Anoche comimos con una lejana parienta política de Luciana Salazar. Sentada entre S. y yo, nos contaba sobre aquella camisa "demasiada" translúcida que había recibido como regalo de un pretérito pretendiente del cual nos reímos sin malevolencia. Mientras tanto, la coqueta aceptaba los brindis y requiebros que venían del otro lado de la mesa. Y, como si eso fuera poco, cada tanto atravesaba el salón de la parrilla en la que estábamos para pedir prestado el teléfono y exigir precisiones sobre la marcha de la interna peronista. No conseguimos obtener datos precisos al respecto, pero la sospechamos, sino candidata en alguna lista provincial o municipal, al menos funcionaria futura en importante centro cultural. ¡Y después dicen que nuestros artistas no están políticamente comprometidos!
Las tres gracias
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Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los
cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que
hay...
Hace 2 semanas.
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