionario Latinoamericano de Uso del Español. Búsquenlo así. ¿Por qué no? Los traductores nos fiamos de diccionarios de otras lenguas amparados bajo los nombres de Oxford o de Cambridge.
Pronto descubro atroces intenciones: será un diccionario de “uso” del castellano y no “de” castellano. Se trata –juzgo– de una guía para usarlo de maneras non sanctas, al menos no tan santas como para estar en otros diccionarios. No imaginen una simple recolección de argots de latinoamericanismos porque tampoco es exactamente eso. Las definiciones exponen algún descubrimiento, en vez de sólo definir alguna palabra. Así, “conchorto” significa: “Zona del cuerpo femenino compuesto por idénticas cantidades de vulva y ano. Suele ser un plano muy utilizado en las fotografías playeras que las revistas publican durante el verano, mostrando (al mismo tiempo) las dos vías del pecado cubiertas por una minúscula bikini”. Ejemplo: “Silvina Luna es conchorto de tapa”.
Las capacidades de semejante diccionario libre y popular son desorbitadas y ameritan mis ganas, respetos y temores. Hoy colaboré con una o dos palabras, pero íntimamente pensé que lo que deberíamos hacer los usuarios es inventar, inventar todo el castellano para siempre e imponérselo a tantos vecinos como hallemos.
Para ingresar palabras nuevas “no se aceptarán definiciones injuriantes o que violenten la sensibilidad de grupos étnicos, géneros, clases sociales o adhesiones políticas (se puede definir la palabra “bolita” o usarla en un ejemplo, pero no se puede usar la palabra “bolita” en una definición)”. Caramba, entonces toda palabra nueva es injuriante, ya que rasga por vez primera la corteza de otra palabra aceptada que ya no sirve más para rasparla, expandirla o anularla.
Sí; este diccionario preanuncia guerra. Y la habrá.


La Historia, de nuevo amenazada


Por Daniel Link para Perfil

¿Qué sería peor, la Mezquita de Córdoba o Santa Sofía en Estambul (en proceso de restauración)? Las arcadas que siempre me provocaron los saqueos indiscriminados que los Estados imperiales realizaron en el siglo XIX y en el siglo XX en los sitios arqueológicos que consideraron amenazados, chocan hoy con la indignación profunda que siento ante cada nueva noticia de una ciudad antigua destrozada en nombre de una depuración religiosa y cultural.
Se trata, en ambos casos, de prácticas aberrantes porque en los dos casos de lo que se trata es de distorsionar la historia, que es inevitable porque ya ha sucedido y que por eso mismo nos constituye y nos advierte sobre nuestra propia caducidad.
Desgajado un friso del Partenón del lugar al que legítimamente pertenecía (en nombre del “Patrimonio de la Humanidad”) dice tan poco sobre la comunidad de la que brinda testimonio como el humo ciego que surge de las ruinas que los grupos integristas dejan a su paso. No hay universales para salir a defender en esta coyuntura, sino singularidades que existieron y que son el índice de una posibilidad de vida que, aunque hoy totalmente perdida para nosotros, nos salva de la uniformidad y el falso pluralismo propugnados por el Estado Universal Homogéneo.
No es Dios lo que está en juego, ni su infinita sabiduría, ni la piedad que deberíamos sentir cada vez que el llamado nos convoca a la oración. Después de todo, Dios contempló la multiplicidad de lo viviente y en Babel nos hizo el histórico regalo de la separación de las lenguas para evitarnos toda tentación concentracionaria.
Lo que está en juego es la Historia en su totalidad, lo mismo hoy que durante las grandes purgas de Stalin, los procesos de depuración de la Revolución China y todas las fantasías de aniquilación de la diversidad de lo viviente de las que nadie debería jactarse: la reducción a un Único es siempre suicida, porque una vez comenzado el proceso de depuración no hay lógica que impida detenerlo. Siempre habrá algo que se escape del ideal y, en definitiva, en el centro de cada una de las capas de cebolla que se van elimininado hay nada: la nada es lo que queda después de haberlo depurado todo.
Ni siquiera se trata de salvar las culturas que esas ruinas arrasadas por el odio actual habrían representado alguna vez, la mayoría de las cuales están hoy totalmente muertas, sino lisa y llanamente la delicadeza de las imágenes, en los lugares en los que cumplieron alguna función, alguna vez. Que sobrevivan imágenes nos permite pensar en los singulares ciclos de existencia de las culturas, por más inertes que éstas sean.
Los edificios que levantaron los asirios en Nínive, los libros guardados en la biblioteca de Mosul no pueden representar ningún riesgo para ningún proyecto político, pero su pérdida es tan irreparable como la de un joven o una muchacha asesinados en nombre de la pureza ideológica: lo que se escapa entre los dedos, en esos gestos de desprecio hacia lo otro, es la propia capacidad de imaginar, de relacionarse con imágenes ajenas, de situarse en el lugar del otro.
Y para peor, la posición extremista de los destructores de lo que estuvo antes que el Islam (grupos minoritarios, pero con poder de fuego) alimenta las peores pesadillas coloniales: ¿quién podría oponerse seriamente al levantamiento de nuevos museos, bibliotecas y parques temáticos en Europa y sus países satélites para albergar todo aquello que hoy parece en riesgo?
¿A esa forma de “civilización” se pretende arrastrarnos? Si ya sabemos que, arrancados del propio paisaje, esas piedras, esos papiros y esos artefactos no son sino la pálida protesta de una experiencia aniquilada, de una experiencia de la aniquilación.
Al destruir lo que ya no tiene ningún impacto cultural o al desplazarlo a un lugar seguro como mero objeto decorativo, lo que se dice es el terror a la propia caducidad, a ser uno mismo una hebra de carne que no va a durar para siempre.
La única eternidad que Dios nos garantiza es la de participar de los misterios de su Nombre (éste, aquél o ninguno). Todos los artefactos secuestrados por los Estados Imperiales guardan la huella de esas interrogaciones.Todos los poetas, músicos y pintores cuyas voces son hoy dinamitadas lo supieron. 

viernes, 13 de marzo de 2015

¿Sabía Ud. que....?





Si no está de acuerdo, ¡bájele el pulgar a la definición y proponga una propia! Visite el Diccionario Latinoamericano de la Lengua Española (DILE)




jueves, 12 de marzo de 2015

La canonización definitiva de un escritor argentino

por Maximiliano Tomas para La Nación

(...) El momento Aira parece haber llegado. El domingo pasado la cantante y poeta Patti Smith, figura central de la contracultura estadounidense de los años 70 (que publica sus libros en el sello neoyorquino New Directions), se vistió de crítica literaria para escribir la reseña de un libro de uno de sus autores favoritos: César Aira. No lo hizo en su blog personal, donde ya había advertido de su devoción por el argentino (al que llegó a través de una lectura apasionada de las novelas del chileno Roberto Bolaño, quien mencionara a Aira como uno de sus referentes), sino en un espacio un poco más relevante: las páginas de The New York Times. El texto de Smith sobre El cerebro musical y otros relatos, que aquí se editó como Relatos completos, no pasará a la historia como una de las lecturas más profundas de la obra de Aira (en nuestro país hubo y seguirá habiendo ensayos, incluso libros enteros, que dedicaron sus esfuerzos a poner en contexto el universo airano y calibrar su importancia), pero se trata de un paso decisivo para el encumbramiento del autor argentino en el mercado editorial más importante del mundo.
Se trata de un paso decisivo para el encumbramiento del autor argentino en el mercado editorial más importante del mundo
Smith habla de la "mente improvisadora" del autor de Ema, la cautiva (entre otros ochenta títulos, que se multiplican cada año) y de su "ojo cubista que ve las cosas desde muchos ángulos al mismo tiempo". Cuenta que cuando se enteró de su presencia, durante una conferencia en Dinamarca, corrió a su encuentro, y que una vez frente al novelista solo pudo decirle "sos alucinante" (solo podemos imaginar el extrañamiento de Aira frente a tal muestra de efusión). Y termina su texto con una frase que ya tiene destino de blurb de contratapa: "¡Ave César! Sólo puedo maravillarme por la cantidad de hilos que logra dominar para tejer sus propias historias, que van de la fábula política a las bromas enriquecidas con pensamiento filosófico".

(...)
 

La pista de la calcinada

Caso Nisman | Arroyo Salgado negó la teoría de Asís que hablaba de un segundo cuerpo

El periodista había afirmado por Twitter que en Le Parc había dos cuerpos y no uno. Qué contestó Arroyo Salgado.


sábado, 7 de marzo de 2015

La comunidad de los ausentes


Por Daniel Link para Perfil


Cuando el 27 de febrero pasado me declaré en duelo muchos amigos escribieron preocupados. Enterados de las razones, les pareció que no era para tanto. “Me asusté”, “Pensé que era algo personal”, dijeron.
La muerte de Julio Strassera, el Fiscal del Juicio a las Juntas para quien, en aquel momento de verdadera significación histórica, "A partir de este juicio y de la condena que propugno, nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido sino en la memoria; no en la violencia sino en la justicia. Ésta es nuestra oportunidad: quizá sea la última", se llevó parte de mí.
Yo tenía por entonces 26 años y, desde ese momento brillante que viví sólo gracias a la imaginación política de Raúl Alfonsín (el perdidoso candidato peronista, Ítalo Luder, había organizado, durante su interinato como presidente en reemplazo de la Sra. de Perón, el Consejo de Seguridad Interior, uno de cuyos mandatos era la “aniquilación” del accionar subversivo) pasaron otros tantos. Siento que con la muerte de Strassera se va parte de mi vida, mi juventud, ese otro que yo era, los sueños y las esperanzas que tenía. Los condenados por la investigación llevada a cabo por Strassera y su equipo en 1985 fueron indultados en 1990 por el peronismo gobernante y en 2004 el presidente Kirchner, en su discurso ante la ex-ESMA, ignoró el Juicio a las Juntas.
Sumo a esa muerte otra que muchos juzgarán más banal, pero que también me arrastra un poco hacia la nada: el mismo día que Strassera murió Leonard Nimoy: el Sr. Spock, que alimentó mis fantasías infantiles de niño ensimismado y orejudo y que me mostró el camino hacia formas de organización de lo viviente para mí desconocidas.
En un mismo día vastas partes de mi infancia y de mi juventud se volvieron humo negro y quedé abandonado por esos que espero que vuelvan en mis sueños para salvarme del horror intolerable del presente, mezcla de vulgaridad y oportunismo.

jueves, 5 de marzo de 2015

Murió Julio Strassera | La democracia está triste

por Mónica Pinto para Perfil

Así, en la acusación que él y Luis Moreno Ocampo formularon, pudo subrayar que “razones técnicas y fácticas tales como la ausencia de un tipo penal específico en nuestro derecho interno que describa acabadamente esta forma de delincuencia que hoy se enjuicia aquí y la imposibilidad de considerar uno por uno los miles de casos individuales, me han determinado a exhibir, a lo largo de diecisiete dramáticas semanas de audiencia, tan sólo 709 casos que no agotan, por cierto, el escalofriante número de víctimas que ocasionó, lo que podríamos calificar como el mayor genocidio que registra la joven historia de nuestro país. Pero no estoy solo en esta empresa. Me acompañan en el reclamo más de nueve mil desaparecidos que han dejado, a través de las voces de aquellos que tuvieron la suerte de volver de las sombras, su mudo pero no por ello menos elocuente testimonio acusador. Empero, ellos serán mucho más generosos que sus verdugos, pues no exigirán tan sólo el castigo de los delitos cometidos en su perjuicio. Abogarán, en cambio, para que ese ineludible acto de justicia sirva también para condenar el uso de la violencia como instrumento político, venga ella de donde viniere; para desterrar la idea de que existen `muertes buenas´ y `muertes malas´, según sea bueno o malo el que las cause o el que las sufra”.

Tenía razón Cristina

Arroyo Salgado: "El suicidio y el accidente quedan descartados"

"Fue víctima de un homicidio", aseguró la jueza federal de San Isidro y ex esposa de Alberto Nisman; además resaltó que "el cuerpo fue movido" luego de la muerte del fiscal y que "no hubo espasmo cadavérico"; también descartó que haya estado alcoholizado.


Porro envenenado

El profesor envenenado: "Estoy pensando en dejar la docencia, porque es como hablar en el desierto".

La muerte sencilla

Hombre modesto, fiscal implacable

por Ricardo Gil Lavedra para La Nación

"Nosotros tuvimos una vida sencilla, debemos tener también una muerte sencilla." Ésa fue la respuesta que nos dio Marisa, la mujer de Julio Strassera, cuando unos amigos le preguntamos por qué había rehusado el ofrecimiento que hizo el gobierno de la ciudad para que el velatorio del fiscal se hiciera en la Legislatura porteña. 


Muerte de un republicano

por Beatriz Sarlo para Perfil

Poco después del Juicio a las Juntas, una noche, Strassera entró en un restaurante  de la calle Talcahuano (un restaurante que ya no existe). La gente que estaba allí lo aplaudió. El fiscal saludó apenas, y encendió un cigarrillo, ya sentado a su mesa. Era la primera vez que yo asistía a algo así: que un fiscal fuera recibido como una celebridad. La época está muy lejos. Hace un mes, la muerte de un fiscal movilizó a decenas de miles. Las noticias judiciales van a la primera plana; los jueces se afanan por hacer conocer los avatares de sus decisiones al periodismo bajo la forma del off o el on the record; los fiscales, por la fuerza o la debilidad de sus denuncias, han pasado a ser figuras públicas. Pero en 1985 la justicia no estaba bajo los reflectores como hoy.
El fiscal ya había pronunciado su alegato. Ya había dicho: “Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: Nunca más”.  Son palabras que podríamos recitar de memoria, pero que Strassera pronunció por primera vez. El Juicio a las Juntas militares había terminado con condenas y ese acto de justicia nos ofrecía una razón valedera, por lo menos una, para sentir orgullo patriótico.