viernes, 3 de febrero de 2006

Replay


Una habitación completamente blanca, sin mueble alguno. Es de noche, pero el resplandor del cielo entra a través de una ventana, a la derecha, delante de la cual una cortina de gasa blanca apenas se mueve cada tanto. Sobre un colchón, en el suelo, dos cuerpos indiscernibles. Miran, proyectada contra la pared del fondo, India Song de Marguerite Duras. La fuente de la imagen es una laptop conectada a un retroproyector, a un costado del lecho improvisado.

Cada tanto, las dos personas murmuran. Es imposible darse cuenta de qué sexo son, tan bajo y tan inexpresivamente susurran. Pero las dos voces tienen acentos diferentes. Si estuvieran hablando en español (lo que sería probable, pero no necesario) una de las personas tendría acento rioplatense (¿Buenos Aires? ¿Montevideo?) y la otra, cordobés.

Voz 7:

--No la soporto.

Voz 9:

--¿Qué cosa?

Voz 7:

--La idea de la India.

Pausa

Voz 9:

--Vine a la India a causa de India Song.

Voz 7:

--Hay que encontrar una manera de ver las cosas.

Pausa

Voz 9:

--Qué calor hace.

Voz 7:

--Insufrible, terrible. Ni siquiera tengo ganas de tocarte...

Voz 9:

--Mientras no me toques, mi carne permanecerá intacta.

Voz 7:

--¿Se sufre?

Voz 9:

--No, no se sufre. Es como una lepra del corazón.

Voz 7:

--¿Ella sabe que él la ama hasta la desesperación?

Voz 9:

--Ella lo sabe todo, hasta el final.

Pausa

Voz 7:

--Le falta color, a la película.

Voz 9:

--Mañana se lo podemos agregar. ¿Qué le pondrías?

Voz 7:

--Verdes, millones de tonos de verde. Al crepúsculo del comienzo le falta fuego? Naranjas, rojos. Y querría que el espejo tuviera verdadera profundidad.

Voz 9:

--¿Y la cámara?

Voz 9:

--La borramos con el photoshop.

Pausa

Voz 7:

--¿Qué es lo que más te gusta?

Voz 9:

--La embajadora, el agregado, el vicecónsul. La danza macabra de los funcionarios coloniales.

Voz 7:

--¿Cuál es mi mal?

Voz 9:

--La inteligencia

Voz 7:

--¿Y la belleza?

Voz 9:

--Tu maldición. La corrupción de la carne.

Pausa

Voz 9:

--El aire está tan quieto y denso.

Voz 7:

--El aire huele a barro, a lepra, y a fuego.

Voz 9:

--¿Por qué todos la aman?

Voz 7:

--Porque ella es cruel y dicen que ha vuelto de la muerte.

Pausa

Voz 9:

--¿Y a vos, qué es lo que más te gusta?

Voz 7:

--Los mapas de los ríos, al final. La idea de fracaso, al comienzo. Y las voces que hablan entre ellas y no saben que son escuchadas.

"Replay", texto para la muestra de Alejandro Cesarco Marguerite Duras' India Song en la galería Art in general (New York: 14 de enero al 18 de marzo de 2006)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo ?India Song? en la Sala Lugones, del San Martín. De a ratos me adormecen esos pasos lentos, arrastrados. Hay algo peor que las películas rusas, y son las francesas. De golpe, la seguridad de que en unos años voy a estar muy lejos, en otro país, y que no voy a tener este aire, este olor a murciélagos, tan fuerte, pero que no me termina de desagradar. Y la mujer es hermosa. Casi no puedo leer lo que escribo, pero tengo que registrar esta presión de lo irrecuperable, en este momento, de lo fugaz de ese pelo rojo en la pantalla, de la humedad de la sala. Y viene de la película, este traslado a otro tiempo, en otro país, cuando ni siquiera el olor de los murciélagos venga a salvarme, cuando recuerde con pena hasta estas ansias de que todo termine para ir a la Güerrin y pedir una porción de muzzarella y otra de verdura. Esa mujer está lejos de casa, en Calcuta, pero en la embajada francesa. Creo que eso lo hace más triste todavía. Seguro que puede recordar de Francia algo como este olor a murciélagos y la sala oscura, algo que ahora, para mí, es tan propio y tan dado, uno pensaría que tiene derecho a tanta felicidad. Yo en unos años voy a estar como ella está ahora en Calcuta, sólo voy a poder escribir para refugiarme.
Vero

staffo dijo...

El agua dejó de correr antes de llegar al cámping. Hace falta un piano cerca del lago. Necesito a Frank Sinatra. Una libreta para escribir una esquelita sobre la diferencia entre estar solo y estar libre. El amigo me la dejó picando. Dije que si con la cabeza, pero no termino de encontrarme de un lado o del otro. Uno es las dos cosas. Uno es un texto que se asocia con otro. A veces aparezco como una nota al pie, otras, como el epígrafe de una foto en movimiento. A orillas del mismo lago en el que necesito, esté sonando As time goes by mientras el agua golpea las piedras.