miércoles, 30 de enero de 2008

¡Síganme los buenos!

En www.lavaca.org esta semana podrá encontrar:
Meridian Gold vs los vecinos de Esquel
Ganaron los buenos
La justicia rechazó la demanda que la minera canadiense presentó contra los integrantes de la asamblea de vecinos y periodistas. La Cámara Nacional de Apelaciones lo confirmó y uno de sus jueces fundamentó su fallo asegurando que "hacer conocer la estrategia de la empresa para torcer la resistencia de los vecinos de Esquel a que, según ellos y con sobrados motivos, no se contamine el medio ambiente", jamás puede ingresar en el ámbito de la protección de secretos corporativos. Reproducimos también los audios y toda la investigación que los vecinos y periodistas de Esquel y lavaca realizamos sobre este fallido intento de criminalización de la defensa de los derechos ambientales.

Dicen que...

Daniel Link, para poner en función un yo operativo se define como escritor y catedrático y suele hacerse el zonzo respecto de su responsabilidad en el supuesto giro autobiográfico –en todos sus textos hay en un efecto “me pasó”, aunque con múltiples y capciosos sentidos–.

María Moreno para
Radar.

Se acabó lo que se daba

Se acabaron los lentos atardeceres, las tardes de pileta, las discusiones climáticas, los Passarellos caídos del nido, las Cachorrinhas sin hogar, los riegos a desgano, los mojitos y la mousse de mango. De vuelta en la ciudad desangelada, a los motores que rugen (y no es el camión de la basura) y la melancolía de las gatas sin sus horas de cacería.

martes, 29 de enero de 2008

El petiso orejudo

Si esto no da asco, yo no sé qué lo daría. Morite, forro descerebrado.

¡Agarrame porque lo mato!

Queridos corresponsales: gracias a todos (en particular a la señorita Pola) por los sabios consejos recibidos (aquí y en la página de Perfil) y que, recién vuelto a la Ville, me propongo investigar en profundidad. A Fogwill, en cambio, sólo puedo decirle: dejando de lado la cuestión del culo roto, esto sí que es una mariconada:

Los Angeles – (SentidoG.com)



El certamen Mr Gay Internacional eligió este domingo a su nuevo representante mundial. Se trata del argentino Carlos Melia, de 35 años, que fue galardonado con el titulo por un año.

lunes, 28 de enero de 2008

Freno de mano

La situación de Gabriel Alvarez y de Ariel Cohelo, en Punta del Este
"Ni el Papa me hace cambiar de decisión", dijo el juez uruguayo
Los argentinos, acusados de homicidio, están en un penal saturado de presos

domingo, 27 de enero de 2008

Dicen que...

¡No seamos maricones!

poe Fogwill para Perfil

Creo que si se mide la calidad de una columna de prensa por las respuestas que origina –poco importa si a favor, en contra–, la mejor de estas páginas de PERFIL lleva la firma de Daniel Link y se publicó la semana pasada con el sugestivo título de “El mal absoluto”.

sábado, 26 de enero de 2008

La guerra de los pobres

(Homenaje a Beatriz Sarlo)

por Daniel Link para Perfil

El lunes pasado, el pastor protestante que tiene una iglesia en la otra cuadra volvió de sus vacaciones. Nos dimos cuenta por la celebración que nos llegaba de a ráfagas sonoras durante la puesta del sol. Entre una y otra de las canciones pop que entonaban los fieles, mencionó Córdoba, así que supusimos que allí había estado. Uno de los estribillos más pegadizos que escuchamos decía: “Hay alguien que te quiere/ hay alguien que te ama/ hay alguien que te escucha/ y Jesús se llama”.
Más temprano, ese mismo día, me había encontrado con Nora, la hija del pastor, que estaba cuidando la casa de su padre, volviendo a la suya, cargando una bolsa con sus pertenencias y a uno de los cachorros de la perra de la casa donde estoy pasando este verano, que ella quiso adoptar como guardián. Me ofrecí a llevarla, porque volvía con el auto de hacer compras, y me pareció justo hacerlo aunque vive a cinco cuadras de la iglesia y de mi casa de verano.
Le pregunté qué nombre le había puesto al perro (schnauzer por lado de la madre, hombre lobo por lado del padre) y me dijo “Negrito”. “¡Qué imaginación!”, le contesté, porque el perro es negro como un carbón. Me contó que mientras cuidaba la casa de su padre, habían entrado ladrones en la suya. Le habían llevado la bomba de agua y el cable de alargue que usa para cortar el pasto. Me indigné profundamente, sobre todo porque a la mañana temprano nuestro jardinero me había contado que le habían robado la moto con la que viajaba como un meteoro de quinta en quinta. “¿De dónde te la robaron?”, le pregunté, temiendo que hubiera sido en alguna de las casas que atiende en mi cuadra, porque me habría sentido culpable. “De mi casa”, me contestó.
En un caso y en otro se trata de pobres robando a pobres, que fue lo que motivó mi escándalo. A los dos les dije que no entendía esa práctica vil: “¿Por qué no se van a robarle a los ricos?”, mentí. Por supuesto, los ladrones saben que si aspiraran a mejores botines deberían enfrentarse con las fuerzas del orden: policía provincial, seguridad de los barrios cerrados que infestan la zona, profesionales famosos en el mundo entero por la facilidad con la que matan a quienes atentan contra la propiedad privada.
Lo que más me asombró fue la actitud de resignada aceptación de los hechos, como si para ellos, que nada tienen, fuera fatal que les robaran sus poquísimos tesoros. No sé cómo hará Dante ahora para trasladarse de un lugar a otro y cumplir con todos sus clientes, ni sé cómo hará Nora para sacar agua del pozo para cocinar y para bañarse.
Dante vino de Santiago del Estero en busca de mejores perspectivas de vida. Nora y su familia son de Tucumán y ninguno me resulta particularmente simpático, pero no es eso lo que importa. Si ambos siguen acá es porque, todavía, están mejor que allá. Entiendo que la “seguridad”, en estos andurriales, tiene un sentido diferente al que tiene en boca de los habitantes de zonas más privilegiadas a quienes les roban el auto asegurado. Aquí seguridad quiere decir: condiciones mínimas de existencia, que no están garantizadas para nadie: ni para los rateros que se llevan motonetas, bombas de agua, cables viejos, ni para las víctimas pobres de esos robos lamentables. Convendría clamar, aquí también, por seguridad: esperamos que a alguien se le ocurra traer agua corriente, gas, transporte público, dispensarios y escuelas al campo nuestro: a media hora de congreso, a diez minutos de Moreno. Canturreamos: ¿Hay alguien que te quiere, hay alguien que te escucha?

jueves, 24 de enero de 2008

Mientras riego....

... pienso que La Niña me tiene harto.

Correspondencia: cuando éramos culócratas

Daniel: actualizaron el blog de la revista La Posición. letras, cultura y política en que está tu breve respuesta a la Encuesta al ensayo crítico, tus viejos Culos argentinos y, por especial pedido mío (es una debilidad que tengo: yo creo que es una de las mejores cosas que has escrito) el poema Bahía Blanca. Si podés dale algo de difusión.
Un abrazo
Maxi

miércoles, 23 de enero de 2008

Otra denuncia estremecedora

En Catamarca
Robaron el corazón de Mamerto Esquiú
El hecho ocurrió por segunda vez

martes, 22 de enero de 2008

Finales

1) Cachorinha fue pedida por quien se había llevado a su hermano, Negrito. Ahora, ambos cuidarán la misma casa.
2) Passarello cesó de clamar por alimento: o encontró su nido o su cielo.
Gracias a todos por su preocupación.

lunes, 21 de enero de 2008

Una novela china

Así se llama la novela de Aira con sistema pedagógico inverso. Se empieza por la abstracción, tan adecuada a los niños, y se culmina con las bellas artes. Yo ando por la mitad de mi carrera y por eso, a veces se me escapa un "hechar" en vez de "echar" (aunque no sea una de mis debilidades). Pasarello ocupó todo nuestro día, interfiriendo en las tareas planeadas.
Desde el mediodía, delegué en S. la tarea de alimentarlo. También lo salvó de sucesivos ataques por parte de Mía (felina) y Cala (cánida), ambas con domicilio permanente en este zoológico. La campaña de salvataje tuvo buenos resultados hasta ahora. Passarello insistió en escapar de su caja-refugio (ambas veces fue descubierto por curiosos predadores) pero sus gritos alertaron a la comunidad avícola del lugar, se ve, porque cuando se escapó por tercera vez vimos que había una langosta diseccionada al lado de la caja donde pretendíamos protegerlo, seguramente manjar suculento que alguna pájara le trajo.
Ahora que ya cayó la noche, nos reconforta pensar que sobrevivió un día gracias a nuestros esfuerzos. Dormirá en el ciruelo de al lado y si es astuto (pero no lo parece), se las arreglará para desperpertar la misericordia de las pájaras de la vecindad. Que lo alimenten ellas, hasta que aprenda a hacerlo solo. Nosotros hicimos lo que pudimos. Ahora hay que ver cómo nos sacamos de encima a Cachorinha. ¿Nadie la quiere?

Salvemos a Passarello

Era más una tarea para una poeta del tipo Bárbara Belloc, que cuando no está vacacionando en una reserva de orangutanes, está protegiendo de la tormenta a sus palomas torcazas, pero la diva se empeñó en que salváramos al pichón de canario o algo así que, por incompetente, se había caído del nido. ¡Salvarlo! Más bien pensaba yo en entregárselo a nuestras gatas como regalo atrasado de reyes, para que se entretuvieran con él. Pero no: pusimos a Passarello en una caja a resguardo de perros, gatas y otros predadores domésticos o no. "Pero esta noche te lo llevás vos", le dije a Gaby. Ella pareció aceptar estoica la encomienda pero después argumentó que mejor era dejarlo acá, así Passarello podía llamar a su madre quien, eventualmente, podría brindarle socorro. Inútiles fueron mis carcajadas: "si la pájara esa lo debe haber echado del nido, no tienen instinto maternal las aves".
Desde su reposera, Mayra (que iba por el cuarto mojito) tartamudeaba: "Qué suerte que hay gente que se encarga de lo que de otro modo yo estaría haciendo". "Entonces te lo llevás vos a México, a este pájaro, porque yo ya tengo bastante con las cuatro gatas, los cuatro perros y la cachorra de mierda", dije. Por supuesto, el pájaro se quedó con nosotros.
Esta mañana, Passarello clamaba por comida. Había rastros de sangre en la caja, por lo que deduje que estaba herido. También había cagado, lo que es un buen síntoma de recuperación. Tomé la pala y empecé a buscar gusanos. Conseguí dos, pero no fui hábil en el arte de meterle la comida en el gaznate al pichón. Como tenía un paquete de polenta abierta, mezclé un poco con agua y se la ofrecí al caído con más éxito. No será la dieta prevista por la naturaleza, pero al menos, hasta que sepamos cómo hacer que coma lombrices, no se morirá de hambre.
Por supuesto, las gatitas miraban con gran interés la operación rescate. Esta noche, si Passarello sigue vivo, pensamos largarlo en la casa de al lado, y que se arregle solo.

domingo, 20 de enero de 2008

Cicatrices

Por Mariana Enriquez para Radar

Secuelas
Mónica Müller
Ediciones Al Margen
105 páginas

Mónica Müller es médica, publicó una novela en 1971 llamada El gato en la sartén y después, como ella misma dice, se “distrajo” durante treinta y seis años. Desde 2006 tiene uno de los mejores blogs de la blogosfera argentina, viejossonlostrapos.blogspot.com, donde cuenta su vida en ráfagas, con muchísima gracia, una capacidad de observación notable, gran ironía y una ternura desarmante: aparecen sus hijos, su iguana, su amor por la Navidad en medio del malhumor general. En su blog también publicó algunos relatos, sin demasiada pompa, mezclados con los posts cotidianos; otros cuentos aparecieron en la revista online El Interpretador, que también publicó parte de su obra como artista plástica (según el trabajo que se puede ver, es especialista en retratos de señoronas y frágiles ancianos de Barrio Norte a los que llama “cadavercitos”). Y ahora por fin sus relatos se recopilan en un libro llamado Secuelas, donde aparece una narradora nostálgica, de una extraña precisión en los detalles, detrás de una aparente simplicidad. Son cuentos de una mujer inteligente y excéntrica, que parecen autobiográficos quizá porque la mayoría son evocaciones algo inquietantes de una infancia transcurrida en los años ’50, en un mundo que parece tan lejano, casi perdido (Müller nació en 1947), que con frecuencia debe explicarlo con pausa, detenimiento y sencillez. Hay grandes caserones que esa niña descendiente de alemanes no volvió a visitar (“es una ley de la infancia que los chicos sean alejados sin explicaciones de los lugares donde son felices”, escribe); hay la memoria de un abuso y una caja de frutillas; de una forzada androginia tras ser rapada; de una cruel colonia de vacaciones en Córdoba dirigida por un matrimonio de ingleses (el cuento “Sangre de caballos”, donde Müller relata: “Cuando uno de los chicos se hacía pis en la cama le servían el desayuno con la sábana mojada como mantel, en una mesita fuera de la casa. Así todos podíamos verlo humillado, llorando y moqueando sobre el tazón de mate cocido”), de una niña peronista que no quiere dibujar a Eva Perón en el colegio porque, dice, “es pecado mortal dibujar a una santa” (en “La Abanderada”). Hay, además, un cuento excelente, el que da título al libro: “Secuelas” mezcla el recuerdo de la epidemia de poliomielitis y una niña conectada a un pulmotor con los modos que tiene el cuerpo de recordar mediante marcas y cicatrices que hacen presente el pasado: “la secuela es un recuerdo visible pero no es sólo eso. También es una blasfemia, una forma antiestética de la soledad”.
Entre esos ecos del pasado, el que más resuena se encuentra en otro relato estupendo: “Cómo se fabrica un tigre”. A partir de ver por TV la detención del Tigre Acosta, el torturador de la ESMA, una niña que fue su vecina recuerda a la familia del futuro criminal y lo hace con una anécdota que es definitoria y estremecedora pero, además, muy lejana al lugar común. En realidad, todo el cuento le huye al estereotipo, lo que es muy valioso porque demuestra que no hay una sola forma de escribir sobre la política, la represión y la vida cotidiana.
Secuelas se completa con relatos sobre cuestiones más cercanas, en el tiempo y en el transcurrir de los días: “Crimen por encargo”, sobre una mujer que odia a las cucarachas, “Radicales libres”, sobre las arrugas y la gimnasia facial o “Casas al pasar”, sobre una fantasía romántica. Y aquí también conserva su particular encanto que hace desearle una continuidad que, sería ideal, no sea interrumpida por otra larga distracción.

jueves, 17 de enero de 2008

El mal absoluto

Por Daniel Link para Perfil

En estos días uso una computadora portátil con un nuevo sistema operativo, Windows Vista, sobre cuyos defectos había ya leído varias recopilaciones en Internet.
Pero esta vez los programadores de Microsoft se revelaron como maestros del terrorismo informático, tan sólo a través de estas dos modificaciones: el gestor de correo y el procesador de textos, que ya no son de uso libre sino que requieren de una licencia paga. Las versiones gratuitas que vienen con Vista se llaman Windows Live Mail y Procesador de Textos Works, de apariencia idéntica a sus predecesores, pero sensiblemente menos eficaces. Por ejemplo: Works no sólo guarda los documentos con una nueva extensión (.wps), que Word no reconocerá, sino que no cuenta caracteres sino sólo palabras, lo que a la hora de medir estas columnas constituye un problema. Todas las versiones de Word (incluyendo la más nueva) permiten que uno decida en qué formato habría el programa de guardar los documentos. Works, no. Cada vez que quiero salvar lo hecho, debo usar la opción “guardar como”, buscar el nombre del archivo en la carpeta correspondiente, verificar que la extensión sea la que quiero (.doc o .rtf) y, cuando el programa me pregunta si deseo reemplazar el documento ya existente, responder que sí, aterrado por estar haciendo algo mal. El procesador Word 2007 (que requiere de un par de sesiones de exploración para averigüar dónde está lo que ya sabíamos usar) me permite abrir el programa sin introducir el número de licencia sólo veinte veces. Como he decidido no usarlo, me obligo a trabajar en Works con la precaución de salvar el texto como un documento para el viejo Word y, cuando creo haber llegado a la cantidad de caracteres que mi editor me reclama, medirlo en el Word 2007. Tardo casi tanto tiempo en escribir mis columnas como en procesarlas electrónicamente. Para Linux me sentía ya un poco viejo y las Mac siempre me parecieron demasiado caras para el uso que yo podía darles. Pero esta vez me cansé de Microsoft y sus actualizaciones malignas. El hacker no es un héroe romántico, es el ángel de la Historia. Me declaro en guerra contra Bill Gates y sus secuaces.

Hotel Virola

Fuerte aumento del patrimonio de Kirchner
El año pasado creció casi seis millones; construyó un hotel

miércoles, 16 de enero de 2008

Peter Petrelli

La segunda temporada de Héroes es mucho mejor que la primera, por varias razones más o menos azarosas. La primera de ellas, que favoreció enormemente a un relato que se deja leer como el hijo bobo de Lost (y el nieto bienintencionado de X Men), fue la huelga de guionistas que forzó a los productores a precipitar el final de la temporada, prescindiendo de muchos segmentos “serios” de la serie, siempre aburridos y completamente prescindentes. La segunda es que Peter Petrelli (desempeñado por la estrella en ascenso Milo Ventimiglia, a quien ya habíamos fichado como noviete de Rory Gillmore), desmemoriado durante la mayor parte de los capítulos, aparece en pelotas casi todo el tiempo.


La otra noche, mientras mirábamos el lento atardecer que se prolonga hasta bien después de las 22 hs. (milagro que debemos a Reina Cristina, como todas las demás dichas plebeyas por las que nos dejamos arrastrar), descubrimos que Cartulina, nuestra gata burmesa, cortejaba a un chongo de su misma especie que movía sus bigotes detrás del cerco. El día anterior, escuché gritos felinos detrás de ese mismo cañaveral que nuestras dos gatas atraviesan sin hesitación en cuanto les abrimos la puerta de la casa, cada mañana, y cuando rodee el terreno para ver qué pasaba, encontré a Cartulina en un claro del bosque que tanto le encanta, con la mirada perdida, y sin reconocerme. En ese instante no supe a qué atribuir su estado de shock, pero al día siguiente, a la noche, nos fue evidente que había recibido los favores sexuales de Peter Petrelli, un gato más bien blanco con manchones grises, fibroso y con una voz ronca que deja oir durante largo rato, convocando a las hembras de la casa, en particular a la única que todavía tiene celo, Mía, pero en su defecto a cualquier otra: resultó que el chongo no sólo corteja a Cartulina, sino que se atrevió a atravesar el cerco y a perseguirla por el parque, a la luz del crepúsculo y ante nuestras miradas atónitas. Conmovido por el romance naciente, dejé un poco de alimento balanceado sobre un banco de piedra cercano al hueco del cerco que comunica a los amantes, para que Peter Petrelli comprendiera que es bienvenido en esta casa de locos, aunque los cuatro perros le chumben y Tita Merello lo mire con desprecio. A la mañana siguiente, encontré el recipiente de plástico en la otra punta del jardín, con lo que supuse que alguna perra hambrienta o juguetona dio cuenta de él sin que Peter Petrelli pudiera beneficiarse de mi gentileza y mi amplitud de criterio. Volviendo a Héroes, en esta temporada manca aparecen los latinoamericanos, hablando un castellano bastante correcto (en todo caso, tan traducido del inglés como seguramente el japonés que domina la temporada), de la mano del supervillano Sylar, cuya maldad quedará en suspenso hasta la tercera temporada. Por favor, por favor, que alguien le diga al Dr. Suresh que no lo aguantamos un solo minuto más. Y a Peter Petrelli le perdonamos su boca torcida, su nulidad actoral y su titubeo hamletiano, siempre y cuando nos siga mostrando el culo. Quiero decir: me hago eco de los pensamientos de Cartulina, y sólo eso.

lunes, 14 de enero de 2008

Una denuncia estremecedora

El ex jefe de gobierno Jorge Telerman, antecesor de Macri, negó ser responsable de las anomalías. "La mayoría de los nombramientos que yo aprobé fueron para el sistema sanitario y son absolutamente verificables todos. Me parece muy bien el censo minucioso que planea la nueva gestión. Yo también lo hubiera hecho en un segundo mandato", dijo a LA NACIÓN.

El oro y el barro

En www.lavaca.org esta semana podrá encontrar:

Dictamen del Defensor del Pueblo
Paren las mineras
Eduardo Mondino recomendó al gobierno de San Juan que suspenda la explotación minera en San Guillermo, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Pidió también la elaboración por parte de Parques Nacionales de un Plan Maestro que determine si la extracción intensiva de oro y plata es compatible con el resguardo de la importante biodiversidad que existe en la zona. En esa área se encuentran los proyectos de Veladero y Pascua Lama, una de los cinco yacimientos más grande del mundo, ambos manejados por la compañía canadiense Barrick Gold, cuyo accionista y asesor más famoso es George Bush padre, el ex presidente de los Estados Unidos.

domingo, 13 de enero de 2008

Confusión

Una conexión de dial up y una sola computadora para dos blogs es demasiado. Lo que debí publicar en el mío apareció en cualquier otra parte, pero cumplo en avisar que salió esta revista.

Edición de verano

Gracias a las cámaras indiscretas de Algunas fotos (edición de verano), nos enteramos de que ya se prepara la edición de Nadando por un sueño. En las fotos, cierta Girl on tape practica nado sincronizado con la diva Gaby Bex (ya lo verán) en una pileta del oeste de la provincia de Buenos Aires.


Foto: Sebastián Freire (+ Olimpus Stylus 760)

sábado, 12 de enero de 2008

El campo nuestro

Por Daniel Link para Perfil

El lugar donde me instalo en el verano para preparar mi vida futura queda a diez minutos de Moreno, a media hora por autopista de Montserrat (nuestro palacio de invierno), y si el lugar no es propiamente el campo, se le parece bastante por la precariedad de las condiciones de subsistencia que impone: no hay agua corriente, ni cloacas, ni suministro de gas natural. La señal de televisión satelital (la única disponible) se pierde si garúa o se levanta viento, y el teléfono, si es que no se han robado los cables, en cuyo caso la línea permanece muerta durante meses, funciona con intermitencia. De internet, ni hablar. Aunque se paguen las cuotas de ABL a la municipalidad que las reclama, la recolección de basura es esporádica y se acumula en un terreno baldío, objeto de disputa entre los vecinos permanentes, que pretenden trasladar el contenedor de alambre con sus inmundicias (hasta un perro muerto han llegado a endosarle) más lejos de la propia casa (es decir, más cerca de la casa ajena). Como las calles son de tierra, cada vez que llueve hay que explorar cuál es el mejor acceso, y la seguridad depende sólo de la suerte y de la buena voluntad de los ladrones. La electricidad es nuestro único lujo, y no es estable.
Enfrente de la iglesia pentecostal (rancho desangelado) de la otra cuadra, un cartel político que sobrevivió a los últimos comicios comunales pretende que un candidato a intendente “está de tu lado”. Mentira más escandalosa que ésa casi ninguna, salvo nuestra pretensión de que vivimos en el campo y no en un arrabal metropolitano que se urbaniza lentamente, incorporando todas las calamidades de la vida ciudadana y ninguna de sus mieles. Las vacas, que hace unos años pasaban por la puerta, hoy se han retirado a una distancia de una legua, más o menos, y se cuentan con los dedos de una mano. El campo nuestro agoniza, y a nadie le importa demasiado. La crisis energética no nos es indiferente, pero la vemos con la mirada endurecida de aquéllos a los que les falta todo, todo el tiempo. Nos retienen en el campo nuestro los atardeceres, los pájaros, un horizonte de promesas inventadas.

jueves, 10 de enero de 2008

Colapso

Crisis energética: ayer, con 42 grados de sensación térmica, el consumo de electricidad casi llegó al límite
Cortes de luz, cada vez más extendidos
Los hubo de hasta nueve horas en numerosas zonas de la Capital y el conurbano; insisten en que son casos puntuales

lunes, 7 de enero de 2008

Anoche...

... mientras preparaba el asado, se levantó viento del sudeste. Al rato, empezó a llover (bastante). Cerramos la galería. Esta mañana, antes de abrir la pileta, tuvimos que sacar el agua del cobertor (con el motor del limpiafondo). Se disculpará que no escriba, en estos días, ensayos experimentales y que apenas alimente el blog (hay teléfono, en el campo, intermitentemente, de modo que conectarse es toda una aventura, y además hay que hacerlo por dial up, etc).
Hoy volvimos a la ciudad a despedir a un amigo que se va al Líbano. Mañana, después de algunos trámites y un almuerzo con otra amiga, que vino de México, volveremos a terminar con el proyecto del mes: el estudio que, en el campo, me permitirá encerrarme a escribir.
Tommy: no soy el único que trabajo, pero mientras yo hago lo que cuento, los demás tienen sus otras tareas. Vivir en el campo, oh utopía: si fuéramos terratenientes, tal vez sería más fácil (y más asqueroso).
Rafael: se dice el pecado, pero no el pecador. De todos modos, no es para tomarse tan en serio un comentario que sólo participa del registro de la maledicencia.
¡Qué calor!

domingo, 6 de enero de 2008

Las niñas del maíz

Por Daniel Link para Perfil

Durante el crepúsculo (exactamente cuando el rebote de luz solar golpea en la palmera “de adelante”) riego (hace más de dos días que no llueve) justo hasta cuando el sol se pone detrás de los eucaliptus del fondo y se levanta viento (porque el aire se enfría tan de repente). Antes de prender las luces del jardín, mientras oscurece, veo que unas muchachas de visita sufren un ataque de yoga playero y se contorsionan mirando el sol que cae. Después las oigo, cuando paso acarreando las toneladas de manguera llena de agua, hablar de Britney. “Pobre”, dicen. “Le quitaron la custodia de los hijos”. Encierro a la perra hostil a los felinos, saco a las gatas, que gustan de la noche mucho más que de la tarde. Llevo restos de frutas y verduras del día a la leñera para las cinco tortugas que allí comen. Vuelvo con una carretilla de leña que acomodo en el asador. Prendo las luces del jardín, enciendo las antorchas y los farolitos chinos que cuelgan del limonero grande (había repuesto las velas por la mañana).
Para el aperitivo, preparo un guacamole sin cilantro (después de haberlo buscado sin éxito durante la mañana en todas las verdulerías del pueblo), aso lentamente la carne y los vegetales que vamos a comer más tarde. Alguien pregunta de dónde sale el maíz. “¡De la mazorca!”, grito zumbón desde la parrilla. Las muchachas me miran sin comprender. “¡Del choclo!”, aclara alguien. “Ya sé”, dice una, “¿pero el choclo es un árbol?”.
Me indigna levemente que las muchachas (“solteronas”, las habrían denominado en épocas menos tolerantes con la holganza) sepan todo sobre la vida de Britney e ignoren algo que de tan básico ni siquiera sé si debería enseñarlo alguna escuela. Para orientarlas en su insultante maraña de ignorancias urbanas (“¿pero estas chicas, votan?”), les suministramos películas como referencia: “Los niños del maíz”, la de los extraterrestres con Mel Gibson, etc.
Cierro la galería para evitar que los perros entren de noche. Evalúo la amenaza de lluvia para decidir o no tapar la pileta. Busco a las gatas y y trato de convencerlas de que abandonen su reino nocturno y entren, ofreciéndoles atún (prefieren cazar bichos). Suelto a la perra y le tiro algunos huesos que había reservado para ella. Controlo la carga de los tubos de gas para, eventualmente, pedir que los repongan al día siguiente. Cierro la casa, verifico que las luces de emergencia estén cargadas por si hay cortes eléctricos. Compruebo que el teléfono sigue sin tono. Pienso en el día de mañana.

viernes, 4 de enero de 2008

Orientation film

Mientras agotamos las reservas televisivas (Héroes, segunda temporada completa; Dexter, segunda temporada completa), el film de orientación para la estación Orquídea:


Colapso

Continúan los cortes de luz y de agua
Analistas alertan que el sistema ya no da abasto; dicen que lo peor está por venir;
las prestatarias niegan un posible colapso


No alcanza con adelantar el horario, ni con cambiar las bombitas por otras de bajo consumo, ni con el plan de uso racional de la energía que lanzó el Gobierno. Ayer vecinos de numerosos barrios de la Capital y del interior siguieron denunciando cortes reiterados de luz. También faltó agua.

martes, 1 de enero de 2008

La vida nueva

Feliz año para todos, claro.
2008 es par y bisiesto: lo vi mal en la borra del café que leí anoche. Aunque sea el año de la rata, la cosa china no se me da bien, no adivino nada. Sé que habrá problemas con el suministro eléctrico (rayos y centellas), y debates más bien obtusos por la marcha del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Pero no mucho más, y eso no da para jactarse.
Cada vez publicaré menos ataques a Beatriz Sarlo, sobre todo los que carecen de fundamento (es decir: casi todos).
Ya veremos si el fin de semana en el campo, a la luz de las constelaciones favoritas, me ilumina.