Al final del traspié de discurso, la poeta se lamenta con melancolía: "algún día a lo mejor consiga recordar un refrán tal cual es". Antes, porque un amigo en común evaluaba la posibilidad de cambiar su pasaje de regreso a Europa por tercera vez, Andi Nachon había intentado convencerlo mediante el expediente de remitirlo a un fragmento de sabiduría popular que los demás comensales corregimos a coro:
Aleluyas matritenses: pasado, humor y grotesco
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Hace un tiempo largo, me encontré en una casa ajena con este libraco
titulado *Aleluyas matritenses*, publicado en 1994 por el Museo Municipal
de Madrid....
Hace 6 horas.

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